
El pueblo de Extremadura con la tradición de Todos los Santos más dulce: mercado solidario, talleres de repostería y un centro que es Bien de Interés Cultural
Un mercado que recupera la repostería conventual se convierte en el mejor reflejo de un destino donde tradición, patrimonio y gastronomía se dan la mano en un entorno monumental.
Entre el 31 de octubre y el 2 de noviembre, los muros del antiguo Convento de San Francisco se impregnan de azúcar, miel y devoción. Cada año, este edificio histórico acoge el Mercado de Dulces Conventuales, una cita que reúne los mejores sabores de los monasterios y conventos del sur peninsular.
Aquí, en Fregenal de la Sierra (Badajoz), el visitante descubre un rincón donde la repostería es más que un arte: es una forma de preservar la memoria. Desde 2015, el Ayuntamiento organiza este evento en el que participan comunidades religiosas de Extremadura, Sevilla, Huelva y Córdoba, con especialidades que van desde los borrachuelos a los corazones de almendra, elaboradas según recetas centenarias.

¿Qué hay en el mercado de dulces conventuales?
El mercado no tiene carácter lucrativo: los conventos participan de manera gratuita, y la venta corre a cargo de asociaciones y colectivos locales, en un ambiente solidario que recupera el espíritu original de estos dulces.
El evento no se limita a la degustación. Cada edición incluye demostraciones gastronómicas, clases magistrales de pastelería, actuaciones teatrales y actividades infantiles, que llenan de vida el recinto conventual.
Las Madres Agustinas de Fregenal ofrecen talleres en los que muestran cómo el trabajo paciente y silencioso del obrador se convierte en arte. Al mismo tiempo, el visitante puede recorrer los puestos, charlar con los reposteros y descubrir los secretos de una tradición que, lejos de perderse, renace cada otoño en esta cita única del calendario gastronómico extremeño.

¿Qué ver en Fregenal de la Sierra?
El Convento de San Francisco, donde se celebra el mercado, es una joya del siglo XVI que ha vivido tantas vidas como dulces alberga hoy. Tras años de abandono, fue restaurado bajo la dirección del arquitecto Vicente López Bernal, y hoy se ha convertido en un espacio cultural de referencia que acoge el Museo de Arte Contemporáneo de Fregenal (MACF), la Biblioteca Municipal y un Espacio para la Creación Joven.
Caminar por su claustro restaurado es recorrer siglos de historia: de la desamortización a la ruina, y de ahí al renacer cultural de un pueblo que ha sabido reinventarse sin perder su esencia.

Más allá de su mercado y sus dulces, este pueblo del sur de Badajoz conserva un Conjunto Histórico declarado Bien de Interés Cultural, donde cada piedra cuenta una historia.
Su Castillo Templario, que alberga en su interior una plaza de toros y un mercado de abastos, sorprende al visitante por su originalidad. La Iglesia de Santa Ana, con su retablo renacentista, el Santuario de los Remedios, la Iglesia de los Jesuitas o el Caserón de las Miniaturas son solo algunos ejemplos del rico patrimonio que ha convertido a este municipio en uno de los destinos emergentes más interesantes de Extremadura.
Las casas solariegas, las fuentes y los conventos completan el encanto de una localidad donde la historia convive con la vida cotidiana y donde el turismo se vive con calma, autenticidad y sabor.

Un destino que endulza cuerpo y alma
El Mercado de Dulces Conventuales es mucho más que una feria gastronómica: es una metáfora del propio espíritu de Fregenal, un pueblo que ha sabido conservar su identidad y convertirla en un atractivo cultural.
Cada edición, los aromas de azúcar y canela se mezclan con el eco de las campanas del convento, recordando al viajero que hay lugares donde el tiempo se detiene y la tradición sigue viva.
Visitarlo en otoño es dejarse llevar por el ritmo pausado de la repostería conventual, pero también descubrir un Pueblo Mágico que sabe cuidar lo que tiene: su patrimonio, su historia y, sobre todo, su dulzura.