Porto Covo, el capricho marinero de Alentejo donde los aires de Portugal se susurran
Uno de los secretos mejor guardados de la Costa Vicentina es este pueblo del Alentejo.

Al sur de los interminables arenales que se extienden hacia el sur desde Comporta y llegan hasta la población de Sines, encontramos un tramo litoral que ha conseguido escapar de otros espacios costeros más concurridos de Portugal. Allí se localiza Porto Covo, un destino en sí mismo que se muestra como un rincón tranquilo y sugerente de la Costa Vicentina al que acudir cuando llega el buen tiempo.
Entre acantilados y calma atlántica
Porto Covo no es solo un destino, es una pausa. Es el tipo de lugar que uno encuentra cuando deja de buscar lo obvio y decide seguir la intuición o el consejo de un local. Este pequeño pueblo marinero, situado en pleno litoral del Alentejo, guarda una belleza simple, ruda y profundamente conmovedora. Porto Covo seduce a fuego lento, con acantilados que se desmoronan sobre el mar, casitas blancas con franjas añil y un silencio que parece tejido con brisa salada.

Esta freguesía del municipio de Sines es una antigua población de pescadores que se levanta como un vestigio de la vida tradicional portuguesa. Sus casas blancas, con sus característicos zócalos pintados de añil, se distribuyen siguiendo el antiguo trazado que mandó realizar el Marqués de Pombal, en el que reina la simetría.
Aunque la actividad pesquera ha menguado, el alma del lugar sigue intacta. Quizás ese sea su mayor regalo para quienes la visitan. Aquí la belleza no necesita ser grandilocuente para ser inolvidable. Por el contrario, la simpleza reina en Porto Covo al ritmo del sol y del mar, con la vida pasando despacio.

Acantilados y playas escondidas
La plaza principal de Porto Covo refleja fielmente el ambiente de esta encantadora localidad. Su diseño del siglo XVIII, con un estilo pombalino, le otorga una simetría y un encanto que no necesita explicación. Es todo un placer sentarse en una de las terrazas de la plaza simplemente a observar mientras se disfruta de algún aperitivo o una bebida.

Pero al margen de la atmósfera urbana de Porto Covo este lugar no podría ser entendido sin el entorno en el que se enclava. Porto Covo forma parte del Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, una de las franjas costeras mejor conservadas de Europa, y aquí este tramo de litoral es un espectáculo de acantilados, vegetación rala y calas donde uno puede sentirse como si estuviera solo frente al océano.
Desde el puerto es posible embarcarse hacia la Isla del Pessegueiro, una pequeña isla frente a la costa que alberga antiguas ruinas de tiempos inmemoriales. Esta isla ofrece una vista impresionante del mar y de la costa desde una perspectiva única. Los más activos pueden llegar hasta allí en kayak, mientras que quienes prefieran contemplar desde tierra pueden disfrutarla desde los senderos que bordean los acantilados.

Lo que está claro es que Porto Covo es una combinación casi poética de autenticidad alentejana y sabor a mar, con una costa escarpada que es todo un lienzo para nuestros sentidos. Porto Covo no es un destino para tachar de una lista, sino un lugar al que uno querrá siempre volver, ideal para quienes buscan disfrutar de caminatas al borde del mar o simplemente detener el reloj durante unos días.
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