Parece Australia, pero está en España: la misteriosa playa "con acantilados de infarto en un lugar sagrado"

No hace falta cruzarnos el mundo para encontrar playas de infarto. Y, para muestra, esta joya natural de Fuerteventura.

La playa de Fuerteventura que parece sacada de una película postapocalíptica.
La playa de Fuerteventura que parece sacada de una película postapocalíptica. / Istock / Frank Günther

A la hora de elegir un destino de playa, los viajeros españoles saben que no hace falta cruzar el charco para disfrutar de playas únicas. De hecho, España ondea este año 642 banderas azules en sus playas, cuatro más que en 2024, lo que coloca al país un año más como líder mundial

Adriana Fernández

Las banderas azules se conceden a aquellas playas que cuentan con aguas de excelente calidad, servicios de socorrismo o accesibilidad y programas de educación ambiental. Y sí, una bandera azul nos indica que estamos ante una playa de infarto, pero lo cierto es que hay en España otras muchas que no cuentan con este distintivo, pero nos trasladan a escenarios de película. ¿Un ejemplo? La playa de Fuerteventura que hoy visitamos, que parece una bahía de Australia, pero la tenemos en nuestro país, bien custodiada por unos acantilados de infarto.

Playa del Viejo Rey: naturaleza sin filtros

Situada en el pequeño pueblo pesquero de La Pared, en la costa oeste de Fuerteventura, la playa del Viejo Rey aparece ante el viajero como una lengua de arena dorada custodiada por escarpados acantilados. El viento aquí siempre sopla con fuerza, las olas se vuelven violentas y la sensación de aislamiento es casi total. No hay chiringuitos, no hay hamacas, ni siquiera hay sombras. Lo que hay es la naturaleza mostrando su cara más cruda y salvaje. Quizá, por ello, es una de las playas de la isla en las que se puede practicar nudismo sin ningún pudor ni miedo a miradas indiscretas.

La playa Viejo Rey se encuentra muy cerca de La Pared.

La playa Viejo Rey se encuentra muy cerca de La Pared.

/ Istock / Luis Becerra berbel

La playa tiene una longitud de 800 metros, y no siempre es apta para el baño, ya que las corrientes son intensas y el oleaje puede ser peligroso. Sin embargo, es precisamente la fiereza de las olas la que hace que los surfistas de la isla lo consideren un lugar casi sagrado. También es habitual descubrir cómo los fotógrafos se afanan por buscar el mejor encuadre para sus instantáneas.

La playa del Viejo Rey nos traslada a algunas playas de Australia en un abrir y cerrar de ojos. Aridez, dunas erosionadas, colores intensos y un horizonte que parece no tener fin. Y, en los días nublados, el lugar parece un paisaje sacado directamente de una distopía cinematográfica.

Tan solo un puesto de vigilancia revela presencia humana en Viejo Rey.

Tan solo un puesto de vigilancia revela presencia humana en Viejo Rey.

/ Istock / We-Ge

Leyenda con ecos guanches

Según cuenta la tradición oral de la isla, el nombre de playa del Viejo Rey no es casual. Este lugar era frecuentado por un antiguo rey guanche que, cansado de las luchas internas por el poder, se retiró a este rincón escondido para encontrar paz y contemplar el océano. Se dice que aquí meditaba durante horas, observando el mar buscando respuesta.

A pocos kilómetros de la playa del Viejo Rey, y como parada obligada en cualquier ruta por esta parte de Fuerteventura, se encuentra el mirador astronómico de Sicasumbre. Desde aquí, el paisaje que se despliega ante nuestros ojos es tan sobrecogedor que cuesta creer que uno no haya sido teletransportado a Marte.

Un paisaje marciano de la montaña Cardon desde el mirador de Sicasumbre.

Un paisaje marciano de la montaña Cardon desde el mirador de Sicasumbre.

/ Istock / rusm

Cuenta el mirador con paneles explicativos, relojes solares y estructuras que ayudan a identificar constelaciones. Además, y gracias a la escasa contaminación lumínica de la zona, estamos en uno de los mejores lugares de España para contemplar el cielo estrellado con la Nebulosa de Orión.

La montaña Cardón, que se alza en el horizonte, domina una extensión de terreno rojizo y rocoso que recuerda a los paisajes marcianos. No hay vegetación visible, ni signos de agua, solo ondulaciones del terreno, piedras erosionadas y un SILENCIO que solo se puede escribir con letras mayúsculas.

Muy cerca de la playa Viejo Rey se encuentra el municipio de Pájara.

Muy cerca de la playa Viejo Rey se encuentra el municipio de Pájara.

/ Istock / pkazmierczak

Ni la playa del Viejo Rey ni el mirador de Sicasumbre son sitios pensados para el viajero convencional. Aquí no hay actividades organizadas ni servicios turísticos. Lo que hay es naturaleza en estado puro que convierte este destino en un paraíso para aquellos que disfrutan del silencio, del viento y de los paisajes que no parecen de este mundo.

En definitiva, no es necesario viajar hasta Australia para descubrir playas que podrían ser el escenario de una película postapocalíptica con acantilados de infarto. Tan solo tenemos que volar a Fuerteventura para descubrirlas y, si tenemos tiempo, podemos visitar otros lugares igual de imprescindibles en este paraíso de colores volcánicos.

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