Cultura, historia, gastronomía... pero también naturaleza. Ubicada en un cerro de unos 100 metros sobre la vega del Duero, Toro cuenta con un patrimonio natural que puede ser recorrido con facilidad a través de varios senderos que transcurren en sus alrededores. Así, estos senderos son miradores a algunos de los parajes más hermosos de la comarca y de esta ciudad que fue durante siglos un enclave estratégico para cristianos y musulmanes.
Si por algo se caracterizan los alrededores de Toro es por sus pinares y montes bajos, además de encinas y jaras. En este sentido, el Monte la Reina es un paraje natural de más de 1.200 hectáreas de pinos y donde habitan más de 150 especies de animales. Además, en la antigüedad albergó un campamento militar en el que se entrenaron miles de soldados. Y si de pinares en Toro se trata, el paraje conocido como El Pinar tiene más de 700 hectáreas y es, en realidad uno de los lugares con más sabinas de toda la región.

En cuanto al municipio de Toro, también cuenta con varias rutas a través de las que descubrir enclaves preciosos. Así, el paseo del Espolón ofrece unas inmejorables vistas a la vega del Duero gracias a que bordea todo el cerro en el que se encuentra Toro. Además, desde los jardines aledaños a la Colegiata de Santa María la Mayor se puede ver los campos de regadío de la zona y, en días claros, la vista puede alcanzar hasta pueblos a 20 kilómetros a la redonda.
Otro de los puntos destacables del municipio zamorano es el Puerto de la Magdalena, entre la Iglesia de San Salvador de los Caballeros y el Monasterio de Sancti Spiritus y desde donde se puede disfrutar de las escarpadas montañas rojizas que rodean Toro.
De Toro también hay que destacar sus fuentes y manantiales, que llegan a suman hasta 83 y que se pueden recorrer a través de varios senderos. Una de las más importantes es El Pozo del Tío Rodrigo, uno de los tres manantiales con los que se abastecía la ciudad.