El pueblo más espectacular de España está dentro de un castillo: tienes que visitarlo una vez en la vida
Hay lugares que deben visitarse al menos una vez en toda la vida, y este precioso pueblo único en su especie es uno de ellos.

Cientos de años atrás, caballeros cabalgando sus caballos, soldados vestidos con imponentes armaduras, damas encerradas en torres y campesinos que sobrevivían a base de lo que les daba la tierra convivían en esos pueblos que hoy llamamos medievales. En aquella época, la vida se llevaba a cabo en el interior de la fortificación, pero con el tiempo se expandían hacia fuera y formaban pueblos más grandes y cercanos a lo que conocemos actualmente. Excepto uno.
Uno de los pertenecientes a la lista de Pueblos Más Bonitos de España todavía se articula en el interior de su castillo medieval, conservando un impresionante casco antiguo que queda protegido por la fortaleza y el entorno natural, tal y como se ideó antaño cuando se construyó la fortaleza. Se trata de Castellar de la Frontera, en Cádiz, erigido sobre una colina en mitad del Parque Natural de los Alcornocales y con vistas al embalse de Guadarranque.

El pueblo gaditano tiene dos núcleos bien diferenciados: por un lado, el Castillo de Castellar o Castellar Viejo en el interior de las murallas que aún mantiene la esencia medieval original; y por otro el Castellar Nuevo, que se creó en la década de 1970 para mejorar las condiciones de vida de los vecinos. Sus viviendas se articulan aún con el trazado medieval, en estrechas callejuelas salpicadas de casas encaladas con tejados anaranjados.
La fortificación de Castellar de la Frontera
Lo más llamativo de Castellar es precisamente el castillo que le da nombre, cuyos orígenes se remontan a la época nazarí y que resulta ser uno de los mejores conservados de todo Cádiz. Su construcción se debe a los árabes del siglo XIII, que pretendían controlar el paso estratégico del estrecho de Gibraltar desde allí e iniciar la conquista del resto de la península. Luego pasó a manos de la nobleza cristiana y se fue modificando con el paso de los años.

En el interior se puede apreciar el conocido como Alcázar de los Condes de Castellar, que cuenta con una torre del Homenaje propia; así como la iglesia del Divino Salvador con el pasadizo de Algorfa hacia el Alcázar. De la misma época es la Torre de la Almoraima, que se erige en una colina próxima y se utilizaba para la defensa y la comunicación. Constituye uno de los pocos ejemplos vivos de un lugar habitado en el interior de una fortificación, y es lo que lo hace tan especial.

Más allá de sus fronteras, en este pueblo se puede disfrutar de una naturaleza incomparable. El Parque Natural de los Alcornocales presenta diversos senderos que atraviesan los cauces del Guadarranque y el Hozgarganta, bosques e incluso algún otro pueblo de belleza similar. Además, desde allí se puede avistar, en los días más soleados, la bahía de Algeciras y el Peñón de Gibraltar. Castellar de la Frontera lo tiene todo para una escapada relajada llena de historia.
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