Lugares que no te puedes perder en la Costa Jurásica

¿Buscando destino para este verano? No te pierdas los puntos imprescindibles de esta majestuosa área.

La impresionante Costa Jurásica

Acantilados y parajes inigualables por explorar.

/ Joan Vendrell

Hay al sur de Inglaterra un lugar que es el destino perfecto para unas vacaciones históricas. O, mejor dicho, prehistóricas. La Costa Jurásica, que se extiende ente los condados de Dorset y Devon y está bañada por las aguas del Canal de la Mancha, nos lleva de viaje a más de 200 millones de años atrás, en un recorrido por los periodos Triásico, Jurásico y Cretácico que han dado lugar a asombrosas formaciones rocosas, acantilados de vértigo y, por supuesto, una enorme riqueza en restos fósiles. Es precisamente su valor científico y cultural lo que le otorgó el privilegio de entrar a formar parte de la lista de los lugares Patrimonio Natural de la Humanidad de la Unesco allá por 2001.

Pero esta ruta de 153 kilómetros comprendidos entre Orcombe Point, en el este de Devon, hasta Old Harry Rocks, cerca de Swanage ofrece mucho más: una gastronomía sorprendente, pueblos costeros con mucho encanto y parajes inigualables que te dejarán con la boca abierta.

Vista de Old Harry Rocks

Uno de los parajes inigualables al sur de Inglaterra. 

/ Visit Britain

Old Harry Rocks

Iniciaremos el recorrido por este lugar situado a apenas cuatro kilómetros del pueblo de Studland. Reciben ese unombre unos extraordinarios montículos calizos que se yerguen en el mar y que antiguamente formaban parte de una línea costera que llegaba hasta la isla de Wight, al otro lado de la bahía. Son, sin duda, una panorámica imprescindible en la Costa Jurásica.

Panorámica de Durdle Door

Durdle Door es una puerta sobre el mar en plena cala.

/ Joan Vendrell

Durdle door

La paciente fuerza de las mareas fue taladrando la roca de los acantilados hasta horadar este gran arco que es una de las formaciones geológicas más destacadas (y fotografiadas) de esta ruta. Como si se tratara de una puerta simbólica, da entrada a una playa que es otro buen ejemplo de lo cambiante del paisaje en esta parte de la costa: antiguamente en este lugar había tres pequeñas calas que la erosión y el paso del tiempo terminaron convirtiendo en una única playa.

Lulworth Cove

Se trata de una pequeña cala incrustada el enorme arco natural de piedra caliza recortado como a compás por el mar. A un kilómetro y medio aproximadamente al este de este enclave, se encuentra el que está considerado el bosque fosilizado mejor conservado de la Costa Jurásica. Sin embargo, en realidad, no se trata de árboles fosilizados, sino de la huella dejada por las algas que crecieron alrededor de la base de estos árboles cuando el suelo del bosque quedó cubierto por el mar. Actualmente, sin embargo, se encuentra cerrado al público, aunque se espera que vuelva a ser accesible a finales del verano.

La espectacular cala de Lulworth Cove, en la Costa Jurásica

La ensenada de Lulworth Cove parece trazada a compás en la roca caliza.

/ ©VisitBritain/ Ben Selway

Isla de Portland

Ubicada a tan solo ocho kilómetros al sur de la localidad turística de Weymouth, constituye el punto más meridional de todo el condado de Dorset. Es uno de los lugares favoritos de los británicos para pasar sus vacaciones y desconectar y donde es posible admirar un bosque fosilizado. En la cima de las rocas y dentro de la zona de canteras, justo al este de la estrecha península de Portland Bill y bastante cerca de las últimas casetas de la playa, estos vestigios del pasado hacen las delicias de los amantes de la geología.

Chesil Beach

Estos 29 kilómetros de playa son el hogar de 180 millones de guijarros (sí, alguien se ha molestado en hacer la estimación) de distintos orígenes rocosos, del tamaño de un puño o del tamaño de un guisante pulidos y redondeados por los vaivenes del mar. La sensación que produce estar de pie en medio de esta inmensidad es difícil de describir, aunque hay quien lo ha hecho con acierto, como el escritor John Fowles que vivió en Dorset: “Es sobre todo un lugar elemental, hecho de mar, guijarros y cielo, su sonido dominante siempre es el de las olas sobre la piedra en movimiento". Un lugar, sin duda, donde sentir el poder de la fuerza de la naturaleza que, con el tiempo suficiente, muele continentes para tallar el tejido mismo de la superficie de nuestro planeta.

