El pueblo con el balneario de aguas termales más bonito y curioso de España: está en Galicia y parece un jardín japonés

Con vistas sobre el río Miño, sus aguas ayudan a relajar la musculatura y aliviar el estrés.

Las aguas termales de un pueblo de Galícia que parecen un jardín japonés
Las aguas termales de un pueblo de Galícia que parecen un jardín japonés / Istock

Desde la época romana, las aguas termales, con temperaturas que rondan los 40-50ºC, han sido un recurso muy utilizado para curar dolores corporales, ya que poseen cantidad de propiedades curativas, otorgadas por los minerales que las componen. Algunas de estas propiedades son la relajación, la eliminación de toxinas, la activación de la circulación sanguínea, o la acción miorrelajante. Aunque su uso disminuyó a lo largo de los siglos, en el siglo XIX volvieron a recuperar notoriedad, surgiendo entonces cantidad de balnearios y termas por todo el territorio.

Redacción Viajar

Al sureste de Galicia encontramos la ciudad de Ourense, conocida como la “Ciudad de Las Burgas” por sus fuentes de aguas termales, por donde el agua brota a temperaturas de entre 60 y 68ºC. La más bonita de estas termas, y quizás la más peculiar, la encontramos a las afueras de la ciudad, en la pequeña aldea de Outariz.

Inspiradas en las tradiciones japonesas, las termas de Outariz, diseñadas para integrarse en el entorno, presentan un oasis de tranquilidad al aire libre con unas vistas fantásticas al río Miño y el paisaje gallego. Sus aguas, de mineralización débil, bicarbonatadas, sódicas, fluoradas, líticas, y sulfuradas, emergen a una temperatura de 61ºC. Esto las hace idóneas para tratar el estrés, la artritis, afecciones de la piel, o dolores musculares. Además, mejoran la circulación sanguínea, y actúan como antiinflamatorios y cicatrizantes.

Las aguas termales de un pueblo de Galícia que parecen un jardín japonés

Las aguas termales de un pueblo de Galícia que parecen un jardín japonés

/ Istock / Sebastian Sonnen

Las instalaciones cuentan con 11 termas exteriores y 3 interiores, organizadas en dos circuitos distintos: el circuito zen, que sigue la tradición del Onsen, con construcciones de madera y piedra ovalada, diseñado para la relajación; y el circuito celta, con termas de piedra inspiradas en la arquitectura de los castros, con aguas en movimiento diseñadas para la relajación muscular.

En la parte de arriba del recinto de las termas se encuentra un edificio al más puro estilo japonés, dentro del cual podemos encontrar el sushi bar, con una carta variada que ofrece desde bocadillos hasta deliciosas ensaladas y sopas típicas japonesas, así como una gran oferta de tés de distintas nacionalidades. Para terminar de completar la experiencia de relajación, el bar dispone también de una amplia terraza exterior.

Todavía en el interior del edificio, podemos disfrutar de tratamientos de relajación, como baños aromáticos, todo tipo de masajes, e incluso un baño de chocolate; y de tratamientos de belleza, tanto faciales como corporales. Otra opción son la sauna y los baños termales, perfectos para continuar con el tratamiento de las aguas termales.

Las instalaciones de las termas Outariz cuentan con una serie de servicios pensados para la organización de eventos: uno de ellos es la sala multiusos, que permite realizar una gran variedad de eventos como charlas informativas o exposiciones, y que cuenta con la posibilidad de poder disfrutar del uso de las termas y las zonas exteriores.

El precio por persona para acceder al recinto es de 6,65€ por 2 horas, incluido el tiempo de vestuario. La edad mínima de entrada es de 5 años, y no se puede reservar la entrada, aunque si se completa el aforo de las termas se abre una lista de espera. Existe igualmente la opción de hacerse abonado de las termas, con un pago de matrícula de 25€ y diferentes modalidades de pago de mensualidad.

Si bien se puede llegar a las termas en coche, la mejor forma de llegar es subirse al tren de las termas (línea 19 del transporte público), cuyo billete tiene un precio de 0,78€. Se trata de trenecillo, adaptado para personas con movilidad reducida, que parte de la Plaza Mayor y ofrece un agradable paseo por la orilla del río Miño. No es un tren turístico, pues no tiene un guía que ofrezca explicaciones, pero transita por espacios restringidos a los coches, como el centro histórico, o el propio Paseo Termal, en el que se ubican otras termas de la zona. Es, además, el único vehículo que cruza el Puente Romano, y ofrece unas vistas privilegiadas de este icónico monumento.

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