Marruecos, el destino de las mil posibilidades

Icarión, la marca de grandes viajes, te invita a soñar con un país que está por descubrir. 

Marruecos Icarión apertura

Vista de la mezquita Hassan II (Casablanca). 

/ Hope Production

Ciudades milenarias, los más bellos puertos marítimos, un mundo mágico de dunas y sol, gastronomía sin igual, tradiciones y costumbres de un país que nunca deja de sorprender. Marruecos es un destino estrella que, además, desde la península, está al alcance de la mano.

Icarión, expertos en ofrecer una experiencia mejor y más personalizada para que sus viajeros encuentren el viaje de sus sueños, tiene en su catálogo varios circuitos para disfrutar a tope de la esencia del país vecino. ¿Una noche bajo las estrellas en medio del desierto? ¿Senderismo en las montañas del Atlas? ¿Un paseo por las medinas? ¿Días de spa y relajación? ¿Un baño o una actividad acuática en el Mediteraneo o en el Atlantico? ¡En Marruecos con Icarión todo es posible! Y es que esta marca de grandes viajes tiene siempre la más amplia gama de itinerarios y destinos del mercado. Con un importante desarrollo digital y con una especial sensibilidad hacia la sostenibilidad turística.

Entre los muchísimos atractivos del destino están la cercanía y las múltiples posibilidades desde la península. Dos ventajas que convierten a Marruecos en un enclave idóneo para elegirlo tanto como escapada de fin de semana, como para una estancia más larga. ¿Los hot spots del país? Te los detallamos a continuación.

Ciudades imperiales

Marrakech, Rabat, Meknes o Fez, entre otras ciudades milenarias que harán al viajero sumergirse en una cultura que atrapa. Para no perderse nada, Icarión ofrece un tour de ocho días y siete noches en el que se puede disfrutar de una vista por los bellísimos jardines de la Menara de Marrakech, el majestuoso minarete de la Kutubia, el Palacio de la Bahía y la Plaza de Jemaa el Fna, declarada Patrimonio de la Humanidad. En el mismo viaje también se recorre la gran Mezquita de Hassan II en Casablanca o la famosa medina de Fez, distinguida por la UNESCO como de valor universal excepcional. Descubre los secretos de la medina de Meknes que se esconden detrás de la imponente puerta Bab Mansour.

Vista de la Koutoubia, Marrakech

Vista de la Koutoubia, Marrakech.

/ ONMT

Conquistar el Atlas

Las enormidad de las montañas que componen el Alto Atlas marroquí no deja indiferente a nadie. Visitarlas, sumergiéndose en la cultura bereber, descubriendo pueblos de adobe y las Kasbahs, conjuntos arquitectónicos construidos de adobe y barro, coronados por torres que sirven de defensa. Como la de Ait Benhaddou, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, fortaleza más imponente del sur del país a pocos kilómetros de la ciudad de Ouarzazate. Este lugar también es célebre porque ha sido el escenario de películas como 'La momia', 'Lawrence de Arabia', 'Gladiator' o 'Alejandro Magno'.

Una vez en las montañas, las Gargantas de Todra y las del Dades, el valle de las Rosas o la Ruta de las 1000 kasbahs de Ouarzazate bien merecen una o 1000 paradas. El Gran Tour de Marruecos (en 8 días y 7 noches) que ofrece Icarión le harán recorrer todos estos lugares y alguno más.

Sentir el desierto

Alucinar con sus kilómetros de dunas golpeadas por el Chergui, el viento del Sahara, y disfrutar del lujo de dormir 'al raso' en un auténtico campamento. Y es que al sur del país se abre el desierto del Sahara, al que se accede principalmente desde las ciudades de Marrakech y Fez. Antes de pisar la basta extensión de arena se atraviesa el oasis del Tafilalet, una región de transición donde los verdes de la vegetación todavía compiten con el ocre propio del desierto. Siguiendo el rastro de las antiguas caravanas, se llega a Rissani, la ciudad cuna de la antigua dinastía Alauita. La duna de Tinfou y la misteriosa ciudad de Errachidia aguardan al visitante que elija el circuito 'Marruecos Gran Sur' (9 días / 8 noches) de Icarión.

