Por el alma de Yangón

La gran estupa

La gran estupa

Un monje recorre la base de Shwedagon para comprobar si se han desprendido piedras preciosas. A la izquierda, una niña con la cara coloreada con thanaka.

En Yangón hay templos budistas, hindúes, chinos, musulmanes, anglicanos, judíos, católicos y evangélicos. Hay fieles de las principales religiones del mundo, anidadas en el alma de las siete grandes minorías étnicas y en el resto de visitantes, emigrantes y transeúntes que completan los cinco millones de habitantes que suma Yangón. Cada uno con su credo, pero casi todos unidos por la costumbre, o la tentación, de acudir, al menos de vez en cuando, al despacho de quienes aseguran adivinar el futuro. Una tradición que se toma en serio en un país que siempre ha vivido atento a las opiniones de sus astrólogos.

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