Chesil Beach, en la Costa Jurásica

Chesil Beach, la playa que inspiró a escritores como Ian McEwan y John Fowles.

/ ©VisitBritain/Charlie Waite

Cementerio de amonitas

La geología de la Costa Jurásica muestra que el Triásico fue un tiempo de dificultades aquí en el planeta Tierra, donde los desiertos se extendían a través de los continentes. El Jurásico, sin embargo fue un periodo de abundancia (al menos lo fue en esta zona). Comenzó hace 200 millones de años cuando los niveles del mar subieron y transformaron el desierto en un mar tropical poco profundo. Y con los nuevos hábitats marinos llegó una profusión de vida acuática de la que hoy queda constancia fósil.

Hay un lugar en particular que muestra la abundancia de fósiles de esta costa: el cementerio de amonitas. Un corto paseo hacia el oeste a lo largo de la playa de Monmouth durante la marea baja nos lleva a una serie de repisas de piedra caliza, bañadas por el mar. En la superficie de una de ellas hay cientos de grandes amonitas fosilizadas. Nadie sabe realmente por qué hay tantas en esta capa en particular y ninguna fotografía puede hacerle justicia. ¡Hay que verlo para creerlo!

Cementerio de amonitas de la Costa Jurásica

Los fósiles de amonitas son legión en la Costa Jurásica-

/ VisitEngland/Heart of Devon

Museo de Sidmouth

Abandonamos momentáneamente la orilla del mar para pasear por las calles de Sidmouth, una bonita ciudad costera con hermosos jardines y arquitectura de estilo regencia, donde no será difícil encontrar un buen restaurante o un buen puñado de tiendas donde curiosear. Pero tal vez su mayor orgullo es el de poseer la mayor colección de fósiles del Triásico. A través del estudio de los huesos, los dientes y otros fragmentos cuidadosamente recolectados, es posible reconstruir el entorno de la Costa Jurásica como lo habría sido hace unos 235 millones de años. Cada fósil es una pista que le añade nuevos y enriquecedores detalles a nuestra visión del pasado.

La colección del museo de Sidmouth incluye placas de blindaje de anfibios gigantes, huesos de mandíbula y dientes de reptiles carnívoros anteriores a los dinosaurios, evidencia de plantas y fragmentos esqueléticos de muchos otros animales extraños que habitaban las llanuras arenosas de los desiertos del Triásico.

Ladram Bay

Es un lugar de postal que, de hecho, no falta en ningún folleto ni guía sobre East Devon. Y no es para menos. El paso del tiempo ha creado aquí una obra de arte viva y en continuo estado de transformación. Las imponentes columnas de arenisca, roja y rugosa, son todo lo que queda de lo que en un tiempo fueron arcos de roca unidos a la pared del acantilado. El incesante embate del mar ha acabado por derrumbar los arcos, dejando sólo los pilares.

El poder ineludible de las olas erosiona constantemente la costa, arrebatando pedazos a los acantilados. Podría ser triste, si no fuera porque esa alianza entre el mar y el paso del tiempo ha dado lugar a paisajes como Landram Bay y, quién sabe, quizás en el futuro emerja algo aún monumento natural aún más espectacular, creado en piedra arenisca roja por la energía y la creatividad de las mareas interminables.

Los rojos acantilados de Ladram Bay

El mar y el tiempo han esculpido las columnas de arenisca de Ladram Bay .

/ ©VisitBritain/Visit Devon/Neville Stannikk

Orcombe Point

En estos acantilados naranjas, situados en la desembocadura del río Exe y junto al pueblo marinero de Exmouth el monumento de Geoneedle señala el final (o el principio, si se prefiere) del recorrido. Convertido en todo un icono de la singularidad de este rincón del mundo, está construido con diversos tipos de piedras que son un recorrido visual, sin movernos del sitio, de los diferentes tipos de roca que se pueden encontrar en la Costa Jurásica, desde la arenisca roja del Triasico, hasta la caliza del Cetácico.

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