El castillo más impresionante de España está escondido en un lugar privilegiado: es el mejor conservado de Europa y tiene 10 siglos de historia
Este castillo es una auténtica maravilla, ubicado en un lugar oculto de Huesca al que ni siquiera alcanzaron las guerras.

Son muchas las fortificaciones que se reparten por todo el territorio español, pues en épocas pasadas se utilizaban para la defensa del lugar y a modo de residencia de nobles y reyes. Según la época en la que se construía, su forma podía variar muchísimo. Desde los más clásicos hasta los más modernos, todos ellos gozan de una belleza muy peculiar marcada también por el entorno en el que se encuentran.

Algunos más abandonados que otros, todos merecen una mención por haber sufrido las inclemencias del tiempo y de las batallas que se han podido librar en la zona y seguir aún en pie, aunque tan solo sean unas pocas piedras. Es difícil elegir uno entre los 10.200 que ha contabilizado la Asociación Española de Amigos de los Castillos, pero hoy vamos a destacar el castillo de Loarre, en Huesca, el castillo fortificado más antiguo de España.
10 siglos de historia y ni una sola batalla
Erigida en el siglo XI en la Hoya de Huesca, se trata de la fortaleza de estilo románico mejor conservada de Europa. Fue el rey Sancho III El Mayor de Navarra quien escogió aquel lugar estratégico a 1.070 metros de altitud sobre la llanura de Bolea y Ayerbe, justo en la frontera con la parte del mapa que estaba controlada por los musulmanes. Como curiosidad, las murallas que lo rodean son del siglo siguiente, fusionando lo militar con lo religioso.

Cuando el monarca Sancho Ramírez de Aragón llegó al poder, se encontró con el edificio real, la capilla, el patio de armas, el torreón de la Reina, las estancias militares y la torre del vigía, y al conjunto añadió un monasterio de canónigos de San Agustín, la torre del homenaje, la iglesia de San Pedro y una cripta donde se encuentran las reliquias de San Demetrio. En aquella época gozaba de una gigantesca importancia, pero no tardó demasiado en caer en el olvido.

En el siglo XII pasó de mano en mano entre nobles, hasta llegar a la Orden de San Juan. Ya en el XVI se trasladó la parroquia, sus habitantes empezaron a desplazarse a otras zonas más cómodas y, para construir sus casas, cogieron piedras del castillo. Si hoy se mantiene tan bien conservado es gracias a los pastores que lo aprovecharon para guardar sus rebaños durante el siglo XIX y, de cierta manera, hicieron que hoy podamos verlo así.

Otro punto importante por el que se considera el mejor conservado del continente, es que nunca se utilizó en batalla. Durante las guerras de Sucesión y de la Independencia, los soldados que pasaban por allí, que no eran muchos, lo usaban como refugio. Pero su importancia bélica no fue nunca más allá, así que no se atacó directamente. Además, a principios del siglo XX comenzaron las tareas de restauración que ayudaron mucho a su conservación.
Historias y leyendas del castillo
Puede visitarse durante todo el año en visitas guiadas de alrededor de una hora. En estas visitas, se pueden conocer algunas de las historias relacionadas con el castillo de Loarre, como la de los tres monos en la columna. Representaban el dicho "ver, oír y callar" y se decía que si alguien se atrevía a contar algo de lo que pasara en el castillo, sería condenado a muerte. Una especie de Las Vegas al estilo medieval y mucho más sangriento.

Y como todo castillo que se precie, también cuenta con una leyenda de fantasmas. Cuentan las lenguas que el Papa Luna excomulgó a su sobrina, Violante de Luna, abadesa de Trasobares, por el escándalo del romance que mantenía con Antonio de Luna. Cuando estalló la guerra, la pareja se separó, pero ella fue a buscar a su amado. Nunca más se volvió a saber de la abadesa y hay quien asegura haber visto su espíritu vagando por el castillo.
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