¿El plus que lo hará inolvidable? Dormir en un majestuoso campamento en las dunas del Merzouga, despertarse al amanecer con una panorámica incomparable, pasear a lomos de un camello mientras el sol se pone o atreverse a surcar las arenas a toda velocidad a bordo de un 4x4.

Desierto

Desierto Merzouga.

/ ONMT & Hope production

Las 1001 noches de Marruecos

Imaginar Marruecos es soñar con sus palacios, con sus patios de mosaico, el relax de sus hamams, lujosos riads o bulliciosos zocos. Arquitectura y decoración de lujo con encanto que puede disfrutarse con los cinco sentidos en ciudades como Marrakech donde se encuentran los jardines de Majorelle por los que suspiró el modisto Yves Saint Laurent. En la ciudad que inspiró varias de sus colecciones comienza y acaba el tour Esencia de Marruecos (8 días/7 noches) que ha proyectado Icarión. Con parada, además, en la ciudad de Fez, con sus madrazas, las callejuelas de su medina y su famoso barrio de curtidores.

Tesoros arqueológicos

La grandeza del pasado marroquí y su crisol cultural ha dejado rastros prerromanos, romanos, fenicios, antiguos o prehistóricos que harán las delicias del visitante amante de la arqueología. Uno de los mayores exponentes de estas huellas de siglos pasados es Volúbilis. Consideradas como las principales ruinas romanas de África, este enclave fue declarado patrimonio mundial de la UNESCO y ha sido testigo del paso de varias civilizaciones. Fundada en el siglo III a. de C. Volúbilis esconde mosaicos, columnas talladas, prensas de aceite y varios edificios que dan buena muestra de la urbe que un día fue.

El rastro de los cartagineses, romanos y musulmanes se puede seguir hasta Lixus, las ruinas de una ciudad antigua ubicada a 7 km de Larache. Allí es posible adivinar una catedral, un anfiteatro y un mosaico que representa a Neptuno. Según la mitología griega, Lixus fue el escenario de una de las 12 labores de Hércules, que consistió en recoger manzanas doradas en el jardín de las Hespérides.

La necrópolis meriní de Chellah, situada a 2 km del centro de Rabat y Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2012, es otra visita obligada. El lugar en el que contemplar las ruinas de la ciudad antigua de “Sala Colonia” y el patrimonio meriní de Chellah, con su Zaouïa, minarete, tumbas, callejones floridos y una gran cuenca.

Volubilis

Volubilis.

/ ONMT

Turismo de deporte y playa

Con su franja de costa salpicada de playas preciosas con olas increíbles, Marruecos también es un lugar de peregrinaje para los amantes del suf y sus derivados. Azotada por el viento, toda la Costa Atlántica de Marruecos, es un patio de recreo perfecto para los surfistas. Amantes del deslizamiento, les encantará disfrutar de las olas de Taghazout, originalmente un pequeño pueblo de pescadores a pocos kilómetros de Agadir y que hoy en día cuenta con un balneario de nivel internacional. En sus alrededores, "Killer Point" y "Anchor point" son lugares que los surfistas más experimentados acudan.

Un surfcamp en la zona promete buena mar, sol, pescado fresco para comer y la posibilidad de hacer una excursión a la vecina Essauira, también célebre por su litoral. La antigua Mogador es considerada la 'Novia del Atlántico'. Y no es para menos. El soplo de los vientos alisios, sus casas con fachadas blancas y azules, el color de la espuma y las olas hacen de esta deliciosa ciudad el lugar idóneo para perderse y encontrarse con sus gentes, sus terrazas con encanto, su artesanía y sus teterías.

Marruecos, sin duda, es para siempre

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