Ni Letonia, ni Albania: el país más barato para disfrutar la naturaleza tiene alojamiento por 5 euros y comidas por 1 euro
Naturaleza en estado puro, aventura y tradiciones que resisten al paso del tiempo en el corazón de Asia Central.

Puede que ya estés cansado de los destinos de siempre. Esos lugares que, aunque increíbles, están en todas las listas de “imprescindibles” y en cada rincón encuentras más cámaras que paisajes. Si sientes que ha llegado el momento de perderte en un lugar distinto, auténtico, aun por descubrir y, sobre todo, económico, tu destino es Kirguistán.
Conocido como la Suiza de Asia, este país es uno de los grandes tesoros de la conocida Ruta de la Seda. Kirguistán es ese rincón del mundo donde la inmensidad de sus montañas y la hospitalidad de su gente te hacen sentir pequeño pero afortunado. Aquí, las noches se pasan bajo las estrellas en una yurta tradicional por menos de cinco euros y las comidas, abundantes y caseras, no llegan ni al euro.

Imagina un lugar donde la naturaleza manda y el presupuesto nunca es un problema. Un destino de paisajes imponentes, dominados por la cordillera del Tien Shan, también conocida como las Montañas Celestiales, y donde cada rincón sorprende por su belleza intacta. Kirguistán es ese rincón del mundo perfecto para quienes buscan desconectar y volver a lo esencial, sin excentricidades ni planes rebuscados: únicamente en conexión con la naturaleza.

Aquí, los caballos pastan en libertad e, incluso, si tienes suerte puedes avistar al esquivo leopardo de las nieves. Todo transcurre a otro ritmo, lejos del turismo masivo y de las rutas trilladas. Kirguistán es un destino que aún guarda el encanto de lo auténtico, de aquello que parece que todavía no nos hemos ocupado en destruirlo. Por lo que, si eres un apasionado de la naturaleza, del buen comer y de ahorrar dinero en tus viajes: este es tu destino.

Si te hemos convencido y quieres saber qué visitar en este país tan especial, en este artículo te aportamos una pequeña guía para empezar a planificar tu viaje.
Bishkek
Como todo guía de viajes que se precie, debemos empezar con comentar sobre la capital del país. Bishkek mezcla a la perfección historia y vida local. Al caminar por sus calles y avenidas, seguramente te sorprenderán sus edificios con aires soviéticos, prueba de una historia ya pasada. Entre sus paradas obligadas está el Museo Estatal de Historia, una auténtica cápsula del tiempo donde se puede recorrer el legado de la Ruta de la Seda.

Pero si hay un lugar que realmente vibra con la esencia kirguisa, ese es el Osh Bazar. Un mercado bullicioso y colorido que es, sin duda, uno de los más grandes y auténticos de Asia Central. Aquí, la cultura se vive y se saborea en cada esquina.

Parque Nacional Ala Archa
El Parque nacional Ala Archa es un espacio protegido alpino situado a unos 40 km al sur de la capital, por lo que tiene una ubicación inmejorable si lo que deseas es optimizar el tiempo de tu viaje. El parque, que incluye el desfiladero del río Ala-Archa y las montañas que lo rodean, es un destino popular para pícnics de fin de semana, excursionistas, senderistas, esquiadores... De hecho, se pueden realizar hasta 150 rutas de escalada y senderismo de diversas categorías de complejidad, tanto en invierno como en verano.

Parque Nacional Chong Kemni
Este rincón de Kirguistán sorprende especialmente debido a su naturaleza salvaje: extensos bosques de coníferas, lagos alpinos de aguas cristalinas y rutas que ascienden hasta los 2.800 metros de altura. Un escenario perfecto para los amantes de la aventura, donde se puede recorrer el valle a caballo, lanzarse al rafting o simplemente disfrutar de largas caminatas entre montañas. Los pueblos de la zona siguen viviendo de la tierra, entre cultivos de patatas y ganado, y conservan ese aire auténtico de las antiguas granjas colectivas de la era soviética.
Arslanbob
Arslanbob es un precioso pueblo ubicado a 1500 metros de altura y habitado mayoritariamente por uzbekos. Su rasgo más característico es un enorme bosque de nogales, el más grande del mundo con 60.000 hectáreas, que esconde multitud de leyendas e historias que te dejarán boquiabierto.

Al visitarlo no te puedes perder sus dos cascadas, conocidas popularmente como Pequeña y Grande, además del mirador Panorama, donde podrás disfrutar de las mejores vistas del valle. Por supuesto, y como siempre recomiendo, también es aconsejable pasear por el pueblo e intentar impregnarse de su cultura y tradición.
Lago Song Kul
A pesar de la dificultad para llegar a él, es uno de los mayores tesoros de Kirguistán, un imprescindible si decides visitar el país. Si deseas completar tu viaje a este maravilloso país es necesario que viajes hasta el lago Son Kul y hagas la ruta a caballo, una experiencia mágica, especial y que se debe disfrutar al menos una vez en la vida para sentir la magia autóctona de Kirguistán.
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