5 motivos para visitar Valencia un año después de la DANA: un nuevo restaurante, un hotel top y una costumbre que debería ser Patrimonio de la Humanidad
El 29 de octubre de 2024 las aguas arrasaron todo a su paso por la comarca de l'Horta Sud en un día que ni valencianos ni españoles podremos olvidar jamás.

Hace justo un año, Valencia fue noticia por un motivo que nadie desea: la terrible DANA nos dejó imágenes que hemos intentado olvidar. Los titulares recorrieron el mundo y, con ellos, la idea de una ciudad herida. Aquí, en Revista VIAJAR, nuestro director digital le escribió una bella misiva: Carta de amor a Valencia, mi añorada terreta en la que volverá a brillar el sol.
Y ahora que se cumple un año de la tragedia, descubrimos que Valencia ha vuelto a brillar. No solo se ha recuperado, sino que lo ha hecho con más energía, con más propuestas y con ese carácter mediterráneo que siempre convierte las dificultades en oportunidades. La capital del Turia se ha reinventado sin perder su esencia: abierta, luminosa y trepidante. ¿Quieres comprobarlo? Pues aquí vas a descubrir 5 motivos para visitar Valencia un año después de la DANA, aunque podríamos ofrecerte otros mil más.

El Roig Arena: nuevo icono urbano
El 2025 ha traído a Valencia una de las aperturas más esperadas: el Roig Arena, el espectacular recinto multiusos impulsado por Juan Roig, presidente de Mercadona. Situado junto a la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el edificio se ha convertido (incluso desde antes de su inauguración) en símbolo de la nueva Valencia. Su arquitectura es impresionante: una estructura ovalada, revestida de paneles metálicos y vidrios que reflejan la luz del mar. Dentro, un espacio para conciertos, eventos deportivos y grandes espectáculos, con capacidad para más de 15.000 personas.

Pero el Roig Arena no es solo un edificio sino toda una declaración de intenciones. Representa una Valencia que mira al futuro, apostando por la cultura y el ocio, y que se atreve a competir con las grandes capitales europeas.
One Shot Puerta Ruzafa: hotel en el SoHo valenciano
Si hay un símbolo que refleja la vuelta a la vida de Valencia, son las flores. Y por eso una parada imprescindible es Ruzafa, el barrio más colorido de la ciudad. Su nombre significa jardín en árabe y su historia se remonta a los orígenes de Valencia: la actual Puerta Ruzafa marcaba el límite de la antigua muralla y el barrio fue durante siglos una fértil huerta que abastecía a la ciudad. Allí descubrimos One Shot Puerta Ruzafa, el último hotel de la cadena One Shot Hotels, reconocida por su apuesta por el arte, la arquitectura y la cultura local. Su ubicación estratégica, a pocos minutos del mercado de Colón, los Jardines del Turia o la Estación del Norte, lo convierte en el punto de partida ideal para recorrer Valencia a pie o en bicicleta.

Diseñado por la interiorista Alejandra Pombo, está inspirado en la naturaleza y el carácter mediterráneo, combinando elegancia, diseño contemporáneo y una atmósfera acogedora que conecta con el espíritu del barrio. Su propósito es claro: formar parte de la experiencia del viajero, sumar a sus recuerdos y convertirse en ese lugar al que apetece volver después de un día explorando la ciudad.

Alegal: lo último de Dani García
El chef Dani García, con tres estrellas Michelin a sus espaldas, firma la propuesta gastro de Alegal, un proyecto de Álex Valmaña y Salim Bravo. El establecimiento, ambientado en los años de la ley Seca, ocupa las antiguas salas del cine Aragón y tiene capacidad para 230 comensales dispuestos en torno a una mesa de DJ. Y es que nos encontramos ante un espacio híbrido, a medio camino entre restaurante y lounge-club, donde la música, el diseño y la cocina se entrelazan.
La carta tiene guiños claros al sello Dani García gracias a propuestas como el brioche de rabo de toro con salsa bull o la burger con pan pretzel, pero también hay otras sorpresas como su ‘cereza’, una mousse de foie gras con jugo de cereza, oporto y queso parmesano o su pizza carbonara con base blanca de mozzarella ‘Fior di latte’ cubierta de guanciale y yema de huevo. El precio medio ronda los 40 - 50 euros por persona.
El esmorzaret: una costumbre que debería ser Patrimonio de la Humanidad
En Valencia no se desayuna, se esmorza. El esmorzaret es mucho más que una comida: es una tradición profundamente arraigada que une generaciones, barrios y formas de vida. En los últimos años, muchos de sus adeptos y defensores reclaman su reconocimiento como Patrimonio Cultural Inmaterial. Y no es para menos: pocas cosas definen tan bien el espíritu valenciano como este rito de media mañana donde lo importante no es tanto comer como compartir.

A media mañana, los bares se llenan de obreros, oficinistas, estudiantes y vecinos que se sientan juntos para compartir un bocadillo (uno de los más amados es el blanco y negro o, lo que es lo mismo, longaniza con morcilla), unas aceitunas (aunque allí mejor se piden olivas), cacahuetes, una cerveza o un cremaet.
Porque Valencia nos necesita
A pesar de todo lo que ofrece, las visitas internacionales a Valencia han caído en el último año. Tras la DANA de 2024, muchos viajeros extranjeros cancelaron o pospusieron sus reservas, influenciados por imágenes de calles inundadas que recorrieron los informativos.

Pero lo cierto es que esa Valencia ya no existe. La ciudad se ha recuperado y pasear hoy por el Jardín del Turia, recorrer el Cabanyal o descubrir las 7 cosas imprescindibles que hay que ver en Valencia, según los viajeros, supone descubrir una ciudad con nuevos espacios que miran al futuro, tradiciones que resisten el paso del tiempo y una hospitalidad que conquista a quien la visita. Porque si algo enseña Valencia es que el sol siempre vuelve a salir, incluso después de la tormenta.
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