De playa artificial a santuario natural de tiburones ángel: así es el lugar más especial de las Islas Canarias
Esta playa, que inició como proyecto turístico, ha resultado ser uno de los lugares más ideales para la cría de una especie de tiburón en peligro de extinción.

Seguro que no sabías que hoy en día hay más de 47.000 especies que se encuentran en amenaza de extinción. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza —organización internacional dedicada a la conservación de los recursos naturales— que en 1964 llevó a cabo la elaboración de una lista roja, en la que clasificar a todas aquellas especies de nuestro planeta que estuviesen en riesgo de desaparecer.
De la lista actual, un 37% corresponde a especies de tiburones y rayas. En su mayor causa este porcentaje ha sido causado por el ser humano, que ha excedido la pesca de estos animales hasta provocar, en muchos casos, su extinción absoluta. Es por ello por lo que resulta curioso que el ser humano haya sido el que, sin querer, haya creado un lugar perfecto para la cría de una especie de tiburón en peligro crítico de extinción. Esta playa fue reformada en principio para atraer mayor turismo, por lo que el resultado es hasta poético, ¿no?

¿El afán turistico ha salvado una especie en peligro de extinción?
Ubicada al nordeste de Tenerife encontramos una playa muy curiosa y diferente al resto de las de la isla. Puede que te encuentres a niños jugando todo el día entre su arena blanca, o chiringuitos llenos de vida y música. Sus aguas son de ese característico azul turquesa que enamora a todo aquel que la visita. Y es en ellas donde encontramos la verdadera maravilla de esta playa, la de Las Teresitas. Pero para poder hablar de ellos tenemos que remontarnos muy atrás en el tiempo.

La playa de Las Teresitas es completamente distinta a la playa que conocieron los más veteranos de la isla. Era lo que cabe esperarse de una playa de origen volcánico: negra, y con unas aguas difíciles de disfrutar, impulsadas por la fuerza del Océano Atlántico. Aunque la gente acudía a la playa a pasar el día, el Ayuntamiento comenzó a plantearse la remodelación del lugar para atraer a más turismo hasta esta zona. La idea era crear una escollera para intentar frenar el oleaje y conseguir una playa tranquila donde se pudiese bañar toda la familia. Luego pensaron que también sería una gran idea aportarle a la playa ese toque de lugar paradisiaco trayendo arena blanca para sustituirla por la negra.

Esto no fue un “dicho y hecho”. Las ideas surgieron en la década de los 50, pero hasta los años 70 la playa no empezó a sufrir esta gran trasformación que la colocaría como uno de los lugares más visitados de toda la isla. Cómo iban a imaginar los potenciadores de esta idea de turismo masivo, que “reformando” la playa de Las Teresitas, estaban creando un espacio único para la cría y conservación de uno de los tiburones en estado de extinción critico en nuestro planeta: el angelote.

El tiburón ángel y Las Teresitas, amor a primera vista
Esta especie — en contraposición a la idea que tenemos preconcebida de lo que es un tiburón — tiene un cuerpo aplanado, no suele medir más de dos metros y normalmente no se considera un peligro para los seres humanos. Era capturado como alimento en la Antigua Grecia, y debido a la pesca comercial intensiva que hubo durante el siglo XX de esta especie, se extinguió completamente de su hábitat histórico. Cuando el angelote llegó hasta la costa reformada de Las Teresitas, encontró un hogar más que confortable en el que quedarse.

Los angelotes y los bañistas de Las Teresitas han convivido durante décadas sin mayores altercados. Es cierto que te advierten que antes de entrar en el agua, lo hagas arrastrando los pies para no pisar ninguno de ellos. Aparte de esto, bucear con los angelotes es una experiencia única que solo vas a poder vivir en esta playa. Como ya te hemos contado, está ubicada al nordeste de Tenerife, muy cerca del centro de Santa Cruz. El trasporte público llega hasta las Teresitas, pero si vas en coche propio dispondrás de un amplio aparcamiento. Hay chiringuitos que disponen de comida, pero si llevas la tuya no dejes restos ni basura en la playa, porque la mayor parte acaban en el agua ensuciando el hábitat de los angelotes.
Esta especie marina está en peligro de extinción, si han encontrado el lugar perfecto donde criarse y seguir creciendo es nuestro deber conservarlo. Si acudes a esta playa sé respetuoso con los angelotes, solo así podrás llevarte una de las mejores experiencias de toda tu vida.
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