Suiza en bici
Naturaleza y turismo activo. Lejos de los grandes puertos incluidos entre los más extenuantes del planeta ciclista, Suiza ofrece un ramillete de rutas en bici aptas para todos los públicos, perfectas para disfrutarlas, sobre todo, en la temporada de verano. Para aficionados a las dos ruedas que nunca se atrevieron a salir en ruta, para familias que buscan activas jornadas y para los que quieran combinar turismo y deporte, ofrecemos tres de las más populares y espectaculares por las regiones de Friburgo, Lago Leman y Lago de Lucerna.

Lago Leman, del Museo Olímpico al castillo de Chillon
Circula esta ruta por la orilla del inmenso lago Leman, mar en miniatura desde donde se contemplan los colosos alpinos rematados por su monarca absoluto: el cercano Mont Blanc.
La ciudad de Lausanna es el punto de partida de esta etapa de 42 kilómetros que concluye en el castillo de Chillon. La tranquila ciudad invita al paseo. Puede tomarse el metro que deja en la parte alta y descender hasta las avenidas junto a la orilla del lago, para alcanzar el Museo Olímpico. El asombro está garantizado desde la entrada, justo al pasar bajo la barra del salto de altura situada a 2 metros y 45 centímetros, que superó el cubano Javier Sotomayor en el lejano 1993 en Salamanca. Después hay varias sorpresas para los aficionados al deporte y muchas actividades interactivas. Un reto: busque las zapatillas con las que Rafa Nadal ganó la medalla de oro en los Juegos de Pekín.
Quien quiera empaparse con más cultura, el Museo de Charles Chaplin abre sus puertas en El Manoir de Ban, la amplia casona de la cercana localidad de Corsier-sur-Vevey que fue hogar del artista sus últimos 25 años. También merece una visita el recién inaugurado Aquatis (octubre, 2017). Junto con la visión de diez mil peces en sus tanques, propone una inmersión interactiva en las aguas dulces de Europa.
Lo mejor en esta parte de Suiza es aventurarse montaña arriba (no asustarse, son subidas accesibles) y recorrer las tranquilas y bucólicas carreteritas entre los viñedos que se extienden por las laderas que descienden hasta el lago. Estamos en la región vitivinícola por excelencia de Suiza. Los viñedos en terraza de Lavaux son Patrimonio Mundial.
Después de esto, se impone el pedaleo por la orilla del lago. Sobrepasado Montreux y su bella riviera, los cuatro kilómetros del Camino Florido llevan al castillo de Chillon. Algo muy recomendable en este punto, ya que los ciclistas tienen fama de madrugadores, es visitar Chillon a primera hora de la mañana, lo que garantiza conocerlo con calma, a salvo de las hordas de turistas que asaltan la fortaleza a la conquista de selfies. El monumento más visitado de Suiza muestra su rotunda silueta sobre una roca que se adelanta en la costa. Hay que visitar las mazmorras para contemplar desde detrás de las rejas el lago y los Alpes nevados al tiempo que se recuerda El prisionero de Chillon, poema con el que Lord Byron expresó su fascinación por este lugar. Sin duda, un lugar especial para culminar esta ruta por uno de los lagos más bellos de Europa.

Castillo de leyenda
El portal Myway ofrece el paquete La Ribera suiza del lago Lemán, una ruta de cuatro noches por la región del lago Leman desde 217 euros. Incluye una noche en Ginebra y tres noches en Montreux en hoteles seleccionados por su calidad, situación y precio.
Lucerna, en barco por el algo y visita al glaciar Titlis
El entorno del lago de Lucerna es un buen lugar para una etapa de esta singular vuelta a Suiza. Se extiende entre la ciudad que da nombre al lago y Brunnen, en un recorrido que incluye una travesía del lago en barco.
La ciudad de Lucerna desborda monumentalidad en torno al puente cubierto de la Capilla tendido sobre su río. La imponente estructura, decorada con pinturas renacentistas en el interior de su techado, está considerado el puente de madera cubierto más antiguo de Europa. Fue restaurado después del incendio que sufrió en el verano de 1993. Tras cruzar el puente, se accede al casco histórico medieval de Lucerna. Se pueden contar nueve torres medievales, entre ellas la Zytturm, que alberga el reloj más antiguo de Lucerna, de 1536, por lo que tiene el privilegio de dar las horas un minuto antes que el resto de relojes de la ciudad. Quien quiera algo más moderno, el KKL Luzern es su destino. El Centro de Cultura y Congresos de Lucerna (KKL Luzern) es un centro de convenciones conocido sobre todo por ser sede del Festival de Lucerna. Obra de Jean Nouvel, enfant terrible de la arquitectura moderna, destaca por su magnífica acústica. Para comprobarlo, no es mala idea hacer coincidir esta etapa ciclista con las fechas del evento, uno de los más importantes de su clase en Europa.
El primer tramo lleva de Lucerna a Vitznau, en la otra orilla del lago. Se recomienda tomar el barco y evitar la carretera entre Weggis y Brunnen, que suele tener mucho tráfico. El único inconveniente de la travesía es que los barcos no admiten más de cinco bicicletas por recorrido, por lo que es conveniente realizar la reserva con antelación.
Una opción que no debe pasarse por alto es aparcar unas horas nuestra bici para complementar el ejercicio con alguna excursión por los montes de la región. Las que recorren los montes que rodean al Rigi (la reina de las montañas) son de las más interesantes. Para alcanzar esta localidad desde Vitznau hay que tomar un tren de cremallera. Desde sus alturas se contemplan las mejores vistas del lago de Lucerna.
Más apartada, a 35 kilómetros al sur de Lucerna, la visita al glaciar de Titlis, que comienza en Engelberg, es otra de las excursiones aconsejables de esta parte de Suiza. En este mundo de picos helados, a 3.041 metros sobre el nivel del mar, se extiende el Titlis Cliff Walk, el puente colgante más alto de Europa: con cien metros de longitud y uno de anchura sobre un vacío de 500 metros, es capaz de poner a prueba los nervios mejor templados.

