Dicen que es el lugar donde Santa Teresa se olvidó del baúl: el pueblo más antiguo de Castilla-La Mancha es un remanso de historia, leyenda y calma castellana

El pueblo que mezcla historia, belleza y tradición al más puro estilo manchego.

El lugar perfecto para conocer la verdadera belleza e historia.
El lugar perfecto para conocer la verdadera belleza e historia. / Istock / José RAMIRO LAGUNA

Entre campos dorados y cielos que parecen infinitos, Villarrubia de Santiago, en la provincia de Toledo, guarda siglos de historia y una anécdota que ha sobrevivido al tiempo, pues dicen que aquí Santa Teresa de Jesús se olvidó su baúl. Pero más allá de la leyenda, este pequeño pueblo esconde uno de los conjuntos urbanos más antiguos y mejor conservados de Castilla-La Mancha.

Redacción Viajar

Donde el tiempo no corre, camina despacio

Villarrubia de Santiago pertenece a esa Castilla que no necesita hacer ruido para impresionar. Sus calles de piedra, sus casas de piedra caliza y su plaza mayor porticada conservan el aire sereno de los pueblos que crecieron al ritmo de las campanas y las cosechas. Según los historiadores, sus orígenes se remontan a la época visigoda, y ya en el siglo XII aparece documentada como una villa consolidada, lo que la convierte en una de las poblaciones más antiguas de Castilla-La Mancha.

Campos de labranza con trigo, olivos y frutales en primavera y el pueblo de Villarrubia de Santiago.

Campos de labranza con trigo, olivos y frutales en primavera y el pueblo de Villarrubia de Santiago.

/ Istock / José RAMIRO LAGUNA

Durante la Edad Media, formó parte de las tierras del poderoso Arzobispado de Toledo, y su ubicación estratégica, en el camino que unía la capital con Cuenca y el Levante, la convirtió en punto de paso para mercaderes y religiosos.

El baúl de Santa Teresa

Entre las muchas historias que circulan por el pueblo, hay una que todos los vecinos conocen, la de Santa Teresa de Jesús. Cuenta la tradición que, en uno de sus viajes de fundación por Castilla, la santa hizo parada en Villarrubia de Santiago. Al partir, olvidó su baúl con libros y escritos, y cuando sus acompañantes quisieron devolvérselo, ella dijo con su habitual serenidad: “Déjenlo, que ya no me hace falta”.

Desde entonces, el pueblo presume de haber sido “el lugar donde Santa Teresa se olvidó el baúl”, una anécdota que ha trascendido los siglos y forma parte del imaginario local. En la Iglesia Parroquial de San Bartolomé, de estilo gótico-renacentista, aún se conservan documentos que vinculan la visita de la fundadora del Carmelo con la localidad.

Piedras que hablan

La Iglesia de San Bartolomé Apóstol es el monumento más destacado del pueblo. Construida entre los siglos XV y XVI, conserva un imponente artesonado mudéjar y un retablo mayor de estilo barroco. Desde su torre, el paisaje se abre en una sucesión de colinas suaves y campos de cereal que en verano parecen dorados bajo el sol.

Campos en primavera y Villarrubia de Santiago.

Campos en primavera y Villarrubia de Santiago.

/ Istock / José Ramiro Laguna

Un pueblo con historia y horizonte

Además de su patrimonio y su historia, Villarrubia de Santiago es una base perfecta para explorar el entorno. A menos de una hora en coche está Ocaña, con su impresionante plaza mayor barroca; Aranjuez, con sus jardines reales; o Tembleque, con sus soportales blancos de madera. Pero el encanto de Villarrubia está precisamente en no necesitar comparaciones. Aquí no hay grandes monumentos ni multitudes, hay autenticidad. Y quizá eso sea lo que enamoró a Santa Teresa; esa paz castellana que no necesita milagros, solo tiempo.

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