Este pueblo de Girona es único en Europa: tiene uno de los cuatro baños judíos que se conservan en el continente y un puente románico impresionante
Se trata de uno de los pueblos más valorados y preciados de toda Cataluña, con decenas de monumentos medievales y menos de 3.000 habitantes.

A veces olvidamos la belleza de los pueblos del Ampurdán (o Empordà en catalán) de Girona. La mayoría son auténticos paraísos de postal, lugares privilegiados en los que todo el mundo ha querido o querrá vivir alguna vez. O al menos experimentar durante unos días qué se siente en estos espacios tan encantadores que algunos comparan con la Toscana italiana.
Algo más de media hora en coche separa Girona de uno de los pueblos más bonitos de esta comarca y uno de los conjuntos medievales mejor conservados de Cataluña: Besalú. Las huellas de íberos, romanos, judíos y cristianos todavía se dejan entrever en cualquier callejuela del casco histórico, desde el puente románico sobre el río Fluvià que da la bienvenida hasta los baños judíos.
Un baño judío único en Europa
En el call Jueu -la judería-, se encuentra el Micvé, único recinto de baños judíos que se había descubierto en la Península Ibérica hasta el año 2014, cuando se halló otro en la ciudad de Girona. Se trata de una sala de baño ritual escondida bajo tierra tras una casa de piedra con bóveda de cañón románica del siglo XII. El edificio actual está donde antiguamente se emplazaba la sinagoga. Además, es uno de los cuatro que se conservan en toda Europa.

En este mismo barrio donde habitó la comunidad sefardí durante años, se dibujan algunas de las calles y monumentos más bonitos de Besalú. Las calles de Tallaferro y del Portalet, la casa Curia Real o Astruc o la Plaza de los Judíos son un buen ejemplo de ello. De arquitectura judía pasamos directamente a la cristiana y exploramos algunas de sus iglesias más importantes.
De los judíos a los cristianos
Por un lado, está la iglesia de San Vicente, un templo románico del siglo XII que se considera una de las joyas medievales más interesantes del pueblo. En su interior se encuentra la capilla gótica de la Vera Cruz, donde se dice que se conserva un fragmento del madero que usaron los romanos para crucificar a Jesucristo. Por otro lado, está la iglesia del monasterio de San Pedro de Besalú.

También data del período románico y es la parte que se mantiene en pie del antiguo monasterio de San Pedro, que se fundó en el año 977. Dentro de sus tres naves llama la atención el deambulatorio y se considera el templo cristiano más importante de todos los que hay en Besalú. El castillo es otro elemento a destacar en esta población, ya que era el núcleo original de la ciudad.

Su construcción data del siglo X y de él no quedan ya más que restos. Concretamente, los restos de la iglesia de Santa María, el templo cristiano del castillo del siglo XI que más tarde se convertiría en iglesia canónica agustiniana y en el siglo XVI en una colegiata. Otra edificación relevante es el antiguo convento benedictino de San Pedro, al lado de la iglesia, que hoy es un museo.

A mediados del siglo XX se fundó lo que hoy se conoce como Circusland o Palacio Internacional del Circo. Está dedicado exclusivamente a las artes circenses, tanto las del pasado como las actuales e incluso las que todavía están por venir. De hecho, en su interior alberga una de las colecciones más importantes del mundo relacionadas con el mundo del circo.
Abandonando el pueblo... pero no el entorno
No podemos olvidar tampoco el Pont Vell o Puente Viejo, un símbolo de la ciudad medieval de estilo románico que se levantó en el siglo XI, aunque se reformó en el XIV y se reconstruyó en el XX. Está compuesto de siete arcos y una torre fortificada que da la bienvenida y despide por igual a los viajeros que, antes de abandonar la villa, deberían conocer el entorno natural que la rodea.

Es un Espacio Natural Protegido único en España, ya que es un paisaje volcánico que pocas veces se ve en la península y uno de los más destacados de Europa. Se compone de 38 conos volcánicos y más de 20 coladas de lavas basálticas que pueden conocerse a través de itinerarios de senderismo. También merece un paseo la Fagedad'en Jordà o Hayedo de Jordá, aunque Besalú y su entorno tiene cientos de cosas por ofrecer que solo se descubren si se viaja hasta allí.
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