Cinco playas de Mallorca por las que lo dejaríamos todo

El clima cálido que acompaña a Mallorca durante todo el año, unido a la diversidad de parajes naturales y a sus más de 500 kilómetros de costa convierten a la isla en el edén para los amantes de la naturaleza con vistas panorámicas al mar Mediterráneo. Y es que Mallorca alberga más de 300 playas enmarcadas en espectaculares paisajes, bañadas por aguas turquesas bajo cielos majestuosos, capaces de hacer perder la noción del tiempo a sus visitantes.

Playas de arena fina o de rocas y guijarros, calas naturistas en espectaculares entornos vírgenes o playas en las practicar deportes náuticos, son algunas de las opciones que ofrece el destino en un entorno seguro. Cabe destacar que esta próxima temporada la aplicación móvil “Playas Seguras” aportará información sobre el grado de ocupación de las playas de Palma, las medidas de seguridad, su aforo, sus banderas y el estado y calidad de sus aguas, pudiendo así contar con información útil para programar las visitas.

Es Trenc

La playa de Es Trenc es un gran arenal virgen anexo al Salobrar de Campos, conformando una área protegida de 1.492 hectáreas. Un sistema dunar separa esta playa de blanca y fina arena del salobral y los campos de cultivo. En el entorno también se ubica una zona húmeda posterior que reúne 171 especies de avifauna migratoria y sedentaria. Sus aguas abiertas al sur-suroeste-oeste y noroeste son de tal transparencia que se aprecia perfectamente el fondo de arena, alga y alguna pequeña zona de piedras.

Playas de Alcúdia y Muro

A partir del Puerto de Alcúdia se extiende una larga playa que se une a la de Muro. Se trata de una primera linea alfombrada por una finísima arena de color dorado, de aguas transparentes, oleaje tranquilo y escasa profundidad. A su espalda se extiende un sistema dunar y una red de senderos, salpicados por la aparición de pinar y bosques de enebros, así como una red de urbanizaciones, alojamientos hoteleros y completa oferta complementaria.

Cala Boquer

Ubicada a 2,7 kilómetros del Port de Pollença, al norte de Mallorca, Cala Bóquer es una playa virgen próxima a las joyas naturales de Cap Formentor y Cala Tuent. El acceso hasta esta bella entrada de mar entre imponentes acantilados únicamente es posible mediante un camino que solo permite el acceso a pie. La excursión, entre pinos y extensa vegetación mediterránea, bien vale la pena. Se trata de una cala de cantos rodados, aguas cristalinas y fondos de arena. Sin duda, un premio tras el esfuerzo que supone llegar a ella.

Sa Calobra

En el municipio mallorquín de Escorca, en plena Serra de Tramuntana, se encuentra Sa Calobra, una espectacular playa de guijarros que se abre a la mar flanqueada por acantilados rocosos en un entorno virgen. Recomendación al visitante de Sa Calobra: no deje de acercarse hasta la desembocadura del Torrent de Pareis, uno de los lugares más impresionantes de Mallorca. Se trata de una bellísima playa de guijarros constituye el final de este torrente de más de tres kilómetros de longitud y paredes de hasta 200 metros que transcurre por el norte de la isla hasta desembocar en el Mediterráneo.

Cala Pi

Cala Pi es una playa protegida entre acantilados naturales, de fina arena dorada y aguas turquesas. Más profunda que larga, esta cala penetra la tierra mallorquina formando un caprichoso brazo de mar al que se accede a través de unas escaleras de bajada. Ubicada a 17 kilómetros del municipio de Llucmajor, al sur de la isla, es un entorno perfecto para saborear las aguas mediterráneas. La vegetación que rodea este bello entorno es otro de los atractivos de Cala Pi, que le debe precisamente el nombre a la gran cantidad de pinos que caprichosamente salpican sus alrededores.

¿Te animas a probar las aguas de estas apetecibles playas?