Las 7 maravillas medievales de España: perfectas para visitar en otoño y descubrir castillos, historias y leyendas

España puede ofrecer multitud de destinos pero, sin duda, a nadie dejan indiferente aquellos que datan de la época medieval; son la combinación perfecta de patrimonio, belleza e historia.

Las siete joyas españolas que te harán enamorarte del pasado medieval español.
Las siete joyas españolas que te harán enamorarte del pasado medieval español. / Istock / changered

España es uno de los países con más patrimonio medieval del mundo. Castillos, villas amuralladas, palacios y pueblos donde aún suenan las campanas como hace siete siglos. Este otoño, cuando los turistas desaparecen y las hojas cubren las calles, es el momento perfecto para recorrer estas siete maravillas medievales, lugares donde la piedra cuenta historias, la gastronomía huele a fuego y cada rincón parece hecho para perderse. ¿Quieres conocer las siete joyas que Viajar te recomienda? Prepárate para adentrarte en una aventura fascinante.

Adriana Fernández

Albarracín (Teruel)

No hay lista de pueblos medievales sin Albarracín, y con razón. Situado sobre un acantilado del río Guadalaviar, fue capital de un pequeño reino taifa en el siglo XI. Sus murallas se extienden más de un kilómetro sobre las rocas, el castillo musulmán domina el horizonte y su casco urbano conserva intacta la trama árabe original. Entre sus curiosidades, las casas rosadas se tiñen de ocre por un pigmento local llamado yeso ferruginoso. Además, su Museo Diocesano guarda uno de los tapices flamencos mejor conservados de España. 

Vistas de Albarracín con su catedral en primer plano.

Vistas de Albarracín con su catedral en primer plano.

/ Istock / StockPhotoAstur

Santillana del Mar (Cantabria)

La llamada “villa de las tres mentiras” es en realidad una joya real del románico. La Colegiata de Santa Juliana, del siglo XII, es una de las iglesias más importantes del norte y conserva un claustro tallado con más de 40 capiteles únicos. Por sus calles empedradas pasaron nobles y comerciantes; hoy están llenas de talleres artesanos, queserías y posadas con siglos de historia. A solo dos kilómetros, la Cueva de Altamira, la “Capilla Sixtina del arte rupestre”, añade otro capítulo a la historia del arte en España.

Santillana del Mar, Santander.

Santillana del Mar, Santander.

/ Istock / Jose Miguel Sanchez

Besalú (Girona)

Su puente fortificado sobre el río Fluvià es uno de los iconos más reconocibles del medievo catalán. Besalú fue sede de un importante condado y conserva un micvé (baño ritual judío) del siglo XII, uno de los pocos que se conservan en Europa. Cada septiembre celebra una feria medieval que transforma el pueblo en un viaje en el tiempo, con herreros, trovadores y mercados de época. Además, a pocos kilómetros está la zona volcánica de La Garrotxa, con más de 40 conos y rutas ideales para combinar historia y naturaleza.

Vista aérea del puente medieval del Besalú al atardecer.

Vista aérea del puente medieval del Besalú al atardecer.

/ Istock / Eloi_Omella

Frías (Burgos)

Con menos de 300 habitantes, Frías presume de ser la ciudad más pequeña del país… y una de las más impactantes. Su castillo del siglo X, levantado sobre una peña que domina el Ebro, es una auténtica fortaleza tallada en la roca. Las casas colgantes desafían la gravedad y su puente medieval de nueve arcos (con torre defensiva incluida) es uno de los mejor conservados de Castilla. ¿Quieres saber una curiosidad? Frías fue declarada “ciudad” por el rey Juan II en el siglo XV, un título que conserva hasta hoy.

Vista panorámica de Frías.

Vista panorámica de Frías.

/ Istock / Vitor Ribeiro

Peratallada (Girona)

Peratallada (“piedra tallada”) hace honor a su nombre, pues está literalmente esculpida sobre roca viva. Sus calles empedradas, murallas y fosos lo convierten en uno de los conjuntos medievales más cuidados de Cataluña. Además, es un destino gastronómico de referencia: el restaurante El Pati ocupa una casa del siglo XV y es parada obligatoria para probar los arroces del Empordà o la butifarra con judías. En otoño, los viñedos que lo rodean cambian de color y el ambiente es puro Empordà; luz dorada, calma y sabor a vino.

Peratallada es una ciudad medieval de Cataluña, en el norte de España, en la Costa Brava.

Peratallada es una ciudad medieval de Cataluña, en el norte de España, en la Costa Brava.

/ Istock / Pablo Sebastian Intelisano

Olite (Navarra)

El Palacio Real de Olite, levantado en el siglo XV por Carlos III el Noble, fue una de las residencias más fastuosas de Europa. Tenía jardines colgantes, jaulas con animales exóticos y torres con nombres como “de la Reina” o “del Tesoro”. Hoy se puede visitar casi entero, y subir a sus murallas es una experiencia mágica, sobre todo al atardecer. En la misma villa, las bodegas navarras ofrecen degustaciones del vino de la DO Navarra, una excusa perfecta para cerrar el día con un brindis histórico.

Morella (Castellón)

Con más de 2,5 kilómetros de muralla, Morella domina el Maestrazgo desde lo alto de su colina. Su castillo, habitado por árabes, templarios y reyes, fue clave en la historia de la Corona de Aragón. Dentro del casco antiguo destacan la Basílica de Santa María la Mayor, con un coro tallado en madera policromada que es una obra maestra del gótico. Y entre noviembre y marzo, Morella huele a trufa negra, protagonista de sus jornadas gastronómicas, una experiencia tan deliciosa como histórica.

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