La preciosa isla de Canarias que esconde la historia de amor más bonita de España
Su romántica historia no deja indiferente a nadie que la escuche y es un auténtico símbolo para los aborígenes canarios.

Hay leyendas que pasan a la historia como la de Sant Jordi, el caballero que se enfrentó a un temible dragón por salvar a una princesa de sus fauces. Otras, aunque a sabiendas de que son ficción, los espectadores las trasladan a la vida real, como la obra 'Romeo y Julieta' escrita por William Shakespeare, que encuentra cientos de interpretaciones y lugares en los que se asegura que estuvieron sus personajes.
Pero una leyenda lo es cuando los hechos que se cuentan podrían ser verdad, de no ser por algunos elementos sobrenaturales, que no siempre existen. Por eso son tan atractivas, porque resultan verídicas para quienes las escuchan. En Gran Canaria existe una que habla de la historia de amor más romántica y bonita de España. Frente al municipio de Telde se erige una formación rocosa llamada Roque de Gando. Allí se ubica la historia que a continuación narro.
La leyenda más romántica de Canarias
Allá por el siglo XV, un guerrero de nombre Addur amas -en castellano, Doramas- comenzó a forjar su propio mito en vida. Sus orígenes humildes, pues pertenecía a la casta más baja de los aborígenes canarios, los axicatnas, no le impidió convertirse en un gran guerrero, conocido por su valor y su fuerza en las batallas contra las tropas castellanas. Incluso se llegó a decir sobre él que era capaz de blandir la espada con una sola mano, al contrario que sus hombres.

Además de fuerte y valiente, era persistente, y esa característica fue la que le ayudó a conquistar a una bella joven de familia noble, prima del rey Tenesor Semidán. Ambos sabían que aquel era un amor prohibido, pero a ninguno les importó. Doramas desafió cualquier tipo de norma para alcanzar a estar con ella. Los más poderosos intervinieron rápidamente en este romance, recluyendo a la joven y pensando que así los separarían, pero no funcionó.
Cada noche, el guerrero nadaba los 300 metros que separaban el Roque de Gando de la costa de Gran Canaria para estar a su lado sin que nadie se enterara. Aun así, sus victorias continuaron hasta su muerte a manos de Pedro de Vera, que había emprendido una campaña personal contra él. Se enfrentaron a un duelo que ganó Doramas, pero la rabia se hizo con Pedro de Vera y lo acabó asesinando por la espalda, saltándose las normas del duelo como él hizo con las sociales.

Aunque trataron de humillarlo incluso después de muerto, pues pasearon su cabeza por Gran Canaria para mostrar a los aborígenes cómo acabarían si seguían sus pasos, toda su lucha y romance prohibido lo han convertido en un auténtico icono de la isla. No sabemos cuánto hay de real en esta historia, pero así son las leyendas: nunca se sabe con certeza qué está inventado y qué es lo verdadero. Eso se lo llevó Doramas a la tumba.
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