Surcando los mares de la Antártida

Una aventura por el mar del fin del mundo que revive el espíritu de los grandes exploradores. 

Surcando los mares de la Antártida
Surcando los mares de la Antártida / Photodynamic

Es uno de los pocos territorios salvajes que quedan en el planeta. La Antártida, tan hermosa como abrupta, ha sido la obsesión de muchos aventureros que soñaban coronar con sus propios pies las placas de hielo que se dibujaban al borde de los mapas. A pesar de su lejanía y su clima extremo, el ‘Continente Blanco’ ha ido mostrando a cuentagotas su grandeza: un sinfín de maravillas vírgenes en mitad de un vasto territorio níveo.

Las inclemencias de esta tierra esculpida sobre hielo, agua y roca se han ido superando poco a poco con el paso de los siglos y, por suerte, la Antártida ha dejado de ser un imposible. Al contrario, cada vez son más los viajeros que se adentran en el continente más austral de La Tierra para vivir una experiencia inolvidable.

El viaje a Terra Australis

Rodeada por el océano mundial - Atlántico, Índico y Pacífico-, la Antártida se posiciona como el cuarto continente más extenso del mundo. En sus 14 millones de kilómetros cuadrados se elevan los montes del Ellsworth, coronados por el macizo Vinson, un ‘cuatromil’ que presume de ser el más alto de todo el territorio. En contraste con sus mares de hielo, es territorio también de volcanes- muchos de ellos todavía ocultos- al encontrarse en el llamado Anillo de Fuego del Pacífico. El imponente Erebus, en la isla de Ross, fue descubierto en 1841 por James Clark Ross y está considerado el volcán activo más austral del mundo. Sus elevadas cordilleras tienen su antítesis en la fosa subglacial de Bentley que, con 2540 metros de profundidad, es el punto más bajo de la Antártida. En este territorio inexplorado, los glaciares y las extensiones kilométricas sobre plataformas de hielo son los reinantes del paisaje, siendo surcadas por decenas de lagos y ríos, como el Onyx o el Vostok. Esta geografía única se ha convertido en un reclamo irresistible para los visitantes que buscan emociones fuertes, siendo cada vez más los que se atreven a practicar escalada o a navegar en kayak.

MS Midnatsol, Antártida
MS Midnatsol, Antártida / The Blue Room Project

Históricamente, este continente ha recibido el apelativo de tierra inhabitada, al menos por humanos. Otro de los motivos que realzan el magnetismo de la Antártida es su delicada flora y fauna. Grandes científicos pusieron rumbo al fin del mundo con el objetivo de ampliar la enciclopedia de la biodiversidad conocida. En la Antártida habitan decenas de especies únicas, como la foca de Weddell, ballenas azules, orcas y los pingüino emperador y adelaida, así como un amplio abanico de aves marinas,entre las que destacan el albatros y el petrel.

A bordo de la mayor aventura de todos los tiempos

La manera más segura -y a la vez, más excitante- de descubrir la Antártida es a bordo de un buque rompehielos. Así es vivir en primera persona cómo las aguas marinas congeladas crepitan bajo la estructura del barco, mientras las placas de hielo centellean bajo los rayos del sol. Toda una experiencia que hacen posible los barcos de exploración, como el MS Fram y el MS Midnasol.

La compañía naviera Hurtigruten ha presentado los nuevos itinerarios para la próxima temporada. Navegando en sus buques, la naviera ofrece a sus tripulantes distintas opciones de aventura a medida.

El Tratado de la Antártida fue firmado en 1959 por Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, el Reino Unido, Sudáfrica y la Unión Soviética. Esta organización regional garantiza que ningún acto o actividad llevada a cabo interferirá en la actual soberanía territorial la Antártida. Esta situación ha convertido al territorio en un área sin actividad militar y sujeta a un régimen administrativo muy singular. La compañía Hurtigruten realiza su actividad turística siguiendo un programa de preservación y de educación medioambiental, causando un mínimo impacto en el entorno.

Existen 4 rutas con las que se puede conocer la magnética Antártida, llevadas a cabo durante el verano austral. Dependiendo del itinerario de cada una, el punto de partida será desde Argentina o Chile. El precio del pase a bordo parte de los 6.252€ por persona.

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