Nómadas por la Bretaña francesa: de punta a punta en una autocaravana vintage

Pequeños pueblos con encanto, acantilados de infarto y naturaleza desbordante, descubre los secretos de esta región francesa

Furgoneta vintage, Bretaña
Furgoneta vintage, Bretaña / Belle Ile Camper Vans

Al noreste de Francia, la región de la Bretaña supone un viaje al pasado. Y es que sus casas de piedra y madera y sus imponentes fortificaciones trasladan a todo viajero a hasta la Edad Media. Alejada de masificaciones turísticas, una de las mejores formas de recorrer la Bretaña es sobre cuatro ruedas, y que mejor opción que a bordo de una furgoneta vintage, toda una joya del automóvil.

Furgoneta Vintage, Bretaña
Furgoneta Vintage, Bretaña / Belle Ile Camper Vans

Así, te proponemos dos rutas para disfrutar de la región en todo su esplendor:

Bretaña de sur a norte

La empresa Vintage Camper ofrece alquilar una furgoneta de los años 60 para recorrer los más bellos paisajes de Bretaña partiendo desde el sur de la región. Una semana de un viaje sin prisas, pasando por bosques frondosos, costas salvajes o pueblos con encanto.

La primera parada de este recorrido es La Roche-Bernard. Explorar los escarpados encantos de este pequeño pueblo con carácter, cruzar sus puentes a ras del agua o a 40 metros de altura en el río Vilaine, descubrir una naturaleza protegida o escalar crestas son solo algunas de las opciones para los viajeros. En el puerto del pueblo, “Le Sarah B”, un antiguo almacén portuario de granito, construido en 1800, ofrece su deliciosa cocina.

Río Vilaine, Bretaña
Río Vilaine, Bretaña / Sasha64f / ISTOCK

La ruta continúa en la punta de Raz, en Finisterre, una visita obligada en una Bretaña que tan bien ha preservado su identidad y su naturaleza. Desde allí, se puede visitar la capilla de Lescoff y Bestrée, el puerto más pequeño de Bretaña.

Punta de Raz, Bretaña
Punta de Raz, Bretaña / mariobono / ISTOCK

El centelleo del agua y los juegos de luces lo convierten en un lugar mágico, sin mencionar la vista del faro de Vieille y la punta de Van. Y para culminar, tómate un descanso en el acogedor café-papelería “Monsieur Papier” para saborear sus delicias caseras con una increíbles vistas frente al mar.

Faro de Vieille, Bretaña
Faro de Vieille, Bretaña / jazzpote / ISTOCK

La siguiente parada es Dahouët con su emblemático sendero de los Aduaneros que saca a relucir los más bellos tesoros en torno este pequeño puerto cerca del Val-André. Uno puede pasear por las callejuelas, descubrir las calas, admirar el estuario salpicado de villas enclavadas en la costa rocosa y disfrutar de las vistas en la capilla de Notre Dame de la Garde. Y para recargar las pilas, la cafetería “La Voile” tiene una oferta de productos ecológicos, sostenibles y locales.

Dahouët, Bretaña
Dahouët, Bretaña / daboost / ISTOCK

Por último, el recorrido finaliza en el litoral de Saint-Briac-sur-Mer, plagado de senderos en plena naturaleza que recorren la costa Esmeralda. Se puede pasear por la ría de Frémur o recorrer el litoral a lo largo de playas protegidas y costas entrecortadas desde la península de Nessay y su prestigioso castillo hasta el cabo Fréhel. Con su terraza con vistas al mar, el elegante bar “Le Nessay” te espera para disfrutar de un delicioso té.

Cabo Fréhel, Bretaña
Cabo Fréhel, Bretaña / bluejayphoto / ISTOCK

La isla de Belle-Ile

Nos alejamos del continente para explorar la desconocida la Belle-Ile, donde la empresa Belle Ille Camper Vans alquila furgonetas vintage para recorrer la isla de una punta a otra en un itinerario de entre tres y siete días.

Su nombre le hace total justicia, y es que la Belle-Ile (la isla bella), con apenas 85 kilómetros cuadrados, sorprende a todos los viajeros con sus pintorescas casas de colores, sus escapados acantilados y sus tranquilas playas. La ruta en esta isla siempre empezará por el pequeño puerto de Palais, desde donde se podrán visitar el resto de muelles, las callejuelas de su casco antiguo y la ciudadela de Vauban.

Puerto de Palais, Bretaña
Puerto de Palais, Bretaña / mdpics / ISTOCK

Seguimos el camino hacia el norte de la isla y nos dirigimos al puerto de Sauzon,lleno de cafés y restaurantes con terraza que llenan el muelle de vida por las noches. Desde ahí, llegamos al salvaje cabo de la Punta de los Poulains.

Puerto de Sauzon, Bretaña
Puerto de Sauzon, Bretaña / clu / ISTOCK

Para acabar, recorremos los escarpados acantilados a través de la gruta del Apothicaire y el Port-Coton con sus “agujas”, unas espectaculares formaciones pétreas que salen del mar. Esta naturaleza salvaje contrasta con la calma de las fantásticas playas de Bordadoué y Grands-Sables.

Port-Coton, Bretaña
Port-Coton, Bretaña / Matthieu_Photoglovsky / ISTOCK

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