6 curiosidades que hacen que la mezquita de Córdoba sea única en el mundo
Secretos de la gran joya de la ciudad de los califas para admirar mucho más que su belleza.

Es testimonio de la grandeza de una ciudad que primero acogió el reino de los emires y después la capital del califato. Pero también es una amalgama de estilos arquitectónicos, una fusión de civilizaciones, un símbolo de la convivencia de culturas. Un monumento único en el mundo que atrae a aproximadamente dos millones de visitantes anuales llegados de todos los rincones del globo.

La Mezquita-Catedral de Córdoba tiene una belleza irrefutable. Pero además encierra entre sus muros miles de curiosidades. Proponemos una nueva forma de descubrirla, atendiendo a detalles que, tal vez, no conocías.
(Casi) la más grande del mundo
Con sus 23.400 m², llegó a ser la segunda mezquita más grande del mundo, tan sólo superada por La Meca. Hoy no se la puede considerar en este ranking, puesto que en 1236 dejó de ser mezquita. En la actualidad hay misa católica todos los días del año, si bien el 80% de la arquitectura sigue siendo de mezquita.
Una mezquita que no mira a la Meca
Hay que ser muy experto para detectarlo, pero ese precepto que dice que el muro de la quibla (donde se sitúa el imán para dirigir los rezos) ha de estar orientado hacia La Meca no se cumple en la mezquita de Córdoba. La de la ciudad andaluza está girada unos 52 grados, con lo que mira, claramente, hacia el sur. La realidad es que no se sabe con certeza por qué. ¿Pudo ser un error de cálculo? ¿Pudo deberse al cauce del Guadalquivir? ¿Acaso se trató de imitar el trazado urbano del cardo romano? ¿O será que Abderramán la concibe como una nueva Meca…? Hay hipótesis para todos los gustos y colores.

Ni una sola columna es igual
En ese bosque de columnas que sostienen el techo con sus características dovelas rojas y blancas (y que culminan en una doble arcada, con arcos de medio punto arriba y de herradura abajo) no se encontrarán dos ejemplares idénticos. La razón, ahora sí se sabe, es que se reutilizaron materiales de toda la provincia, con lo que tanto las bases como los fustes y los capiteles difieren en épocas y estilos.

Construida en tiempo récord
Aunque es sabido que la Mezquita de Córdoba fue ampliada en distintas etapas a lo largo de varios siglos, desde el año 786 hasta finales del siglo X, pocos conocen la celeridad con la que fue construida la mezquita primitiva, aquella levantada por Abderramán I sobre los restos de una antigua basílica visigoda y con capacidad para cinco mil fieles. ¿Alguna apuesta? Difícil acertar puesto que fueron solo 18 meses… y con los medios de la época.
Un Minarete y Campanario
A simple vista parece una torre campanario. Y, de hecho, lo es: sus 54 metros de altura la convierten en la construcción más elevada de la ciudad. Pero bajo su carcasa, como si se tratara de una envoltura, están los restos del antiguo alminar de la Aljama, desde el que se llamaba a los musulmanes a la oración. Fue en 1593 cuando se decide la edificación de una nueva torre renacentista que oculta parte de los vestigios califales.

El enfado de Carlos V
Aunque no está documentado y hay quien dice que es más bien una leyenda, parece ser que Carlos I de España y V de Alemania no pudo evitar cierto resquemor al ver concluida, en el mismo centro de la mezquita, la grande y magnificente nave cristiana. Dicen que hasta llegó a afirmar con desdén que “se había destruido algo único en el mundo para crear algo que podía verse en todas las partes”. Realidad o no, diferimos de su comentario: La Mezquita-Catedral de Córdoba es, en su conjunto, con todos los bandazos de su historia, algo magnífico e irrepetible.
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