Ideas para una earlymoon: los viajes de moda entre las parejas que darán el «sí quiero»
Te damos algunas propuestas para que compartas esta tendencia pre-boda con la pareja afortunada.

Las earlymoon han llegado para quedarse. Lo que empezó siendo una pequeña anécdota se ha convertido en una tendencia que, cada vez más parejas, ven como una fantástica oportunidad de liberarse de las tensiones y el estrés que muchas veces provocan los preparativos del enlace. Y es que nadie ve con malos ojos una escapada con su pareja volviendo con las pilas recargadas a la recta final previa a la boda.
Somos conscientes de que muchas veces, la falta de tiempo o el esfuerzo económico que supone la futura celebración, son inconvenientes que no acaban de animar a las parejas a llevar a cabo una earlymoon. Es por ello que hemos seleccionado aquí una serie de propuestas asequibles especialmente pensadas para unos pocos días de desconexión… ¡Enhorabuena y a disfrutar!
Granada – La Alpujarra – Costa Tropical, especial para amantes de las motos

Qué mejor plan que compartir un viaje con tu pareja y comenzarlo por todo lo alto visitando La Alhambra de Granada – es necesario reservar con antelación, aunque es posible adquirir entradas en ciertos hoteles en el último momento, aunque a precios mucho más elevados -. Y es que pocos lugares en el mundo rezuman tanta magia y encanto como la antigua ciudad andalusí; junto a ella, los típicos paseos por las bohemias calles del barrio de Albaicín y una puesta de sol desde su mirador, no defraudan nunca como plan para una escapada romántica.

Desde Granada y, especialmente para aquellos que entienden mejor la vida sobre dos ruedas, no hay nada como adentrarse en la histórica región de la ladera sur de Sierra Nevada, La Alpujarra, en una sucesión de valles, barrancos y carreteras serpenteantes que hacen las delicias de la conducción en moto. Según bajamos hacia el sur podemos hacer parada en Lanjarón y, desde allí, desviarnos para conocer los preciosos Pampaneira, Bubión y Capileira.
Volviendo sobre nuestros pasos o incluso haciendo una pequeña variante por el pueblo de Órgiva, comenzamos nuestro descenso hacia la costa hasta toparnos con la bella Salobreña, en la Costa Tropical, donde un clima ideal y un chapuzón en el mar pondrán el broche de oro.
Palma y los mil rincones de Mallorca

Nunca nos cansaremos de ir a Mallorca. La más grande de las Islas Baleares no deja de sorprender y de contar con esa atracción misteriosa que te obliga a volver. Palma, su capital, es toda una joya en sí misma a la que podríamos dedicar varios días para conocerla, pero si tenemos la suerte de haberla visitado o si queremos adentrarnos en el resto de la isla para conocer sus maravillosos rincones, existen un sinfín de opciones en función del tiempo y del dinero que nos queramos gastar.
Desde una pequeña excursión, en los alrededores de Palma, al Castillo de Bellver, la preciosa fortificación gótica desde la que contemplar las mejores vistas panorámicas de toda la Bahía de Palma, hasta los puntos más alejados como Cabo Formentor – con uno de los espectáculos visuales más impresionantes del Mediterráneo -, o el inigualable paisaje que ofrece Cala Mesquida, cerca de Capdepera.

Junto a ellos, los ya tradicionales atractivos de los pueblos de Valldemossa y Sóller – con su famoso tranvía -, o Sa Calobra, todos ellos en la Serra de Tramuntana. Y si lo que queremos es más playa y calas, algunas opciones recomendables son Es Trenc, Es Dolç, Caló des Moro o Cala Mondragó.
Ginebra – Lausana – Annecy

Tomando Ginebra como punto de llegada y como base, nos dejaremos seducir por el hechizo y la hermosura de lagos y montañas que inundan toda esta zona fronteriza entre Suiza y Francia. Ginebra, a pesar de ser la segunda ciudad más poblada del país, después de Zurich, se trata de una urbe de tamaño medio que conserva un ambiente relajado en la que impera la influencia del Lago Lemán, también conocido como Lago de Ginebra, y cuya influencia es omnipresente en la vida de sus habitantes.
A unos 60 kilómetros de nuestra base podemos realizar una escapada a la bella Lausana, situada también a orillas del Lago Lemán – es el lago más grande de Europa Occidental, por lo que ocupa una enorme superficie -,pues es allí donde vamos a poder admirar el típico horizonte suizo con el lago y los Alpes al fondo. Además, las numerosas pendientes de la ciudad ofrecen determinados puntos que son excelentes miradores.

