El pueblo medieval de Cantabria que es un paraíso gastronómico: con una arquitectura rural única, sus platos estrella son el sobao y la quesada pasiega
Destacada por un entorno natural de gran excelencia, esta villa cántabra es perfecta para una escapada en familia.

Asentadas entre los valles de los ríos Pisueña, Pas y Miera, en el interior de Cantabria, encontramos tres villas rodeadas por las cumbres de los puertos de la Braguía, Lunada, Estacas de Trueba o La Matanela, y las cuales conforman un conjunto llamado las Villas Pasiegas. No solo es uno de los espacios rurales mejor conservados de la región, sino que mantiene los pueblos mantienen viva la vinculación a la ganadería pasiega, que ha moldeado durante siglos el paisaje y la cultura local.

La capital histórica de las Villas Pasiegas es la Vega de Pas, de la que destaca su arraigo histórico. Habitada desde tiempos antiguos y fuertemente ligada a la agricultura y ganadería de montaña, son conocidas sus cabañas pasiegas, construcciones de madera y piedra con tejado a dos aguas que históricamente servían como vivienda y refugio para el ganado. Además su entorno natural presenta numerosos caminos y senderos que atraviesan prados y bosques.
La gastronomía del pueblo se caracteriza por los platos tradicionales elaborados con ingredientes de la zona, como el cocido montañés o las carnes de pasto a la brasa. Pero si algo representa este municipio por encima del resto son sus postres: el sobao y la quesada pasiega.
Uno de los productos gastronómicos más reconocidos y comercializados de Cantabria, el sobao es un esponjoso bizcocho elaborado a base de ingredientes simples pero de la más alta calidad: harina, huevos, azúcar y mantequilla. Por otro lado, la quesada pasiega es el postre típico del valle; suave y cremosa, está hecha a base de leche cuajada, huevos, mantequilla y azúcar, a los que se añade una pizca de canela y ralladura de limón.

Son unos cuantos los restaurantes donde poder degustar la cocina local, como el de Casa Frutos, con más de 50 años de experiencia en la gastronomía de la tierra. En la calle principal del pueblo se encuentran los restaurantes El Café y La Terraza, ambos con una amplia oferta de platos tradicionales de la zona como el cocido montañés. En uno de los extremos de la villa está La Estantería, que además de menú diario ofrece unos sobaos caseros estupendos. En el otro lado del pueblo está el restaurante El Cruce, también con un menú del día y una carta. Muy cerca se halla la tienda de Sobaos Etelvina Sañudo, con una gran variedad de sobaos, quesadas, bizcochos, pastas y magdalenas pasiegas elaboradas artesanalmente.
Un paseo por La Vega de Pas
Aparte de las famosas cabañas pasiegas, en el pueblo hay otros lugares por descubrir. Uno de puntos de mayor interés de la villa es la Iglesia de Nuestra Señora de la Vega, un monumento del siglo XVIII que combina los estilos gótico y barroco, y que ha sido cuidadosamente restaurada para conservar su esplendor original.

Con una historia fascinante está el Sanatorio del Doctor Madrazo, inaugurado por este visionario doctor en el 1913 con el objetivo de tratar enfermedades respiratorias, especialmente la tuberculosis. Así, con amplias galerías y terrazas para que los pacientes disfrutaran del sol y el aire fresco, el edificio es un testimonio de la historia de la medicina. En la calle principal se erige también un monumento dedicado al doctor.
Para descubrir más acerca de las tres Villas Pasiegas, la Ermita de San Antonio del siglo XVIII acoge el Museo Etnográfico de las Tres Villas Pasiegas, una réplica de las tradicionales cabañas pasiegas, con un establo para los animales en la planta inferior, y la vivienda y pajar en la planta superior, conocida como “tascón”.

La belleza del entorno
Existen unas cuantas rutas señalizadas que recorren el impresionante entorno del Valle de Pas. Una de ellas es la ruta de la pradería de Ruyemas, un itinerario de 5 kilómetros que recorre uno de los arroyos de la cabecera del río Pas y atraviesa grandes praderas. De bastante exigencia física es el ascenso al Castro Valnera, un itinerario no señalizado que ofrece unas maravillosas vistas del Valle del Alto Miera, el Mirador de Covalruyo y del Circo Glaciar de Villares.
Síguele la pista
Lo último