La ciudad de España que tiene el faro romano en activo más antiguo del mundo: tiene vistas al Atlántico, una leyenda mitológica y un patrimonio de 2.000 años
En el extremo noroeste de la península ibérica, donde el viento del Atlántico golpea los acantilados con fuerza y el cielo se funde con el mar, se levanta el faro romano más antiguo del mundo todavía en funcionamiento.

Hace casi 2.000 años, los ingenieros romanos levantaron esta torre para guiar a los barcos que bordeaban la costa gallega. Se calcula que fue construida entre los siglos I y II d.C., durante el mandato del emperador Trajano. Para poneros un poco contexto; su nombre original era Farum Brigantium, y servía para orientar a las embarcaciones que llegaban al portus magnus artabrorum, el puerto coruñés.
A lo largo de los siglos, el faro ha sido restaurado en varias ocasiones, pero su estructura romana original sigue siendo visible en el núcleo interior, que ocupa más de dos tercios del edificio actual. En el siglo XVIII se añadió la fachada neoclásica que vemos hoy, obra del ingeniero Eustaquio Giannini. Que un faro romano siga operativo tras veinte siglos no es solo una curiosidad, sino una proeza arquitectónica y simbólica. La Torre de Hércules es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2009, precisamente por esa continuidad histórica y funcional única en el mundo.
¡Una leyenda de las que nos gustan!
Toda torre que mira al mar tiene su historia, pero pocas tienen una leyenda tan poderosa. Cuenta la mitología que Hércules llegó a estas costas para enfrentarse al gigante Gerión, que dominaba la región con crueldad. Tras vencerlo, el héroe enterró su cabeza bajo tierra y construyó encima una torre para conmemorar la victoria. A su alrededor nació una ciudad; A Coruña, cuyo escudo aún conserva la imagen del cráneo bajo la torre.

No importa si uno cree o no en la leyenda, pues al contemplar el faro en medio de la niebla o el atardecer, resulta fácil imaginar que algo divino lo protege.
El alma atlántica de A Coruña
Visitar la Torre de Hércules es sentir el Atlántico en estado puro. El faro se alza en la península de la Torre, rodeado por un parque escultórico de más de 47 hectáreas, con obras que rinden homenaje a la cultura celta, al mar y a la historia gallega. Desde su base parten senderos que bordean los acantilados y miradores que regalan una de las vistas más impresionantes de toda Galicia; una auténtica maravilla digna de visitar.

Subir los 234 escalones hasta su mirador es casi un ritual; el esfuerzo se compensa con una panorámica que abarca toda la costa coruñesa, desde el puerto hasta el cabo Prior. En días despejados, el horizonte parece infinito.
Patrimonio que sigue vivo
Más allá de su valor histórico, la Torre de Hércules sigue cumpliendo su función original; guiar a los marineros. El faro actual tiene un alcance de más de 20 millas náuticas y emite una luz blanca que se enciende cada veinte segundos. Pese a los avances tecnológicos, su mecanismo continúa operando desde el mismo punto donde lo hicieron los romanos, lo que lo convierte en un ejemplo único de continuidad marítima en el mundo.

En su interior, un pequeño museo explica la historia de su construcción y muestra reproducciones de los planos originales, maquetas y objetos hallados durante las excavaciones.
Una ciudad con historia y carácter
A Coruña no es solo la Torre. Es una ciudad abierta al mar, elegante y luminosa, con una mezcla perfecta entre tradición y vida urbana. El paseo marítimo, uno de los más largos de Europa, rodea toda la península y conecta el faro con el Monte de San Pedro, los Jardines de Méndez Núñez y las playas del Orzán y Riazor, donde los coruñeses disfrutan del sol incluso en invierno.

El casco viejo, con su plaza de María Pita y sus galerías acristaladas, conserva el encanto de la ciudad portuaria que fue y sigue siendo. En sus tabernas se sirven percebes, empanadas y vino blanco de la tierra, mientras el viento trae el rumor del mar.
Donde la historia nunca se apaga
Ver la Torre de Hércules al anochecer es entender por qué ha sobrevivido tanto tiempo. No solo ilumina el mar, sino también la memoria. Es un faro que ha visto pasar imperios, tormentas y siglos, y que sigue encendido, fiel a su propósito original. Pero más allá de los datos, lo que conmueve es su símbolo; la idea de que la luz (como la historia) puede resistirlo todo. Así que, si quieres impregnarte de historia, belleza y unos paisajes espectaculares; A Coruña va a ser tu ciudad ideal.
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