Volviendo a Ginebra, y justo tomando la dirección contraria a Lausana, nos adentramos en Francia para llegar, a tan sólo 50 kilómetros, a la magnífica Annecy, en otra escapada marcada por la presencia de un lago – el Lago de Annecy -, famoso por la transparencia y pulcritud de sus aguas y sus espectaculares paisajes. Paisajes como el que nos brinda la propia ciudad de Annecy, uno de los enclaves más pintorescos y con mayor encanto de toda Francia.
Monte Vesubio – Pompeya- Capri

Si lo que queremos es asombrarnos y darnos un baño de historia, tener una experiencia única subiendo hasta la cima de un volcán y disfrutar de una de las islas de mayor belleza del Mediterráneo, o degustar las mejores pizzas de toda Italia, todo ello concentrado en unos cuantos kilómetros cuadrados, este es nuestro viaje.
Lo más sencillo suele ser llegar a Roma y, desde allí, tomar un tren con dirección a Nápoles. Una vez allí, puesto que la estación se sitúa bastante céntrica, podremos aprovechar para dar una vuelta por la ciudad antes de dirigirnos hacia la localidad de Ercolano, donde os recomendamos que instaléis vuestro campamento base, pues es el epicentro perfecto desde el cual partir a los diferentes puntos del Golfo de Nápoles. Además, en Ercolano se encuentra el Parque Arqueológico de Ercolano, una villa Patrimonio de la Humanidad que está incluso mejor conservada que la propia Pompeya. Sencillamente, os asombrará.

Desde Ercolano salen también, regularmente, las furgonetas que transportan a los viajeros hasta un punto elevado del Monte Vesubio, desde donde se emprende una caminata a pie – apta para todo tipo de públicos – hasta el mismo cráter del volcán. Aunque actualmente no tiene actividad, no está extinto, y son evidentes las muestras de erupciones bastante recientes, por lo que la inquietante sensación de subir a la cima es una magnífica experiencia para comprender el alcance del desastre acontecido sobre Pompeya; otra visita – la de Pompeya - que nos llevará toda una jornada, puesto que a diferencia de la idea que normalmente se tiene antes de conocerla, en la que la imaginamos como una villa romana, es toda una ciudad entera la que se conserva y tenemos la suerte de admirar hoy en día.

Por último, Capri nos espera. Tras coger un ferry, esta isla, dividida en Capri y Anacapri, nos ofrecerá unos acantilados infinitos con vistas sublimes sobre el mar que enamoran a cualquiera.
Évora – Lisboa - Sintra

Nos adentramos en el país vecino y nos fijamos en una pequeña ciudad que no suele estar entre los destinos más frecuentados de Portugal pero que os aseguramos que es toda una maravilla. Algo que corrobora el hecho de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Esta joya del Alentejo, conocida como la “Ciudad-Museo”, exhala serenidad entre sus calles del casco viejo, por el que sólo es preciso deambular sin rumbo fijo para sentir toda su esencia. Junto a su arquitectura tradicional y sus múltiples monumentos, el Templo Romano o la Capela dos ossos (Capilla de los huesos) son dos de sus atractivos más populares.

Saliendo de Évora en dirección a Lisboa podemos desviarnos ligeramente y aprovechar para conocer el espectacular Crómlech de los Almendros, uno de los más importantes y mejor conservados de toda Europa. Lisboa, por su parte, es un acierto asegurado, pues es una de las capitales con mayor encanto del continente y bastante abordable la visita de sus principales puntos de interés sin perder mucho tiempo en los desplazamientos. Desde Lisboa, sólo media hora nos separa de nuestra última parada, la incomparable Sintra, también declarada Patrimonio de la Humanidad, donde sus palacios y castillos de cuento son el mejor marco poético para toda escapada romántica.
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