La ciudad del norte de España considerada la gran capital termal: un antiguo asentamiento romano cuyo nombre nació de la palabra agua

Pese a no tener ni un solo metro de costa, es famosa por sus aguas.

La ciudad española que nació como asentamiento romano está considerada como la gran capital termal
La ciudad española que nació como asentamiento romano está considerada como la gran capital termal / Istock

Entre el 218 a.C. hasta la caída del Imperio Romano de Occidente en el siglo V, la Hispania romana fue una provincia conocida por su riqueza en recursos naturales. Durante esa época, Hispania fue dividida en varias provincias, cada una con su propia administración y gobernador, permitiendo una mejor romanización del territorio. A su vez, cada una de estas provincias estaba subdividida en conventus y municipios.

La Hispania romana estaba dividida en provincias, las cuales estaban subdivididas en municipios y conventus

La Hispania romana estaba dividida en provincias, las cuales estaban subdivididas en municipios y conventus

/ Istock / percds

Uno de estos municipios, fundado por los romanos en el siglo I a.C., es la actual ciudad de Ourense, situada en la provincia del mismo nombre en el sur de Galicia. Existen dudas sobre la etimología del topónimo: una de ellas propone que el nombre proviene del latín aquae urente (“aguas abrasadoras”), por sus fuentes de aguas termales; la otra sugiere que los romanos la bautizaron como auriense (“la ciudad del oro”), por la enorme abundancia de este metal en la zona, convirtiéndola en una ciudad importante de Hispania hasta que se agotaron las reservas.

Adriana Fernández

Sea como fuere, lo que sí hicieron los romanos fue aprovechar las aguas termales que brotaban por la ciudad; por eso, construyeron las primeras termas, el uso de las cuales se puede disfrutar aún hoy, tanto para aliviar dolores como para relajarse. De origen subterráneo, las aguas termales de Ourense emergen a temperaturas de hasta 70ºC, y son ricas en minerales como el calcio, el magnesio, el azufre y el sodio, muy beneficiarios para la salud.

Con el paso del tiempo estos puntos de reunión siguieron creciendo con la aparición de termas privadas en el siglo XIX, haciendo de Ourense una mezcla estupenda de tradición y modernidad, con termas al aire libre y balnearios de lujo.

En las termas de Ourense existen la mezcla perfecta entre tradición y modernidad

En las termas de Ourense existen la mezcla perfecta entre tradición y modernidad

/ Istock / Mercedes Rancaño Otero

Dentro de las termas de acceso gratuito de la ciudad, las más emblemáticas son las termas As Burgas. Situadas en el casco histórico de Ourense, este conjunto termal, con aguas que brotan a temperaturas entre 64ºC y 68ºC y han sido utilizadas durante siglos con fines terapéuticos, es único. Se trata de una piscina de casi 200 m² al aire libre en la que se puede contemplar los monumentos e historia que la rodean, a la vez que se disfruta de un baño sanador tal y como lo hicieron los romanos que fundaron la ciudad.

La piscina termal As Burgas se encuentra en el centro histórico y es de acceso público

La piscina termal As Burgas se encuentra en el centro histórico y es de acceso público

/ Istock / Wirestock

Justo al lado de la piscina, los romanos también construyeron una casa de baños, donde el agua, está entre 38ºC y 40ºC, brindando un espacio para la relajación y el bienestar perfecto para cualquier época del año. La piscina termal dispone además de una sauna húmeda y de una terraza, donde poder tomar el Sol cuando hace buen tiempo.

Repartidas por los alrededores de la ciudad existen muchas otras termas de acceso gratuito de donde poder disfrutar de un momento de relajación, como las de A Barca de Barbantes, las de Chavasqueira, las termas de Muñigo da Veiga, o las de Outariz y Burga de Canedo.

En Ourense hay cantidad de termas, tanto públicas como privadas

En Ourense hay cantidad de termas, tanto públicas como privadas

/ Istock / vicvaz

Descubriendo Ourense y su historia

Ourense es mucho más que sus termas, pues cuenta con siglos de historia y un entorno repleto de belleza.

Con entrada por la Plaza del Trigo, la Catedral de Ourense, dedicada a San martín, es uno de los principales monumentos de la ciudad, alrededor del cual discurren las calles del casco antiguo. Este imponente monumento, edificado a lo largo del siglo XII con estilo románico, ha sufrido multitud de ampliaciones y reformas a lo largo de ocho siglos, incorporando detalles góticos, renacentistas y barrocos. En su interior, al que se accede comprando una entrada por 5€, hay varias salas y monumentos para admirar, como la Capilla Mayor, el Pórtico del Paraíso, o el Cristo Románico.

La Catedral de Ourense, dedicada a San Martín, a sufrido reformas y ampliaciones a lo largo de 800 años

La Catedral de Ourense, dedicada a San Martín, a sufrido reformas y ampliaciones a lo largo de 800 años

/ Istock / Mercedes Rancaño Otero

En la Rúa Emilia Pardo Bazán se halla el claustro de San Francisco, el más completo de Galicia. De entrada gratuita, este claustro del siglo XIV y estilo románico-gótico perteneció a un antiguo convento franciscano que, tras un incendio, fue trasladado a la Plaza del Corregidor. El gran atractivo del claustro son los 63 arcos de piedra apoyados en columnas dobles, decorados con figuras de animales, flores y humanos.

Un sitio perfecto en el que poder desayunar o tomar un café en una agradable terraza es la Plaza Mayor, durante siglos el corazón del centro histórico de la ciudad. Con una forma irregular y rodeada de pórticos, es una de las pocas plazas mayores de Europa con el suelo ligeramente inclinado. Además de estar presidida por la Casa do Concello, alrededor de la plaza se erigen antiguos edificios nobiliarios, entre ellos la Casa Consistorial o el Antiguo Palacio Episcopal.

La zona de Os Viños es ideal para degustar la gastronomía de la ciudad

La zona de Os Viños es ideal para degustar la gastronomía de la ciudad

/ Istock / Mercedes Rancaño Otero

Para disfrutar de la gastronomía de la ciudad, solo hace falta dirigirse a “Os Viños”, la zona de tapeo por excelencia, en el centro histórico. Se trata de un conjunto de calles, unidas en un extremo por la Plaza del Hierro y que terminan en los alrededores de la Catedral, con una gran concentración de bares, restaurantes y tabernas donde poder tomar pinchos y raciones. Un par de estas calles son la calle de San Miguel, llena de restaurantes de comida tradicional, e incluso un Estrella Michelín; y la calle Lepanto, eje central de Os Viños y en la que en cada puerta hay un bar con una gran oferta de pinchos.

Síguele la pista

  • Lo último