A dos horas de Madrid, un hotel salmantino nominado al 'Mejor Desayuno' celebra la tradición familiar con un emotivo homenaje a su abuela Eunice
A solo 200 kilómetros de Madrid, el Eunice Hotel Gastronómico rinde homenaje a la abuela de Jose Manuel Pascua, ofreciendo un ambiente único de paz y tradición, con 13 habitaciones, un desayuno de autor nominado como finalista en Madrid Fusión 2025 y una experiencia culinaria que destaca por la sencillez y la dedicación

"Eunice Hotel Gastronómico es un homenaje a mi abuela", dice el chef Jose Manuel Pascua con emoción al hablar de esa mujer que reunía a la familia cada día alrededor de una comida que no solo alimentaba el cuerpo, sino también el alma. Y es que, como bien asegura, "la cocina es el lugar donde todo ocurre, donde se forjan los lazos que nos unen". Ubicado en un palacete de estilo clásico castellano en la Plaza de Monterrey de Salamanca, el Eunice Hotel Gastronómico (Pl. de Monterrey, 3 / 923 88 08 22) es un espacio que va más allá de ser solo un hotel, integrando en cada rincón el concepto de lo familiar y lo tradicional. Antiguamente, este edificio que fue propiedad de una pionera médica salmantina, no es solo un lugar para dormir, sino una experiencia que fusiona arte, cultura, gastronomía y, sobre todo, los valores de esfuerzo, cariño y dedicación que la abuela Eunice transmitió a su nieto. Este refugio de tranquilidad invita a disfrutar de lo mejor de la tradición, combinando la cercanía y hospitalidad de un hospedaje boutique con una gastronomía de calidad.
A tan solo 200 kilómetros de Madrid, este oasis de paz y tradición rinde homenaje a la abuela de Jose Manuel Pascua, quien, con su esencia impregnada en cada rincón, inspiró este proyecto único. Con 13 habitaciones, incluidas suites junior y opciones con acceso directo al jardín, el hotel recibe a sus invitados de una forma especial: sin una recepción convencional, los huéspedes son recibidos por un anfitrión en una mesa redonda, "símbolo de cercanía y hospitalidad", explica Silvia Gaspar, sumiller y directora de desayunos y eventos en Eunice. Uno de los grandes orgullos de este hotel es su reconocido desayuno de autor nominado como uno de los siete finalistas al premio al Mejor Desayuno de Hotel en Madrid Fusión 2025. Preparado a la vista en una auténtica cocina económica "vintage", este desayuno se sirve en tres etapas: líquido, salado y dulce, cada una diseñada para ser disfrutada con calma y dedicación. Entre sus delicias, se encuentran cafés de distintas procedencias, embutidos ibéricos de Guijuelo, como el jamón cortado al momento, y dulces caseros preparados diariamente en su obrador, como la bamba, la tartaleta, y sus mantequillas y mermeladas artesanas. Y como broche final, la emblemática tortilla del chef salmantino elaborada con verduras frescas de temporada para cada grupo, ofrece una experiencia gastronómica y visual que cautiva todos los sentidos.
Un homenaje a la tradición rural: la cocina como reflejo de valores familiares
En un mundo donde todo parece ir a la velocidad de la luz, donde la innovación y la vanguardia dominan las tendencias, hay quienes encuentran en la cocina una forma de rendir homenaje a lo que realmente importa: "los valores que nos definen como personas", sostiene Pascua a este medio. Y es que, en cada plato, en cada ingrediente cuidadosamente seleccionado, se esconde una historia de esfuerzo, sacrificio y, sobre todo, amor familiar. Así lo demuestra quien nos invita a adentrarnos en su casa, un espacio que no solo está diseñado para cocinar, sino para honrar una figura maternal que, como tantas otras, fue el pilar de una familia: la abuela, la madre, "la mujer que nos enseñó que, en torno a una mesa, se encuentra el verdadero sentido de la unión". La mesa redonda en el centro de su casa no es solo un objeto, es el emblema de la reunión, del compartir, del "respeto por las tradiciones que nos definen".
Pero más allá de los recuerdos familiares, su propuesta va más allá: una cocina que respeta el producto, que respeta los tiempos y que, por encima de todo, respeta la esencia de lo aprendido en su niñez. Lejos de las prisas y la modernidad impuesta por la exigencia del "todo ya", su filosofía gastronómica es clara: "Respetar el producto, manipularlo lo menos posible, y no saltarse los tiempos. Eso es lo que nos enseña la tradición", añade el también gerente de BAMBÚ Tapas y Brasas.
Y es que su viaje profesional tras años de aprendizaje autodidacta, en los que repitió cada receta con la dedicación de quien sabe que cada plato tiene su historia, decidió salir de su zona de confort y conocer el mundo. Fue en sus viajes por diferentes países donde encontró la inspiración que necesitaba para entender que la cocina tradicional es universal. "La vanguardia está bien, pero las raíces son lo que realmente nos conectan", reflexiona. Lo que distingue a una gastronomía de otra no es solo la técnica, sino los ingredientes que la tierra ofrece y la manera en que se les respeta. A lo largo de su carrera, ha aprendido mucho de la gastronomía clásica y se ha nutrido de los antiguos maestros, reconociendo que las herramientas modernas no garantizan el mismo resultado sin la dedicación y el compromiso de aquellos cocineros que empezaron con pocos recursos.
Este chef, que ha sabido combinar la cocina castellana con las enseñanzas que ha encontrado en sus viajes, defiende una gastronomía en la que el ego queda atrás, y lo esencial es el conocimiento profundo de los ingredientes, la dedicación al proceso y, sobre todo, la honestidad. "Soy transparente, sincero y coherente. Si no soy capaz de transmitir esos valores, entonces no soy capaz de transmitir nada", asegura con convicción. Porque, al final, como bien dice: "Ojalá dejáramos la mitad de lo que ellos nos dejaron". Y esa mitad, no es solo un legado de recetas, sino un legado de valores que siguen viviendo en cada mesa, en cada plato y en cada gesto de amor familiar.
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