Encontramos en la Gomera una de las arquitecturas naturales más impresionantes del mundo

Se encuentra en la costa norte del municipio de Vallehermoso, y se trata de un acantilado impactante a la vista formado por rocas volcánicas que componen una silueta que parece imitar a la de los tubos de un órgano cayendo sobre el mar. Esta maravilla es un punto de gran interés geológico y de gran belleza paisajística, pero tiene una particularidad, solo es posible divisarlo desde el mar, más concretamente desde un barco que realiza excursiones de forma habitual por la costa de la isla. Sin duda, es uno de los mayores atractivos de la zona.

El origen de los Órganos

Se trata de otro ejemplo de pitón sálico en las Islas Canarias, donde la erosión marina ha dejado al descubierto un conjunto de prismas que han surgido como consecuencia de un enfriamiento lento de los materiales volcánicos. Más técnicamente, podemos explicar que, hace muchísimos años la viscosidad de la lava provocó que esta ascendiera por el conducto eruptivo del volcán, expandiéndose y dando lugar a formas achatadas, que ya erosionadas y sin la capa que antes las cubría, han dado lugar a la maravilla natural que encontramos hoy en día y que asemeja las columnas de un órgano: el instrumento musical al que debe su nombre.

Hay una gran parte de esta estructura que no vemos, por que está sumergida dentro del mar, sin duda un escenario que proporciona fondos marinos muy atractivos donde practicar buceo.

Más curiosidades

Los Órganos de La Gomera es, sin duda, uno de los paisajes volcánicos más espectaculares que podemos encontrar y hay mucha gente que quizá aun no lo haya descubierto. Además está declarado como Espacio Natural Protegido y Monumento Natural, ya que estas columnas son uno de los mejores ejemplos de enfriamiento de la lava en un cráter y abarcan, ni más ni menos, que 150 hectáreas.

Cuando realizamos el paseo en barco para poder disfrutar de este inigualable escenario también disfrutaremos de barrancos, playas aisladas o pueblos pesqueros, y no es todo eso, si tenemos suerte, es muy probable que nos crucemos con algún delfín o ballena piloto.