El mejor pueblo de España para recoger setas es Conjunto Histórico-Artístico: bosques preciosos y murallas medievales únicas
Entre murallas medievales y bosques frondosos, Sos del Rey Católico, uno de los pueblos más bonitos de España, se convierte cada otoño en un paraíso para los amantes de las setas.

Sos del Rey Católico, en la comarca zaragozana de las Cinco Villas, es de esos lugares que parecen diseñados para el disfrute de las pequeñas cosas, de la esencia más española... Sus calles, sus casas de piedra dorada y sus murallas del siglo X cuentan historias de reyes, comerciantes y artesanos. No es casualidad que fuera declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1968, y es que caminar por su casco antiguo es viajar al medievo sin salir de Aragón. ¿No es increíble?
Desde lo alto del castillo, las vistas se abren hacia los montes del Prepirineo y los bosques que, en otoño, se cubren de tonos rojizos y dorados. Y entre esas laderas húmedas y sombreadas crece el verdadero tesoro de la temporada; las setas.
El paraíso micológico del Prepirineo aragonés
El entorno de Sos del Rey Católico es uno de los enclaves más ricos en variedades micológicas de Aragón. Entre los pinares, robledales y hayedos de la zona se esconden níscalos, boletus, trompetas de los muertos, negrillas y setas de cardo, especies que atraen cada año a cientos de aficionados. Las lluvias de septiembre y octubre, junto con el clima húmedo y templado del Prepirineo, crean las condiciones perfectas para que el monte se llene de vida.
Pero lo mejor es que aquí no hace falta ser experto, basta con adentrarse en los senderos de la sierra, cesta en mano, para vivir una de las experiencias más auténticas del otoño. Además, el ayuntamiento organiza jornadas micológicas y rutas guiadas en colaboración con la Asociación Micológica del Prepirineo, donde se enseñan las claves para recolectar de forma responsable y disfrutar sin dañar el ecosistema. Quizás no lo sepas aún; pero es un auténtico planazo.
Entre murallas y aroma a tierra húmeda
El encanto de Sos va más allá de su entorno natural. Dentro de sus murallas se esconde un laberinto de calles estrechas y silenciosas, con casas blasonadas, patios escondidos y escudos tallados en piedra. Aquí nació Fernando el Católico, que no es moco de pavo, y todavía se respira el aire de frontera que marcó la historia del Reino de Aragón. El castillo y la iglesia de San Esteban conservan frescos románicos y vistas panorámicas del valle del Onsella, mientras la plaza de la Villa sigue siendo el corazón del pueblo, con sus soportales y su fuente medieval.

En otoño, el olor a leña y a tierra mojada acompaña el paseo, y no hay mejor final que una comida en alguno de sus mesones tradicionales, donde las setas se sirven al ajillo, con huevos rotos o en guisos lentos que saben a hogar.
Pueblo de cine
Sos del Rey Católico no es solo historia, también es cultura viva y memoria cinematográfica. En 1984 fue el escenario de La vaquilla, de Luis García Berlanga, una de las películas más emblemáticas del cine español. El rodaje dejó una huella tan profunda que el pueblo conserva todavía rincones, fotografías y anécdotas de aquel verano, cuando vecinos y actores compartieron calles, platos y escenas.

Más allá de la recolección, Sos del Rey Católico celebra el otoño como una estación completa; de paseos por los bosques, de silencio en las murallas y de mesas que huelen a campo. La combinación de paisaje, historia y gastronomía lo convierte en uno de los destinos más completos del norte de España para esta época del año. Porque aquí, entre las piedras antiguas y los pinares húmedos, el otoño no se mira; se huele, se pisa y se saborea.
Síguele la pista
Lo último