El pueblo más infravalorado de Asturias: tierra de vinos de alta montaña, cerca de una aldea con casas apoyadas en la roca y perfecto para otoño

Asturias está lleno de secretos y joyas por descubrir, y este pueblo es una manera muy buena de adentrarse en esa zona tan infravalorada del norte de España.

Este pueblo asturiano es de los más bonitos que hay en todo el Principado
Este pueblo asturiano es de los más bonitos que hay en todo el Principado / Istock / percds

La comunidad asturiana se divide en concejos, que es como se conoce a los municipios. En total cuenta con 78 repartidos en tres zonas, central, occidental y oriental. Algunos son realmente pequeños, con una población considerablemente menor que la de muchos otros pueblos del país, con en torno a 100 habitantes o incluso menos. Quizá por eso, a veces quedan olvidados, escondiendo joyas y secretos que todo el mundo debería conocer.

Está claro que Asturias está repleto de joyas naturales y arquitectónicas que dejan a cualquiera sin aliento. Desde la pequeña villa de Taramundi, ideal para visitar en otoño, hasta una ruta de senderismo que solo pueden recorrer 20 personas al día en la Reserva de la Biosfera de Muniellos. Sin olvidar, por supuesto, la excelente gastronomía que tanto la caracteriza. Asturias es un auténtico paraíso que merece ser descubierto de punta a punta.

Adriana Fernández

Uno de los lugares más desconocidos es el concejo de Pesoz, uno de los más pequeños del Principado, que alberga preciosos pueblitos como el propio Pesoz con un museo dedicado al vino, la aldea medieval de Argul o el poblado abandonado de A Paceiga. Hacer una pequeña ruta por este concejo es un regalo para todos los sentidos y una manera de conocer una zona más infravalorada de la bella patria que es Asturias.

Ruta por uno de los concejos más bonitos de Asturias

Entre las montañas más abruptas y escarpadas del Principado se ubica Pesoz, tierra de viñedos donde se produce vino de alta montaña al igual que en Allande, Cangas del Narcea o Tineo. Por esta razón es por la que alberga un museo etnológico y se celebra un festival del vino. Más allá de eso, cabe destacar algunos edificios como la iglesia románica de Santiago o el Palacio de Ron -actualmente, Palacio de Monteserín-, construido en pizarra y piedra.

Iglesia De Santiago en Pesoz

Iglesia De Santiago en Pesoz

/ Wikicommons. SITOMON

La siguiente parada de la ruta es el pueblo de Argul, que tiene una arquitectura única en todo Asturias: sus casas están construidas en pizarra y piedra, pero lo más curioso es que están apoyadas sobre la roca. Está prácticamente deshabitado, pero precisamente por eso es tan interesante de visitar. Las casas parecen nacer de la roca, muchas están derruidas y las carreteras mueren a la entrada del pueblo, pero todavía hay familias, animales y algunos viñedos.

El pueblo de Argul en Pesoz

El pueblo de Argul en Pesoz

/ Wikicommons. Adolfofernandezdotcom

Después llega el turno de A Paicega, que sí está completamente abandonado. Se construyó a mediados del siglo XX para los obreros que trabajaban en la presa de Salime y llegó a albergar más de tres mil habitantes. Había un par de cines, escuelas, comercios, iglesias e incluso un pequeño casino. Sin embargo, cuando se erigió la presa del Embalse de Salime, quedó deshabitado, convirtiéndose en una suerte de mirador sobre el río Navia y todo su entorno.

La presa del embalse en el concejo de Pesoz

La presa del embalse en el concejo de Pesoz

/ Istock / ruivalesousa

Hay quien lo llama la "ventana de Asturias, y es que desde allí se puede contemplar una de las postales más bonitas del Principado. Su encanto es verdaderamente único, con una escultura de la Virgen de la Luz que se levantó junto a la presa y el mirador Boca de La Ballena, que debe su nombre a la curiosa forma que tiene. Aunque también se puede ir hasta el de Salime y el del Embalse, para sacar las mejores fotografías del viaje.

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