El interior también es para el verano: una ruta sorprendente por el Cerrato palentino

Sorpresas que aguardan en esta comarca olvidada por el turismo

El Cerrato, Palencia
El Cerrato, Palencia / David Sanchez

Porque no todo va a ser mar y arena, chiringuitos y flotadores, volvamos los ojos a una comarca del interior de Castilla, olvidada por el turismo de masas. Una tierra tocada por la historia y agraciada con un rico patrimonio medieval de castillos, iglesias y monasterios.

Se llama Cerrato y se emplaza en el sur de la provincia de Palencia (aunque también abarca territorios de Burgos y Valladolid) a lo largo de unos 1.700 km2. Un nombre que le viene de su fisionomía dibujada por cerros que ondulan el horizonte de espigas.

El Cerrato, Palencia
El Cerrato, Palencia / Alberto Sánchez / ISTOCK

Y es que esta tierra es Castilla en estado puro: anchos campos plenos de cereal, un paisaje dominado por los tonos ocres y verdes. ¿Demasiado calor? No tanto. También está el pulmón verde del Canal de Castilla y las riberas de los ríos (el Pisuerga y sus afluentes) flanqueadas de chopos y de almendros. Y por supuesto, múltiples sorpresas. Esto es lo que no te puedes perder en esta ruta sorprendente:

Los barrios de bodegas

Son la seña de identidad del Cerrato, unas bodegas excavadas en las lomas que dan personalidad a la zona. Su imagen resulta peculiar ya desde la lejanía, puesto que se trata de unos conjuntos de fachadas en piedra de sillería que vienen a ser como casas de hormigas. Hay quien dice que en sus chimeneas se inspiró Gaudí para La Pedrera. Lo cierto es que existen en casi todos los pueblos, aunque su mayor expresión se encuentra en Baltanás, la capital de la comarca, con casi 400 unidades horadadas en una colina. También en Dueñas y Torquemada encontramos estos elementos, declarados Bien de Interés Cultural.

Bodegas del Cerrato, Cerrato
Bodegas del Cerrato, Cerrato / Bodegasdelcerrato.com

Los ojos del Cerrato

Estas minas de yeso abandonadas, situadas en los alrededores de Hornillos del Cerrato, también definen el paisaje de esta tierra. Unas galerías que en su día fueron excavadas hasta profundos niveles geológicos para la extracción de este material y que, hoy abandonadas, dibujan una escena surrealista. Conviene visitarlas cuando baja el sol puesto que la luz que se cuela por su laberinto de galerías es una delicia para las fotos. Al lado están las ruinas del Castillo de los Enríquez, también sumamente atractivas.

La Basílica de San Juan de Baños

¿A qué no sabías que se trata de la iglesia más antigua de España? Pues así es. Una construcción que fue erigida por el rey Recesvinto en el año 661 y que es, además, el edificio más significativo de la arquitectura de los visigodos. La encontrarás en Baños del Cerrato, abierta de martes a domingo y con entrada libre.

La Basílica de San Juan de Baños, Cerrato
La Basílica de San Juan de Baños, Cerrato / Jose Luis Alvarez Esteban / ISTOCK

El Monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas

Conocido como La Trapa, antaño fue popular por su vinculación a la fabricación de chocolates y hoy por los cantos gregorianos, que propician un viaje en el tiempo. La iglesia románica del siglo XI, emplazada en un extremo del monasterio, contrasta con las líneas rectas de su fachada principal. Es una visita imprescindible de Dueñas, una localidad asentada junto a los montes Torozos y declarada Conjunto Histórico Artístico. Aquí también residen joyas como el Palacio de los Buendía, en el que Fernando de Aragón concertó su casamiento con Isabel y donde después ambos dieron a luz a su primogénita. Y tampoco hay que olvidarse de la Iglesia de Santa Mª de la Asunción y la Casa de Napoleón.

Monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas, Cerrato

Monasterio cisterciense de San Isidro de Dueñas, Cerrato

/ Daniel Polo / ISTOCK

El Canal de Castilla

Quién no conoce la gran obra de la ingeniería hidráulica del siglo XVIII, aquella que responde al sueño (incumplido) de unir, por agua, Madrid y Santander. Un sueño de la Ilustración, allá por el siglo XVIII, orientado a promocionar los productos de la Meseta (el vino, la lana, los cereales...) para darles salida al Cantábrico. De aquello queda lo que es hoy el único canal navegable de España: el Canal De Castilla, una franja húmeda que se abre paso entre la estepa castellana, llenado sus riberas de olmos, álamos, chopos, acacias y zarzamoras. El tramo que discurre por Palencia resulta especialmente interesante.

Canal de Castilla, Cerrato
Canal de Castilla, Cerrato / David Andres Gurierrez / ISTOCK

Museo del Cerrato

Para saberlo todo sobre la comarca, este museo de Baltanás ofrece información sobre su patrimonio artístico, cultural, histórico y paisajístico. Está instalado en dos espacios: un edificio modernista que alberga el centro de interpretación y un palacio barroco con la exposición permanente.

La Iglesia de Santa Eulalia de Palenzuela

También en ruinas, pero tremendamente atractiva: un su imponente esqueleto gótico sobrevolado por los pájaros que dibuja una imagen fantasmagórica.

Iglesia de Santa Eulalia de Palenzuela, Cerrato

 Iglesia de Santa Eulalia de Palenzuela

/ herraez / ISTOCK

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