El pueblo de España que deberías visitar una vez en la vida: tiene un castillo bereber, una torre medieval, una iglesia renacentista y un auditorio griego

Lo tiene todo para ser uno de los pueblos más bonitos del interior de la provincia de Jaén.

Adriana Fernández

Hay un pueblo escondido en lo alto de un risco en medio del valle del Guadalquivir, dominando el paisaje desde la puerta de entrada al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, un bellísimo municipio que lo tiene todo para ser el protagonista de cualquier escapada. Uno de esos lugares que hay que visitar una vez en la vida, al menos. 

Declarado Conjunto Histórico-Artístico, su casco antiguo es un crisol de culturas, y el mejor legado de las diferentes civilizaciones que han pasado por este territorio a lo largo de los siglos. 

Adriana Fernández

Esa mezcla, reflejada en un magnífico legado arquitectónico y patrimonial, es lo que hace que La Iruela sea tan especial. Un pequeño municipio de unos 1.800 habitantes perdido entre las montañas de la provincia de Jaén que no debería pasar desapercibido. 

Como si estuviera haciendo equilibrios en lo alto de la montaña-

Como si estuviera haciendo equilibrios en lo alto de la montaña-

/ Istock / Daria Maksimova

Qué ver en este paraíso del interior de Andalucía

Además de estar sumergido en plena naturaleza, con todo lo que eso conlleva (desde rutas de senderismo al avistamiento de aves, ciclismo de montaña y otras actividades al aire libre), La Iruela es en sí mismo un importante monumento histórico. Eso es lo que hace grande a este remoto municipio situado a una hora y media de Jaén capital. 

La Iruela es como un puzzle, dicho en el sentido más literal del término. Tanto a nivel núcleos de población (de hecho está formada por hasta 17 pedanías) como histórico. Por sus calles han pasado diferentes civilizaciones, de la que todavía hoy es testigo su rico patrimonio. 

Todo el pueblo es un gran monumento histórico, declarado Bien de Interés Cultural.

Todo el pueblo es un gran monumento histórico, declarado Bien de Interés Cultural.

/ Istock / Daria Maksimova

Los tres monumentos más importantes

Un paseo por sus pintorescas calles, sinuosas y empinadas (como no podía ser de otra manera en un pueblo que está situado en lo alto de un risco), es suficiente para aproximarse a esa riqueza. Uno de los grandes protagonistas es el castillo, el gran emblema de La Iruela.

La fortaleza inexpugnable por la que han pasado diferentes civilizaciones.

La fortaleza inexpugnable por la que han pasado diferentes civilizaciones.

/ Istock

Fortaleza inexpugnable, debido a su atrevida situación geográfica, la historia del castillo se remonta al siglo VIII, de cuando los musulmanes tomaron la península. Su cimentación es pre-bereber, pero ha sido testigo de diferentes etapas, desde los musulmanes a los cristianos, responsables de la construcción de la torre del Homenaje que todavía sigue en pie. 

Las ruinas renacentistas de la iglesia, levantada originalmente en época medieval.

Las ruinas renacentistas de la iglesia, levantada originalmente en época medieval.

/ Istock

El acceso al patio ya es de época medieval, a través de una torre-puerta que más tarde sirvió de campanario a la iglesia Mayor de Santo Domingo de Silos. Aunque en ruinas, es otra de las grandes obras patrimoniales que hacen grande a La Iruela. Su construcción se remonta a tiempos de la Reconquista, bajo el patrón de Santo Domingo de Silos, las ruinas que vemos hoy son de época renacentista, de cuando el viejo templo medieval fue sustituido por uno nuevo en el siglo XVI. Apenas queda nada en pie porque la iglesia fue devorada por las llamas en un terrible incendio provocado por los franceses en el siglo XIX. Tal era su estado, que el recinto de la iglesia fue usado como cementerio parroquial hasta 1953. 

Un anfiteatro inspirado en la Grecia clásica.

Un anfiteatro inspirado en la Grecia clásica.

/ Istock

Sin embargo, el pueblo ha querido devolverle todo su esplendor, transformando el paisaje a su alrededor y convirtiendo el recinto en el eje central de la vida cultural del municipio. A eso se debe el anfiteatro griego que hay en los aledaños de las ruinas de Santo Domingo, levantado a la manera de la Grecia clásica, como se hacía en la antigüedad. Bonita manera de continuar el legado de un pueblo que no debe pasar desapercibido cuando se hace un viaje por Andalucía. 

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