Planes para perderte por Gijón y no perderte nada

Esto es lo que no puedes perderte en la más cosmopolita de las ciudades asturianas

Universidad Pública Laboral de Gijón, Asturias

El precioso exterior de la Universidad Pública Laboral de Gijón

/ Sima_ha

Da igual ser un principiante o presumir de veteranía. La visita a Gijón pasa siempre por unos cuantos planes que implican vivir a tope todas sus facetas: la del mar y la montaña, la de la vanguardia urbana y el entorno rural, la de la cultura y la tradición. Porque aunque la más cosmopolita de las ciudades asturianas se reinventa constantemente, aunque a menudo hay secretos por descubrir, siempre quedarán los básicos que nunca fallan. Vamos con lo que hay que ver, hacer y sentir en la niña bonita del Cantábrico

Puerto de Gijón, Asturias

El puerto de Gijón es una tranquila zona donde ver el amanecer y el atardecer

/ Jesus Barroso / ISTOCK

La Playa de San Lorenzo

Claro, cómo no atender al mar que le golpea impetuosamente por el norte y que ha definido su historia y moldeado su personalidad. Situada en pleno centro, este emblemático arenal tiene forma de concha y está flanqueado de escaleras, entre las que destaca la número 4, la famosa Escalerona. Hay que pasear por la playa, darse un chapuzón (en verano) y también emprender una caminata por el Muro de San Lorenzo, especialmente con la luz espectacular que deja el amanecer sobre la bahía.

Playa de San Lorenzo, Gijón

Hay que aprovechar las horas de marea bajar para disfrutar de esta extensa playa

/ miff32 / ISTOCK

Cimadevilla

El casco histórico de calles húmedas y casas desconchadas condensa también la esencia marinera de Gijón. Cimadevilla es una suerte de península que separa al arenal anterior de la playa de Poniente, más calmada y familiar. Hay que perderse por sus callejuelas para descubrir la Iglesia de San Pedro, las antiguas termas romanas, el monumento a Don Pelayo y el majestuoso Palacio de Revillagigedo. También para maravillarse con los pórticos de la Plaza Mayor, la historia de La Tabacalera y la Casa Natal de Jovellanos, el hijo predilecto de la ciudad, aquel visionario ilustrado que impulsó la modernidad asturiana.

Iglesia de San Pedro, Gijón

La Iglesia de San Pedro está situada en uno de los extremos de la playa de San Lorenzo 

/ Robot8a

De sidras

Cimavilla, además de barrio pesquero, es el exponente de la sidra. Y nadie puede irse de Gijón sin tomarse un culín (o más bien uno detrás de otro), ya sea en la Cuesta del Cholo, donde los jóvenes se congregan en plena calle, o al abrigo de las sidrerías de dos de las plazas principales: la Mayor y la del Periodista Arturo Arias (más conocida como El Lavaderu). Entre botellinas y pinchos se acaba apurando el almuerzo.

Persona sirviendo sidra, Gijón

Un culín de sidra siempre acompaña a la perfección cualquier almuerzo o comida

/ Celiaaa / ISTOCK

Elogio del Horizonte

Nada mejor que subir al atardecer a lo más alto del Parque del Cerro de Santa Catalina para encontraremos con otro gran emblema de Gijón: el Elogio del Horizonte, la colosal escultura de Eduardo Chillida que se yergue imponente sobre el mar. Ella y el resto de las obras escultóricas (La Madre del Emigrante, Andarín, Homenaje a Galileo Galilei…) convierten a esta ciudad en un museo al aire libre.

Elogio al Horizonte, Gijón

El monumento Elogio al Horizonte contempla las agitadas aguas del mar desde hace más de 30 años

/ Roberto Sueiras Revuelta

La Ciudad de la Cultura

Otra visita interesante es a la Universidad Laboral que acoge la Ciudad de la Cultura. Y no tanto por admirar su bonita construcción (un conjunto de proporciones descomunales, inspirado en El Escorial y con la torre más alta de Asturias) como por asistir a algún interesante evento, puesto que aquí tiene lugar teatro, exposiciones de arte, conciertos… y toda clase de actividades. A cinco minutos aguarda el Jardín Botánico del Atlántico con auténticas joyas naturales. Entre ellas, el Monumento Natural La Carbayera de El Tragamón, con árboles de 400 años.

Monumento Natural La Carbayera de El Tragamón, Gijón

Los impresionantes árboles centenarios del Monumento Natural La Carbayera de El Tragamón han sido testigos de como Gijón ha ido cambiando con los años

/ Maria Jose 1963

Un homenaje gastronómico

Claro, sería un crimen abandonar la ciudad sin constatar su calidad culinaria, que va más allá de la fabada, el pote y el cachopo. Para ello hay todo un rosario de establecimientos donde comer delicioso, desde las espichas y los llagares (donde degustar los platos más típicos regados, por supuesto, con sidra) hasta el estrellado restaurante Auga, comandado por Gonzalo Pañeda.

Cachopo, Gijón

No podemos marcharnos sin probar una de las delicias gastronómicas asturianas, el cachopo

/ Studioimagen73 / ISTOCK

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