Esta playa que nadie conoce tiene las aguas más turquesas de España: parece el Caribe y esconde un secreto arqueológico
O Vicedo es un pequeño municipio de Galicia que guarda uno de los secretos mejor escondidos del litoral español y que apenas figura en los mapas turísticos masivos.

Situado entre la ría del Barqueiro y el cabo de Estaca de Bares, que es el punto más septentrional de la Península Ibérica, O Vicedo es una localidad que apenas figura en los mapas turísticos masivos. Sin embargo, quienes han tenido la fortuna de descubrirlo coinciden en una cosa: sus playas son de otro mundo.
La joya de la corona se la lleva Arealonga, una playa de arena blanca y fina que contrasta con el azul turquesa de sus aguas. Y es que este color no es casualidad: la orientación de la playa, la escasa profundidad de su orilla y la limpieza de sus fondos marinos contribuyen a esa tonalidad casi irreal. Es una imagen que rompe con el estereotipo de las frías y bravas costas gallegas.
A diferencia de otras playas de Galicia más conocidas, Arealonga y sus alrededores han logrado escapar a hasta el momento de la presión urbanística y turística. En lugar de chiringuitos, el visitante encontrará pinares, senderos y miradores naturales que ofrecen vistas espectaculares de la ría.

Es un paraíso para senderistas, amantes de la fotografía y quienes buscan desconectar del mundo moderno. La zona forma parte de la Red Natura 2000, lo que garantiza su protección ecológica y la preservación de su biodiversidad.
No obstante, lo que realmente distingue a O Vicedo de cualquier otra playa de la costa española es un descubrimiento arqueológico que ha despertado la curiosidad de historiadores y viajeros por igual: los restos de un antiguo asentamiento vikingo.

En los últimos años, excavaciones en la zona de Punta Socastro -cerca de la playa de Arealonga- han sacado a la luz vestigios de un pequeño poblado costero que algunos expertos vinculan con incursiones vikingas del siglo IX. Se han hallado restos de estructuras circulares, utensilios de metal y cerámica que, según las primeras investigaciones, no corresponden a la cultura celta ni romana dominante en la zona durante aquella época.
Aunque las investigaciones aún se encuentran en curso, el hallazgo ha generado una oleada de teorías y especulaciones. ¿Podrían los vikingos haber utilizado O Vicedo como base temporal durante sus incursiones en la península? ¿O tal vez como punto estratégico para comerciar o reparar sus embarcaciones?
Una escapada diferente
O Vicedo representa ese tipo de destino que aún existe en Europa: virgen, auténtico y fuera del radar. No hay hoteles de lujo ni grandes infraestructuras turísticas, pero sí casas rurales con encanto, una gastronomía basada en mariscos de calidad y una hospitalidad gallega que te conquistará desde el primer día.
Dicho esto, si este verano buscas algo diferente, no mires al sur ni cruces el charco del Atlántico. Tal vez la próxima gran aventura esté en el norte, en un rincón olvidado de Galicia donde los vikingos encontraron refugio en su día.
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