El rincón más bonito de Extremadura está en un pequeño pueblo de 11 habitantes en pleno Parque Nacional de Monfragüe
Es totalmente desconocido, pero un auténtico paraíso para aquellos que quieran exprimir al máximo su experiencia en Monfragüe.

Entre bosques y serranías de una biodiversidad tan bella como sorprendente, donde las aves rapaces son las grandes protagonistas y sus cielos están repletos de águilas imperiales ibéricas, buitres negros, alimoches o cigüeñas negras, se ubica el Parque Nacional de Monfragüe. Fue el primer espacio natural protegido de Extremadura y el único Parque Nacional existente dentro de sus fronteras. Constituye un lugar sin precedentes que alberga preciosos pueblos en su interior.
Oculto en esta joya natural tan valiosa de la Península Ibérica se abre paso un pequeñísimo municipio de tan solo 11 habitantes, según los datos más recientes de INE. Aunque realmente es una pedanía de Serradilla, Villarreal de San Carlos cuenta con una historia propia que encuentra su origen en el siglo XVIII, cuando se fundó por orden de Carlos III. En aquella época, su única función era proteger a los viajeros de los asaltos tan frecuentes en la zona, pero fue creciendo y su función cambió.

Alcanzó los 180 habitantes en la década de 1960 y se acabó convirtiendo en un punto de referencia para aquellos que acudían a la zona a visitar Monfragüe, la mayor seña de identidad natural de Cáceres. Su importancia en relación con este espacio es de gran valor, puesto que aquí se hallan varios centros de interpretación donde consultar cualquier dato sobre la vegetación, fauna y geología de la zona e ir mucho más preparados para recorrer los senderos que parten de Villarreal.
Un paraíso para las aves
Actualmente supone una importante puerta de entrada al Parque y, consciente de ello, está equipado con alojamientos, restaurantes, alquiler de vehículos 4x4, zonas de esparcimiento o unos merenderos que se ubican junto a unos chozos de piedra donde suelen realizarse talleres y actividades de educación ambiental. Pero por lo que más destaca es por el avistamiento de aves: alberga anualmente la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO).

Sus pocos habitantes se encargan de mantener y conservar este precioso y pequeño rincón de Extremadura, donde la primavera se convierte en una época llena de magia. Es cuando sus paisajes alcanzan el máximo esplendor y cuando más posibilidades hay de observar sus aves más emblemáticas como las mencionadas anteriormente o el buitre leonardo y el águila culebrera. También se pueden ver golondrinas comunes, colirrojos tizones o lavanderas blancas.

Pero la mejor forma de disfrutar del entorno es, sin duda, siguiendo alguna de sus variadas rutas como las de Villarreal al Castillo, al puerto de la Serrana o al cerro Gimio. Tanto su ubicación como el encanto de sus gentes, hacen que esta pedanía cacereña sea de las más atractivas de la zona, aunque también de las más desconocidas. Un rincón oculto desde el que descubrir Monfragüe y del que no querrás irte nunca.
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