La idílica y aislada playa de Galicia que está en boca de todos

Este verano nos olvidaremos de A Lanzada y Las Catedrales para relajarnos en este secreto paraíso natural.

Es una de las playas más ocultas y secretas de Galicia
Es una de las playas más ocultas y secretas de Galicia / Wikicommons. P. Lameiro

A veces no es necesario ir en busca de las playas más grandes y populares, las más ajetreadas, con las aguas más calmadas o la arena más suave. Cuando llega la época vacacional, lo que se busca es también tranquilidad. Una tranquilidad de la que, por lo general, no se ha podido gozar durante el resto del año. Esa es una sensación que se halla, sobre todo, en las maravillosas playas de Galicia.

La playa de Barrañán en La Coruña

La playa de Barrañán en La Coruña

/ Istock / Mercedes Rancaño Otero

Esas tierras bañadas por dos aguas, las del Atlántico y las del Cantábrico, y que para los antiguos pobladores de Europa suponían el Fin del Mundo -de ahí el nombre de Finisterre-, cuenta con un litoral de más de 1.500 kilómetros, además de los islotes cercanos. Desde los acantilados de la Costa da Morte hasta los paraísos de las Rías Baixas, el repertorio gallego es único y valorado mundialmente.

La Costa da Morte desde el banco con mejores vistas

La Costa da Morte desde el banco con mejores vistas

/ Istock / traveler1116

No son pocos los visitantes que, año tras año, son conocedores de la belleza que esconden las playas gallegas. A ese carácter idílico de las costas, se suman las temperaturas moderadas en verano y la preciada gastronomía de la zona. Todo el conjunto hace de esta comunidad autónoma una de las más queridas del territorio español. Lo mejor de todo es que Galicia todavía esconde algún secreto en forma de cala.

El paraíso secreto de Galicia está en O Grove

Arena blanca y suave, aguas cristalinas, alejada del bullicio de la ciudad y un chiringuito cerca pero no metido en la arena son las bases generales de las playas de la ría de Arousa, pero ninguna se presenta como un auténtico oasis excepto la de Barreiriño, en O Grove (Pontevedra). Es solitaria, salvaje, virgen, ofrece unas vistas insuperables y ocupa apenas 50 metros de longitud.

No se puede llegar en coche, al menos no hasta la misma costa: se accede a ella después de caminar unos 300 metros atravesando la vegetación, por lo que ya solo la entrada da algunas pistas de su aislamiento y la consecuente paz que otorga. No tiene aparcamiento, ni aseos, sombrillas, duchas, quioscos, hamacas, ni siquiera socorrista. Aunque parezca estar apartada de todo, nada más lejos de la realidad.

La iglesia de San Vicente de O Grove está a 500 metros de distancia. Mientras que la otra playa más cercana, de la Carreiro -mucho más grande, de 325 metros de largo y 25 de ancho-, está a tres minutos andando y a cinco hacia el otro lado, la de Área Grande, también conocida como playa de los franceses y de un tamaño similar a la anterior. Todos los astros se alinean para que la de Barreiriño sea la playa de moda este verano.

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