Con vistas al lago
El portal Myway ofrece el paqueteAventuras en la tierra de Heidi, una ruta de seis noches desde 328 euros. Incluye tres noches en Lucerna, una noche en Chur y dos noches en Zurich en hoteles seleccionados por su calidad, situación y precio.
Friburgo, sabores alpinos a la sombra de "Alien"
La región de Friburgo ofrece algo a primera vista muy difícil de mezclar sin morir en el intento: un recorrido ciclista de primera clase con la contundente gastronomía suiza. Empieza la ruta en la capital de la región, Friburgo, ciudad con un magnífico casco histórico. El recorrido de sus calles a bordo de una bici es una buena manera de calentar motores. A la sombra de la catedral de San Nicolás los viajeros más ilustrados harán bien en visitar el Museo Gutenberg, con la más completa historia de las técnicas de impresión, artes gráficas y encuadernación desde el nacimiento del invento de Johannes Gutenberg. Las vistas desde lo alto de la torre del templo son impresionantes. Una opción más confortable a la de subir sus 74 metros es asomarse al mirador situado junto a la estación superior del Funi, el histórico funicular que une la parte moderna (ciudad alta) con el casco antiguo (parte baja). Desde lo alto de las terrazas sobre el río Sarine ofrece una magnífica panorámica de la ciudad medieval y las colinas de su alrededor que no tardaremos en cruzar. Un último consejo antes de la salida es refrescarse en la Fuente de la Valentía, opción capaz de dar coraje al más melindroso de los ciclistas.
La ruta alcanza el lago de la Gruyère, donde empieza una tirada de auténtico ensueño. En su centro, la pequeña isla de Ogoz con los restos de las dos torres medievales y su capilla componen un escenario desbordante de encanto.
Gruyères es el puerto de categoría especial del recorrido. Y no porque se trate de una subida tremenda. Desde luego que hay que ascender alguna rampa, pero es poca cosa. Sobre todo si se piensa en lo que espera en el tranquilo pueblo con nombre de queso (sin agujeros, por favor).
La población alberga tres museos. El primero está en el castillo del siglo XIII, donde se reúne la historia y la cultura de la región. El segundo, el Museo del Tíbet, se localiza en el centro de una urbe liberada del tráfico rodado. El último es el más epatante: el Museo de Hans Ruedi Giger, que a los no entendidos no les dirá nada. Todo se aclara al saber que se trata del creador de una de las más aterradoras criaturas reales e imaginarias jamás vista: Alien. Junto al Octavo pasajero, ángeles con alas de murciélago, bambis alienígenas y otras criaturas surgidas de la mente de este genio suizo, en un universo biomecánico de ciencia ficción.Tanta inquietud no es buena para dar pedales. La mejor manera de olvidarla es pasear por este pueblo, para muchos el más bonito de Suiza.
Acaba la ruta en Bulle, buen lugar para la traca final de la etapa: degustar los quesos de la región, comandados por el Vacherin y el Gruyère, bien regados con caldos con Denominación de Origen Protegida. Si se puede, elegir un blanco del Domaine du Vieux Moulin, uno de los productores de la escogida comarca del Mont Vully. De postre, nada mejor que una visita a la Maison Cailler, afamada fábrica de chocolate que abre sus puertas en la cercana localidad de Broc.

Centro histórico
La mayorista Catai ofrece el paquete Friburgo y la Ruta del Queso desde 1.050 euros. Un recorrido de ocho días con paradas en Basilea, Friburgo, Interlaken, Gstaad, Berna y Lucerna, además de visitas a centros de producción de quesos Gruyère y Emmental, entre otros.
Viajar recomienda
La mejor manera de moverse por Suiza es con el Swiss Travel System, sistema de abonos de transporte de un único billete que puede utilizarse ilimitadamente durante el plazo contratado en trenes, autobuses postales y barcos. El billete incluye también el pase para algunos remontes y trenes panorámicos, en este último caso pagando un suplemento. Hay ofertas con descuentos para familias. Los billetes desde los aeropuertos de Zúrich y Ginebra a la ciudad están incluidos en el título de transporte.
Cómo llegar
La compañía aérea Swiss ofrece más de 120 vuelos semanales entre España y Suiza, que se incrementan en julio y agosto hasta 140 vuelos por semana. Swiss conecta los aeropuertos de Zúrich y Ginebra con Barcelona, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca y Valencia, además de ofrecer vuelos directos de Bilbao a Zúrich.
Moverse en bici
En Suiza hay innumerables puntos de alquiler de bicicletas. Tanto normales como eléctricas, siendo esta la opción más recomendable para los que no tengan buena forma física. Rent a Bike tiene despachos en cualquier estación de tren. Trenes, autobuses postales y barcos permiten el transporte de bicicletas.

Dónde dormir
Swiss Bike Hotelses una red de establecimientos hoteleros repartidos por Suiza y especialmente pensados para ciclistas. Posibilidades debed and breakfast, guardabicis, guías y transporte de bicicletas y equipajes hasta el final de la etapa. Los huéspedes traen su propia bici o la alquilan allí mismo.
Más información
Suiza Turismo ofrece información sobre estas y otras rutas ciclistas por el país helvético.
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