El pueblo más infravalorado de Cádiz: un paraíso gastronómico de la carne situado entre dehesas, bosques y peñas legendarias

Para mayor atractivo, forma parte de los pueblos blancos de la provincia y es uno de los pueblos mágicos de la península.

Los pueblos blancos de Cádiz esconden un paraíso gastronómico por descubrir
Los pueblos blancos de Cádiz esconden un paraíso gastronómico por descubrir / Istock / Jordi de Rueda

Cádiz es mucho más que pueblos bonitos de playa. Y si miramos a la provincia con intenciones de viaje gastronómico, es mucho más que atún de almadraba y tortillitas de camarones. 

Su despensa está llena de productos tradicionales gourmet que van más allá de los pescados y el marisco, y lo hemos encontrado en un pueblo de interior de apenas 5.000 habitantes situado en un paraíso natural rodeado de peñas rocosas formadas hace millones de años.

Adriana Fernández

Enclavado en el Parque Natural de los Alcornocales, a los pies de la serranía de Cádiz, se localiza este pueblo con encanto que nació como antiguo asentamiento romano allá por el año 189 a.C. 

De aquella época son algunos de los restos que todavía hoy se conservan en el municipio, como el puente romano o los yacimientos de la Laja de los Hierros o la Mesa del Esparragal. Pero ese es solo el principio, porque Alcalá de los Gazules es lugar de encuentro de culturas milenarias. 

Un pueblo blanco situado a los pies de las montañas, en pleno parque natural.

Un pueblo blanco situado a los pies de las montañas, en pleno parque natural.

/ Istock / Monique Pouzet

Declarado conjunto Histórico-Artístico

Alcalá de los Gazules es uno de los pueblos blancos de Andalucía más discretos y desconocidos, pero no le faltan motivos para estar en el radar de todas las miradas. Su casco urbano conserva el trazado blanco tradicional, con fachadas encaladas y calles empedradas desde la época andalusí. 

Conserva el encanto del típico pueblo blanco andaluz, con fachadas de cal blanca y calles empedradas.

Conserva el encanto del típico pueblo blanco andaluz, con fachadas de cal blanca y calles empedradas.

/ Istock / Jose Miguel Sanchez

No le falta castillo medieval y su majestuosa torre del homenaje, tan habitual en las construcciones defensivas de la época. Además del torreón del castillo, todavía hoy se conservan algunos tramos de la muralla medieval y la Puerta de la Villa, visita obligada para admirar el encanto de su pasado medieval. 

Más recientes son la iglesia mayor parroquial de San Jorge y la Casa del Cabildo, dos construcciones históricas levantadas en la plaza de San Jorge (conocida popularmente como plaza Alta), además del convento de Santa Clara, el antiguo convento de Santo Domingo o las tres fuentes de origen árabe: el pozo de Arriba, el de Enmedio y el de Abajo. 

El centro del pueblo está declarado Conjunto Histórico-Artístico

El centro del pueblo está declarado Conjunto Histórico-Artístico

/ Istock / Jose Miguel Sanchez

Un paraíso gastronómico

Como pueblo de montaña, es de esperar que la despensa de Alcalá de los Gazules esté repleta de productos de interior. Y entre ellos, uno es el rey: la carne de retinta. Una vaca que vive en dehesa, criada al aire libre y alimentada principalmente con pastos. El resultado es una carne de excelente calidad. 

Junto a los ibéricos y el atún, la carne de retinta es una de las estrellas de la carta de un restaurante abierto en el corazón del Parque Mirador de La Coracha. Una gran sorpresa tanto por las vistas privilegiadas como por sus platos, todo un homenaje a los sabores de Cádiz en clave de alta cocina. 

Se llama Suber Espacio Gastronómico y es como un viaje por toda la provincia, desde Jerez (con sus amontillados y sus vinagres) al Parque Natural de los Alcornocales (tierra de setas). No faltan los ingredientes exóticos, como kimchy, curry o mango, que hacen pensar en tierras lejanas desde este rincón situado en uno de los pueblos mágicos de Andalucía. Menuda sorpresa.

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