La ciudad de España que ha pasado de estar abandonada a ser 'la nueva Albarracín': del siglo X, con un santuario monumental y hasta un castillo medieval
Un pueblo amurallado y lleno de encanto que casi nadie conoce, hasta ahora.

Encima de una colina, como encaramado a lo alto de la montaña, asoma un discreto pueblo de casitas de piedra en tonos ocre y tejas rojizas, de trazado medieval y una torre coronando la cima. Dicho así, podríamos estar hablando del precioso pueblo de Albarracín, en Teruel. Pero no, estamos en otro lugar, todavía desconocido para muchos. Y es una lástima.

Y es que en la provincia de Navarra se esconde un destino rural que ha pasado desapercibido para el turismo, a pesar de su belleza natural, y tradicional. A poco más de 50 kilómetros de Pamplona, y solo 20 de la ciudad de Tafalla, asoma Ujué, el secreto mejor guardado de Navarra.
Dónde está el secreto mejor guardado de Navarra
A más de 800 metros sobre el nivel del mar, Ujué es como una atalaya en medio del paisaje navarro, entre los Pirineos y las Bárdenas Reales. Como un gran mirador desde el que, en días claros, la vista alcanza hasta la cordillera pirenaica por el norte, y la silueta del Moncayo por el sur.

Y en la cima, un gran santuario medieval. Se trata de Santa María de Ujué que, más que una iglesia, es todo un conjunto monumental, una fortaleza que fue levantada sobre los cimientos de una antigua iglesia románica que, a su vez, se construyó sobre los restos de un templo prerrománico. Su valor es tan grande, que está declarado Monumento Nacional desde 1936.

Su imponente existencia da fe de la importancia que pudo tener la villa en el pasado. De carácter medieval y defensivo, ha llegado hasta el siglo XXI prácticamente intacta, como si no hubiera pasado el tiempo por su entramado de calles empinadas y plazas empedradas. Se puede ver en las antiguas casas, que todavía hoy permanecen dispuestas en torno a la iglesia fortaleza, el gran icono de la ciudad.

El tesoro escondido en la iglesia fortaleza medieval
No hace falta ser devoto para entrar a la iglesia de Ujué, ese santuario fortaleza que corona la ciudad. Y es que dentro se guarda, como oro en paño, uno de los grandes tesoros del municipio: la imagen de la virgen de Ujué.
Se trata de una talla única de madera policromada, fechada a finales del siglo XII, y está considerada como una de las obras cumbre de la imaginería del románico en Navarra. Por si fuera poco valor, está forrada en plata (desde el siglo XIV); se sabe que fue Carlos II de Navarra, el monarca del siglo XIV, quien mandó hacerlo gracias a la devoción y predilección que sentía por la villa. Y eso resume la importancia que este bellísimo lugar ha tenido en la historia, a pesar de la discreción con la que ha llegado hasta nuestros días.
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