Guatemala, viaje al centro de la cultura maya

Aunque cuenta con importantes sitios arqueológicos en las selvas de las tierras bajas, el mundo maya encuentra su esplendor en las sierras, lagos y volcanes de las tierras altas del país centroamericano.

Templo maya en Guatemala

Templo maya en Guatemala.

/ Agencia Istock

Mirar un mapa, analizando su topografía y sus elementos geográficos, nos puede aportar mucha información para preparar un viaje o para comprender mejor dónde estamos cuando visitamos un paraje que nos resulta extraño. En Guatemala, como en casi todo el continente americano en la zona entre trópicos, el territorio se conforma mediante una cordillera central con un altiplano o tierras altas y unas selvas planas y extensas o tierras bajas.

Guatemala

Cementerio de Chichicastenango

/ Álvaro Planchuelo

Las tierras altas descienden bruscamente hacia el Pacífico desde la cordillera y las bajas se extienden en planicies muy calurosas y lluviosas hacia el Atlántico. En este ámbito se desarrolló la cultura maya y aunque ha desaparecido en las selvas bajas, aún sigue viva en las sierras, lagos, volcanes y ciudades coloniales de las tierras altas donde se conservan su lengua y dialectos, sus creencias religiosas y su cultura. Esto hace del viaje a Guatemala una experiencia única donde se mezclan la antropología, la arqueología y la arquitectura con una naturaleza variada y una exuberante biodiversidad.

Tierras bajas

En las selvas de la región del Petén nació la cultura maya. Su centro es Tikal, un sitio arqueológico dentro de la Reserva de la Biosfera Maya. Sus cinco grandes templos en forma de pirámide lo convierten en una de las mejores visitas arqueológicas del mundo. Cerca está Flores, ciudad colonial de espíritu caribeño construida en una isla del lago Petén Itzá. De allí parten las rutas para descubrir otros sitios arqueológicos más apartados. En Yaxha, en la isla Topoxte, en Aguateca o en Ceibal las ruinas están escondidas en selvas casi impenetrables y habitadas por monos aulladores.

Guatemala

Lago Atitlán

/ Álvaro Planchuelo

Los más intrépidos pueden realizar la travesía en mula hasta la gran pirámide del Mirador en la frontera del Yucatán mexicano, o bajar el río Usumacinta para entrar en México y visitar los famosos sitios de Yaxchilán o Palenque. Hacia el sureste se prolongan las tierras bajas por Quiriguá y el Parque Nacional Río Dulce, una de las sorpresas más impactantes de Guatemala, hasta el Mar Caribe en Livingston. Más al sur, siguiendo el curso del Motagua, se accede a Copán, otro de los sitios arqueológicos de primer nivel situado en la vecina Honduras.

Tierras altas

Con el abandono de Tikal por causas desconocidas los mayas se instalaron en las tierras altas, donde viven en la actualidad. Son territorios accidentados con grandes sierras, lagos entre volcanes y bosques nubosos donde habita el quetzal, el ave nacional de Guatemala. La visita se suele iniciar desde Antigua, la ciudad colonial mejor conservada de América. Desde allí se accede al lago Atitlán, otro lugar de obligada visita, con numerosos pueblos indígenas mayas en sus orillas y comunidades artesanales tradicionales muy interesantes como la Organización de Mujeres Tejedoras en San Juan La Laguna. 

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Ranchón Social Chixocol en Zacualpa

/ Álvaro Planchuelo

Más al norte se encuentra el mercado de Chichicastenango, uno de los mejores del altiplano y Santa Cruz del Quiché, con las interesantes ruinas arqueológicas de Qumarkaj, la última ciudad maya en ser conquistada y donde todavía hoy se celebran ceremonias rituales realizadas por chamanes. 

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Mujeres indígenas en el mercado de Nebaj, localidad situada en los montes Cuchumatanes

/ Álvaro Planchuelo

Hacia el oeste se encuentran los Montes Chacús y la tranquila ciudad de Zacualpa, corazón del mundo maya, donde la ONG ADIZ (Ayuda al Desarrollo Indígena de Zacualpa) gestiona el Ranchón Chixocol, lugar para celebrar eventos sociales por las aldeas y comunidades cercanas. Más al norte, cruzando el río Negro, encontramos el Triángulo Ixil, con los municipios de Nebaj, Chajul y San Juan Cotzal, territorio ideal para descubrir los montes Cuchumatanes.

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