Este pueblo francés construido entre montañas tiene menos de 700 habitantes pero es considerado uno de los más bonitos de Europa
En pueblo de menos de 700 habitantes, encajado entre acantilados y coronado por una estrella dorada suspendida en el aire, se esconde todo el encanto de la Alta Provenza.

Hay un secreto en la Provenza que no tiene que ver ni con playas mediterráneas, ni con olor a lavanda. Se trata de un pequeñísimo pueblo oculto en un parque regional, enclavado bajo un acantilado y a 2 horas de Niza. Una visita poco frecuentada, pero absolutamente imprescindible.
Moustiers-Sainte-Marie no es solo capricho nuestro. Está incluido en la lista de los pueblos más bonitos de Francia (Les Plus Beaux Villages de France) y no es casualidad: es una localidad encantadora que se ubica en pleno Parque Natural Regional del río Verdon, justo al lado del que se conoce como el "Gran Cañón" de Francia.

Colores, montañas y cascadas
Caminar por las calles de Moustiers-Sainte-Marie es adentrarse en una sucesión de casitas bajas en colores pastel que tienen la imponente roca del macizo de Valensole como telón de fondo. Si vas en primavera, justo durante el deshielo, descubrirás una cascada que atraviesa el centro urbano.
Alrededor de estas casitas hay diferentes iglesias de cierta notoriedad arquitectónica. Destaca su iglesia gótica con campanario y la capilla románica tardía de Notre-Dame-de-Beauvoir, encaramada a la roca.
El pueblo fue fundado en el siglo V por una pequeña comunidad de monjes. Fueron ellos quienes empezaron su tradición ceramista: el pueblo es famoso por producir la fayenza , una cerámica refinada que ganó notoriedad comercial ya en la Edad Media.

La estrella de Moustiers-Sainte-Marie
Cuenta la leyenda que el duque de Blacas, que luchó por la expansión del cristianismo en las cruzadas, cayó prisionero en manos de los sarracenos. Allí hizo una promesa: si lograba volver a su aldea con vida, colgaría una estrella sobre sus calles.
Desde entonces, un astro cuelga a varias decenas de metros del suelo, suspendido entre las rocas y sobre los tejados. La estrella actual, que no es la original, cuenta con 80 cm de diámetro y está suspendida de una cadena de 400 kilos.

El entorno de Moustiers-Sainte-Marie
Estando en el corazón del parque, Moustiers-Sainte-Marie es el punto de partida ideal para explorar las Gorges du Verdon, en las que se practican deportes como la escalada, hay montones de rutas de senderismo e incluso se puede organizar un día de playa y montar en kayak por el río de aguas azulísimas.

En definitiva, Moustiers-Sainte-Marie no es solo un pueblo bonito, sino un rincón secreto suspendido (literalmente) entre el cielo y la tierra donde se puede palpar la PRovenza auténtica.
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