El pueblo más antiguo de Castilla-La Mancha es el lugar donde Santa Teresa se olvidó el baúl

Íberos y celtíberos fueron los primeros pobladores del territorio castellanomanchego en el siglo IV a.C. La riqueza arqueológica de la región se extiende desde Guadalajara hasta Ciudad Real, así como su gran historia por la que han pasado visigodos, germánicos y árabes. Sigüenza, Almagro, Viso del Marqués o Campo de Criptana son pueblos que albergan un importante patrimonio cultural que demuestran su rico pasado.

Pero es Toledo, ciudad que una vez fuera capital de España, la provincia que esconde el municipio más antiguo de Castilla-La Mancha. Con algo más de 2.500 habitantes y restos prehistóricos hallados en la zona, Villarrubia de Santiago es considerado el pueblo con más historia de la comunidad. Aunque cuenta con restos del siglo XIII, no se fundó oficialmente hasta el año 1204, por parte del maestre de la Orden de Santiago, Fernán González de Marañón.

Durante la Edad Media fue un importante asentamiento del reino de Toledo, habiendo albergado poblados íberos, romanos y árabes anteriormente. El yacimiento más antiguo hallado en la zona es el del Hoyo de la Serna, que data de la Edad de Hierro y donde se encontraron tumbas y diversos objetos como vasijas, tinajas, platos... que evidencian la celebración de complejos ritos y formas de enterramiento. En el casco antiguo de la población, frente a la iglesia, se encuentra la Cueva de la Yedra, en cuyo interior destaca la Sala de las Columnas, una impresionante estancia circular con diez columnas de piedra.

Religión católica y vinícola

Pasear entre sus calles es como pasearse por la Historia. El corazón el pueblo es la Plaza de la Constitución, alrededor de la cual se extienden locales de ocio y gastronomía, así como la Casa Señorial de Lara, perteneciente a una importante familia que cuenta con miradores de forja y cristal en abanico representando las casonas de mampostería tradicionales. La iglesia de San Bartolomé destaca entre la arquitectura del pueblo, edificada con piedra labrada y planta de cruz latina y una torre adosada.

En su interior se puede ver el baúl de Santa Teresa, la fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, que paró a descansar en la casa de los Condes de la Cadena en Villarrubia de Santiago en uno de sus tantos viajes entre Pastrana (Guadalajara) y Toledo. Según se cuenta, se dejó olvidado uno de sus baúles sobre el que se puede leer con letras claveteadas "Teresa de Cepeda".

En el interior del Ayuntamiento podemos encontrar el manuscrito árabe, que fue hallado en el año 1787. Se cree que es del año 1130 y recoge una descripción de una especie de Declaración de Derechos Humanos de la época. Fue restaurado en su totalidad, pues hoy se exhibe en un excelente estado de conservación. Y como buen municipio manchego, cuenta con varias bodegas, como la Blanco o la Lara. Y para los que quieran profundizar en las costumbres y tradiciones de Villarrubia, nada como el Museo de Leoncio, un espacio etnográfico con más de 2.000 objetos.