Mientras Jerusalén reza su santidad en tres credos diferentes, Tel Aviv se divierte, trabaja y apuesta por nuevos proyectos. El caso es que esta ciudad de actividad desbordante no se cansa, no duerme: se le nota su juventud exultante que apenas supera el siglo de vida. Está tan llena de energía que ha generado su fórmula propia para vivir en un entorno privilegiado. La clave reside, ante todo, en el margen de playas interminables que la flanquean y donde se cultiva una frescura social que la hermana más con Miami o Río de Janeiro que con cualquier punto costero geográficamente más cercano, como Turquía o Croacia.
La energía de Tel Aviv
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CORBIS
Tel Aviv tiene nueve kilómetros de playas.
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Risotto del restaurante Catit.
La energía de Tel Aviv
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La Cúpula de la Roca es una visita obligada en Jerusalén.
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Vista nocturna del "skyline" de la ciudad de Tel Aviv.