Para comprender la esencia de Lamu, para descubrir el secreto de su historia, hay que centrar la mirada en un mapa, tratando de imaginar la dirección cambiante de los vientos monzónicos en el Índico. Y es que mucho antes de que Vasco da Gama consiguiera doblar el Cabo de Buena Esperanza en su ruta hacia la India -en 1497- los mercaderes árabes ya dominaban el comercio de la región aprovechando el sistema de los monzones para hinchar las velas triangulares de sus embarcaciones. En este milenario intercambio entre la costa oriental africana y los pueblos árabes, persas, indios e incluso chinos hunde sus raíces la cultura swahili, una rica amalgama de comerciantes, pescadores, marineros y grandes navegantes.
Lamu, refugio de trotamundos
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Vistas del mar desde un balcón en el archipiélago de Lamu
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El falucho o dhow, nave artesanal de un solo palo cuya vela triangular permite una navegación independiente de la dirección del viento.
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Fuerte de Lamu.
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El medio de transporte típico en Lamu es el burro
Lamu, refugio de trotamundos
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Legumbres del archipiélago de Lamu.
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Niño mirando las revistas de un kiosko en el archipiélago de Lamu.
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Lamu, unos de los puertos comerciales más notables del Índico durante los siglos XVI y XVII, es el asentamiento swahili mejor conservado de la costa Este africana.
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Las puertas de entrada a las casas, único alarde decorativo visible desde el exterior, son muy significativas en la arquitectura de Lamu.