Este es el tesoro efímero que comparten India y México a través de dos festividades que debes vivir al menos una vez en la vida

El Día de Muertos y Diwali son los dos momentos más especiales en las culturas de estos países. A pesar de encontrarse a miles de kilómetros de distancia, ambos tienen una flor como protagonista.

La caléndula une la cultura india y la mexicana en dos festivales celebrados entre octubre y noviembre
La caléndula une la cultura india y la mexicana en dos festivales celebrados entre octubre y noviembre / Istock

Altares, tumbas, rituales ancestrales, esculturas de dioses,… El intenso color naranja acompañado de un inconfundible y embriagador aroma envuelve de luz y energía dos de las culturas más ricas del planeta.

Cempasúchil en México y marigold o tagete en India son los nombres de esta flor que ilumina festividades cargadas de simbolismo en países situados en puntos distantes. Un elemento tan imprescindible como bello para homenajear la vida y la muerte.

Durante Día de Muertos, Michoacán se llena de caléndulas

Durante Día de Muertos, Michoacán se llena de caléndulas

/ Gonzalo Azumendi

También conocida como caléndula en España y “flor de veinte pétalos en náhuatl, lengua del imperio azteca, quienes creían que eran un obsequio del dios sol, su conexión con lo divino va más allá. Registros del siglo XVI también dejan constancia de que ya era utilizada para medios medicinales en la época prehispánica.

De su cultivo en México, donde servía como ofrenda para los dioses por su consideración sagrada, el cempasúchil viajó al resto del mundo tras la llegada de los españoles al continente. En India y Nepal se adaptó fácilmente a la climatología y a los suelos, cambiando su nombre por el de marigold y convirtiéndose en elemento primordial para las festividades y celebraciones religiosas.

Nos encontramos en la época del año protagonizada por esta mágica flor , un momento idóneo para adentrarse en las dos culturas que la llevan por bandera.

El cempasúchil en el Día de Muertos

Cada 1 y 2 de noviembre México honra a sus difuntos. Como es tradición, las tonalidades doradas del cempasúchil iluminan el camino de las almas que regresan al mundo de los vivos y su aroma guía hasta los altares preparados durante semanas por sus familiares.

Los pétalos forman emocionantes caminos desde las puertas de las viviendas hasta el altar, el cual suele situarse en el recibidor. Pero la flor también está presente en cementerios, calles y plazas donde se extienden grandes tapices naranjas que multiplican la espiritualidad de esta celebración. Un puente entre la vida y la muerte del que pude ser partícipe hace un año en el estado de Michoacán, donde la celebración encuentra sus orígenes más arraigados.

Reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, vivir el Día de Muertos en lugares como Oaxaca, Ciudad de México o Michoacán es adentrarse en un mundo cargado de misticismo y emoción.

El marigold en el Diwali

La misma flor juega un papel esencial en India durante el Diwali, el festival de las luces. La celebración tiene lugar durante cinco días cada octubre o noviembre, dependiendo del calendario lunar, y conmemora la victoria de la luz frente a la oscuridad, del bien sobre el mal. En estas señaladas fechas, que en 2025 darán inicio el 20 de octubre, las puertas y ventanas de hogares y los altares de templos se adornan con guirnaldas de marigold como alegoría de pureza, prosperidad y energía del astro rey. Esta fuerte simbología también está presente en festivales religiosos, bodas y otras celebraciones, adornando, a modo de guirnaldas, los hombros de personas y dioses hinduistas como Lakshmi o Ganesha, una forma especial de recordar la protección y la renovación de la vida.

Los lugares de India donde los festejos del Diwali se viven con especial intensidad son Varanasi, con sus ghats iluminados en el río Ganges, y ciudades del norte como Delhi o Jaipur. En el sur, Goa conmemora la destrucción del demonio Jaraksura. Pero el Diwali también cruza fronteras, llegando a países de grandes devotos hinduistas como son Mauricio, Sri Lanka, Malasia o Nepal. En este último el festival, celebrado en las mismas fechas que el Diwali, lleva por nombre Tihar y son perros, vacas y otros animales los venerados con estas flores con la finalidad de agradecer su compañía y colaboración en la vida cotidiana.

Al contrario de lo que pasa en México, donde el cempasúchil guía a las almas que regresan, en India ilumina y bendice la vida. Eso sí, en ambos países su paralelismo radica en la luz, bien sea para alumbrar el regreso de las almas o para bendecir su existencia.

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