El pueblo abandonado de España que se ha convertido en la meca de los destinos de terror: histórico, repleto de leyendas y perfecto para Halloween
Fue devastado durante una batalla de la guerra civil española, dejando tras de sí tan solo ruinas y desolación.

Este sábado se celebra el día de Todos los Santos, una fiesta de tradición católica dedicada al recuerdo de los antepasados. Pero es la noche anterior, la del 31 de octubre, la que ha ido tomando fuerza estos últimos años; la noche de Halloween. El origen de esta fiesta se cree que está en el Samhain, un festival celta que marcaba el final de la temporada de cosecha, cuando los espíritus podían travesar el velo que separa nuestro mundo del más allá.

Con el paso de los siglos, esta celebración ha ido evolucionando hasta lo que conocemos hoy en día: disfraces (normalmente de terror), el famoso “truco o trato”, tallar calabazas para convertirlas en el llamado jack-o’-lantern, o contar historias de miedo. También es muy común el visitar sitios supuestamente encantados o poseídos por fantasmas.
Aquí en España tenemos bastantes pueblos perfectos para hacer una de estas visitas terroríficas, cuyas calles parecen estar habitadas por espíritus malignos y almas en pena. Es el caso de Belchite, un pequeño municipio situado al sur de la provincia de Zaragoza, y que durante la guerra civil española fue escenario de una de sus batallas más sobrecogedoras.
En verano de 1937, después de 14 días de batalla, el bando republicano -con ayuda de las brigadas internacionales-, consiguió hacerse con el control pueblo, pero aún así el pueblo quedó devastado. Hoy en día existen dos Belchites, el nuevo -a donde se trasladó la población al finalizar la guerra-, y el viejo -conservado como recuerdo de la batalla.

Es aquí donde se ambienta la famosa obra de teatro escrita por José Sanchis Sinisterra, ¡Ay, Carmela!; además de haber sido, debido a su singularidad arquitectónica, escenario de varias películas como Las Aventuras del Barón Munchausen, de Terry Gilliam, o El Laberinto del Fauno, de Guillermo del Toro.
Una visita arriesgada
Aquellos que visitan el pueblo de día son recibidos por el Arco de la Villa, de estilo barroco, a través del cual se accede al pueblo. A lo largo de un recorrido de hora y cuarto, la visita descubre el impresionante legado arquitectónico y patrimonial del pueblo, como la Torre del Reloj de la antigua iglesia de San Juan, de estilo mudéjar y declarada Patrimonio de la Humanidad. Son impactantes también los restos de las devastadas iglesias de San Agustín y San Martín de Tours, cuyos techos cayeron debido a los bombardeos de la aviación republicana.

Pero cuando más impactante es la visita al pueblo viejo es durante la noche, cuando se dice que se pueden escuchar campanas abandonadas que siguen repicando, los gritos de algunas de las cerca de 5.000 personas que perdieron la vida durante la batalla, e incluso ver sombras escurridizas en los esqueletos de las casas devastadas.
Las visitas al pueblo son siempre guiadas, con un precio de 6€ para la visita diurna y 10€ para la nocturna, elevándose a 12€ si se quiere visitar tanto de día como de noche. Durante esta época del año, las visitas diurnas son a las 12h y a las 16h todos los días de la semana; la visita nocturna es a las 20h de los viernes y los sábados.

Por todo esto, el pueblo de Belchite es la destinación perfecta para todos aquellos que quieran descubrir más acerca de uno de los episodios más sangrientos de nuestra historia reciente, así como para aquellos que quieran vivir una experiencia dramática y sobrenatural rodeados de uno de los escenarios más estremecedores de nuestro país.
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