La localidad de Zaragoza con el lago termal más grande de Europa: con una extensión de dos hectáreas y aguas medicinales que mejoran la ansiedad
En Alhama de Aragón, a pocos kilómetros de Calatayud, las aguas alimentan un lago termal natural que lleva en uso desde la época de los romanos.

Con menos de mil habitantes, Alhama de Aragón es un destino que ha vivido toda su historia vinculada al agua. Situada en las inmediaciones de Calatayud, esta localidad zaragozana está regada por un manantial que ya era famoso en tiempos del Imperio romano, cuando el lugar se conocía como Aquae Bilbilitanorum.
Más allá del termalismo, Alhama conserva el encanto de una villa histórica. Si te suenan las fotos, es porque el cine también dejó aquí su huella: el pueblo fue escenario de “Los jueves, milagro”, la comedia de Berlanga que ironizaba sobre los falsos milagros en un balneario imaginario llamado Fuentecilla.
Qué ver en Alhama de Aragón
Alrededor de las aguas termales creció un pequeño pueblo de calles pintorescas en las que todavía hoy se puede apreciar el legado arquitectónico dejado por la ocupación musulmana. Prueba de ello es el castillo de Alhama, una construcción del siglo XII cuya torre del homenaje –esta del siglo XIV– sigue vigilando desde las afueras.
Pero este no es el único punto que visitar en el pueblo. Además de la belleza de sus edificios característicos locales (no te pierdas la casa consistorial), hay que destacar la relevancia de joyas como la Iglesia barroca de la Natividad de Nuestra Señora, datada del siglo XVII.

El Balneario Termas Pallarés, el mayor lago termal de Europa
El corazón de Alhama es su lago termal natural, una lámina de agua de dos hectáreas que mantiene una temperatura constante de 29 grados durante todo el año. Sus aguas, declaradas de utilidad pública en 1860, surgen cargadas de minerales: bicarbonatadas, sulfatadas, cálcico-magnésicas y ligeramente radiactivas. Su composición les confiere propiedades analgésicas, relajantes y terapéuticas, ideales para aliviar dolencias articulares, mejorar el flujo sanguíneo o reducir la ansiedad y el estrés. Tambén se han prescrito para afecciones respiratorias, renales y musculares.
Aunque los romanos ya aprovechaban estos manantiales, fue el empresario Manuel Mateu, en el siglo XIX, quien transformó la zona en un auténtico balneario. En 1860 impulsó la construcción de un gran jardín y un lago artificial que aprovechaba las aguas que brotaban de los manantiales, sentando las bases del balneario que hoy ocupa una finca de más de 70.000 metros cuadrados.

Es posible tanto visitar el balneario durante el día como alojarse en él. El actual complejo termal cuenta con tres hoteles, todos con acceso al lago, las zonas deportivas y los jardines. Además, ofrece tratamientos terapéuticos, masajes y circuitos privados para parejas.
De acuerdo, los milagros que retrataba Berlanga no se dan en Alhama de Aragón. Pero la medicina está viva en sus aguas y basta con flotar en su lago termal mientras el vapor dibuja una bruma ligera sobre el agua para experimentarlo.
Síguele la pista
Lo último