Templos, ciudades y pueblos de Sicilia

La Catedral de Noto, uno de los grandes tesoros monumentales de una villa que está considerada la joya del barroco siciliano.
La Catedral de Noto, uno de los grandes tesoros monumentales de una villa que está considerada la joya del barroco siciliano.

Podrá renegarse una y mil veces del caos de Catania, de Palermo o del galimatías de carteles que por sus carreteras juega al despiste con el viajero, pero si algún día en Sicilia se impusiera el orden ya no sería Sicilia. La para muchos isla más apasionante del Mediterráneo no admite medias tintas. O saca de quicio o se ama con auténtica pasión. Hasta su localización geográfica, a punto de ser lanzada por los aires por un puntapié de la bota italiana, se diría que la predispone al exceso. Los fáciles de intimidar harán bien en instalarse en algún punto de la costa, como la coquetísima villa de Taormina, para desde allí emprender alguna excursión epidérmica hacia el Etna o bellezas de sus cercanías como Catania o Siracusa.

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