La joya de Andalucía que enamora por su espectacular fortificación árabe y su universidad con vistas al mar: un paseo por la ciudad del sol eterno
El pasado y el futuro se dan la mano en una ciudad que presume de tener más de 3.000 horas de sol al año y es perfecta para una escapada otoñal.

Ponemos rumbo al extremo sureste de la península ibérica para pasear por una ciudad abrazada por el Mediterráneo y resguardada por las montañas. Una urbe que merece más reconocimiento del que a menudo recibe y que es conocida como la ciudad del sol eterno por su clima privilegiado. Además, puede presumir de albergar la única construcción que se ve desde el espacio. Bienvenidos a Almería.
Alcazaba de Almería: testigo de la historia andalusí
Si hay un monumento que define a Almería es, sin lugar a dudas, su Alcazaba. Construida en el año 955 por orden de Abderramán III, este complejo defensivo domina la ciudad, convirtiéndose en un testigo privilegiado de la historia andalusí. No en vano, se trata de una de las mayores ciudadelas musulmanas de España, comparable a la Alhambra de Granada o al Alcázar de Sevilla. Sus murallas se extienden por más de un kilómetro, mientras que sus torres vigilan la ciudad.

La Alcazaba ha sido escenario de rodajes internacionales, desde clásicos como 'Lawrence de Arabia' hasta series más recientes como 'Juego de Tronos'. Y es que Almería puede presumir de ser un plató de cine perfecto, tanto en su capital como en el único desierto de Europa.
UAL: una universidad con vistas al Mediterráneo
La mayoría de viajeros que visitan Almería se concentran en su riqueza patrimonial y desconocen que aquí se encuentra una de las universidades con mejores vistas de España. La Universidad de Almería (UAL), fundada en 1993, se levanta frente al mar, en el campus de La Cañada. Desde sus aulas y pasillos, los estudiantes escuchan el rumor de las olas, mientras que el color del Mediterráneo se convierte en telón de fondo de la vida académica.

El cable inglés: el mejor atardecer
Junto a la Alcazaba y la universidad, otro de los iconos que sorprenden al viajero es el cable inglés, un cargadero de mineral inaugurado en 1904. Construido por la empresa británica The Alquife Mines and Railway Company Limited, este muelle de hierro fue diseñado para cargar mineral directamente en los barcos atracados en el puerto. Su imponente estructura metálica, se adentra en el mar y hoy constituye un emblema de la memoria minera de la provincia.

La Catedral: lugar de culto y refugio histórico
La catedral de la Encarnación de Almería se construyó en el siglo XVI tras la Reconquista y combina el estilo gótico tardío con elementos renacentistas. Eso sí, lo que la dota de un carácter único es su aspecto de fortaleza. Levantada para resistir los ataques de los piratas berberiscos cuenta con gruesos muros, almenas y torres defensivas.

Ya en el interior, su aspecto es completamente diferente. Las altas bóvedas y los retablos renacentistas invitan al recogimiento, dejando atrás el carácter defensivo que se contempla desde fuera.
Plaza de la Constitución: el latir de la ciudad
Otro rincón imprescindible que hay que visitar en la ciudad del sol eterno es la plaza de la Constitución, también conocida como plaza Vieja. Los edificios de estilo neoclásico y los balcones llenos de flores han sido durante siglos el epicentro de la vida social y política de la ciudad.

En el centro de la plaza descubrimos El Pingurucho, monumento a los Mártires de la Libertad, que homenajea a los liberales fusilados en 1831. Hoy, la plaza sigue siendo un lugar en el que tomar el pulso a la ciudad y en el que nos pasaríamos toda la tarde viendo a los vecinos pasar.
Estación de tren de película
Y para finalizar este paseo por Almería nos trasladamos hasta la estación de ferrocarril, inaugurada en 1895. Considerada una de las estaciones más bonitas de España, es un ejemplo estupendo de la arquitectura del hierro de finales del siglo XIX.

Su fachada, inspirada en el estilo francés de la época, capta nuestra atención gracias a sus detalles ornamentales, mientras que el interior conserva el encanto de los viajes de antaño. Incluso si no se llega a la ciudad en tren, hay que conocerla, puesto que representa uno de los símbolos del auge económico que vivió Almería en la era industrial.
En definitiva, Almería es mucho más que sol y playas. Su alcazaba, la fortaleza árabe más grande de España, nos habla de un pasado esplendoroso, mientras que su universidad frente al mar ofrece una mirada al futuro. Y, junto a estos dos lugares imprescindibles, tampoco podemos dejar de visitar su estación de tren, la plaza de la Constitución, el cable inglés y muchos otros rincones que hacen de la ciudad del sol eterno un destino único.
Síguele la pista
Lo último