Parece los Alpes, pero es España: el lago glaciar más alto de la península forma parte de un Espacio Natural Protegido y es perfecto para el otoño
Una de las mayores joyas de los Pirineos, tiene varias rutas de acceso aptas para senderistas de todos los niveles.

Los lagos glaciares son uno de los accidentes geológicos más espectaculares que existen sobre la faz de la Tierra. La mayoría de estos lagos se formaron durante el Pleistoceno, caracterizado por modificaciones climáticas extremas y glaciaciones extensas; durante este período, grandes bloques quedaron atrapados entre colinas, y su desplazamiento o retroceso provocó fuertes erosiones en el terreno. Al fundirse estos glaciares con el paso del tiempo, las aguas formaron lagos de aguas claras y frías. Dependiendo de las partículas minerales influyentes en la vida acuática presentes en el agua, los lagos pueden presentar tonos blanquecinos o verdosos; en invierno, si la altitud es suficiente, la capa superior puede llegar a congelarse.

En el pirineo aragonés, más concretamente entre el valle de Ansó y la Tuca del Aneto, los lagos de origen glaciar reciben el nombre de “ibón”. Hay un total de 197 ibones identificados en la zona, de tamaños y formas muy diferentes los unos de los otros, y algunos de los cuales alimentan pequeñas centrales hidroelécticas. De entre todos estos, uno de los más conocidos es el Ibón de Plan, en el municipio de Plan, perteneciente a la provincia de Huesca.
Uno de los lugares más bellos de los Pirineos, este ibón se eleva hasta los 1.910 metros sobre el nivel del mar, y se encuentra rodeado por enormes paredes y peñascales de piedra, y bosques de pino negro y praderas verdes. Recibe también el nombre de Basa de la Mora, pues cuenta la leyenda que una joven princesa mora se perdió cuando huía de un castillo cercano, y desde entonces su alma vaga por las profundidades del lago. Se dice que en el amanecer de San Juan, aquellos que laven su cara en las aguas de lago y sean puros de corazón podrán ver emerger a la chica desde lo más profundo del lago.

Caminando, caminando… llegué al ibón
Son dos las principales rutas a través de las cuales poder acceder al lago. La primera de ellas, perfecta para hacer en familia, se hace parcialmente en coche, y su punto de partida se encuentra en la localidad de Saravillo. Desde allí, y comprando un ticket de unos 5€, se accede a una pista forestal de unos 14 kilómetros que lleva hasta el Refugio de Lavasar. Hay que tener cuidado a la hora de circular por esta pista, pues no está asfaltada, tiene muchas curvas, y es de doble sentido. Una vez se llega al refugio, donde se puede aparcar el coche, hay que tomar el sendero marcado como GR-15 que sale por detrás del refugio. De una duración de unos 20 minutos, el camino es mayormente llano, con algunas rocas en el inicio y un pequeño desnivel justo antes de llegar al lago.

Igualmente desde la localidad de Saravillo se puede llegar a pie hasta el lago; solo hace falta seguir el sendero GR-15, con constantes marcas blancas y rojas que llevan hasta el refugio.
La otra de las rutas para llegar hasta el Ibón del Plan parte de la localidad de Plan, y se hace íntegramente a pie. Si bien no es de una dificultad demasiado elevada, el gran desnivel que acumula en los 3 kilómetros aproximados de distancia entre el pueblo y el ibón hace que sea un poco dura. Con dura duración media de 3 horas de ida y otras 3 de vuelta, el camino está muy bien señalizado en todo momento (con carteles y marcas amarillas y blancas), y recorre prados, bosques y zonas rocosas. A lo largo del recorrido, además de paisajes impresionantes del valle de Chistau, se pueden vislumbrar, si tenemos suerte, algunos de los habitantes de estos bosques, como sarrios, marmotas, o quebrantahuesos.

Ahora en otoño es de suma importancia consultar la previsión del tiempo y el estado de los senderos antes de emprender el camino hacia el Ibón de Plan, pues puede ser que en las cotas más altas haya nieve o hielo. Además, es posible que después de tormentas de cierta intensidad algunos de los tramos de la pista forestal sean infranqueables con coches convencionales.
El Ibón de Plan forma parte del Espacio Natural Protegido de Los Ibones, por lo que es importante ser respetuosos con el entorno y su biodiversidad. Esta zona es hogar de aves como el urogallo o el águila real, mientras que el propio ibón acoge todo tipo de anfibios, tritones y peces.
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