Las grutas de Bétharram, la maravilla del sur de Francia que se recorre a pie, en tren y en barca
Bienvenidos a la segunda cueva subterránea más extensa de Europa
Allí donde los Pirineos suavizan sus relieves para dar paso a los valles, en el lugar en el que el curso del río Ousse divide los departamentos de Pirineos Atlánticos y Altos Pirineos, en la región francesa de Nueva Aquitania, encontramos la entrada de la cueva subterránea más extensa de Francia y la segunda del continente europeo.
Una serie de grutas que nos transportan a un mundo extraordinario, a una profundidad de ochenta metros bajo el nivel del mar, a pesar de encontrarnos junto a la cordillera. Una experiencia que promete ser inolvidable…
A un paso de Lourdes
El triángulo de territorio francés que forman las poblaciones de Pau, Tarbes y Lourdes, es donde centramos nuestras miradas para descubrir una maravilla geológica que es toda una atracción del sur del país vecino.
A tan solo veinte minutos por carretera del santuario de Lourdes, uno de los lugares de veneración de la Virgen María más importantes del mundo, al que se acercan cada año miles y miles de personas en peregrinaje o como simples visitantes, se localiza el acceso a una serie de grutas que fueron ya descubiertas a principios del siglo XIX, aunque no fue hasta inicios del siguiente cuando se abrieron al público.
¿Amante de la belleza? Lugares de España que son pura postal
Fue gracias al impulso de Léon Ross, un pintor y fotógrafo nacido en Saint-Malo, descendiente de corsarios y afincado en Lourdes, que se dio un impulso decisivo a las últimas exploraciones de la cueva y a los primeros acondicionamientos tanto de la gruta como de los exteriores.
La construcción, por su parte, de una planta eléctrica fue uno de los hitos decisivos que permitió el acceso y la visita de este conjunto subterráneo.
Desde entonces, y ya van cuatro generaciones, la familia Ross ha continuado con la labor de Léon con continuas mejoras en las instalaciones, como la construcción de un túnel de salida para evitar remontar de nuevo el desnivel, la puesta en marcha de una embarcación, el tren que permite no tener que recorrer los últimos seiscientos metros a pie, o la adecuación de la entrada en la primera planta, con una rampa, para hacer la visita posible a personas de movilidad reducida.
Una aventura a tres velocidades
Llegar hasta el punto donde se ubican las grutas de Bétharram, a pesar de encontrarse en un sector netamente pirenaico, es tarea fácil tanto si se llega desde Francia como desde España. En el primer caso, se trata de una excursión recurrente para los habitantes del sur del país, y las buenas comunicaciones existentes han facilitado su popularización; en el segundo, la presencia del paso fronterizo del puerto de Portalet favorece también que sean frecuentes los viajes programados hasta este destino.
Situadas las grutas en una zona donde se ha venido desarrollando de manera destacada el turismo ligado a la naturaleza del entorno, no es de extrañar que aquí podamos encontrar una nutrida oferta de alojamientos de todo tipo.
Bétharram es una atracción en sí misma, pero muchos visitantes que acuden a otros centros turísticos de estos departamentos franceses aprovechan igualmente para conocer este tesoro natural que nos encamina hacia las entrañas de los Pirineos.
La cueva se compone de cinco plantas que se recorren en una visita de alrededor de una hora y veinte minutos. En primer lugar, una marcha a pie nos conduce a lo largo de varias salas y diferentes niveles en los que podremos admirar un gran número de formaciones como las inconfundibles estalactitas y estalagmitas. Posteriormente nos espera la sima a la que se desciende para comenzar la navegación subterránea en barca, siguiendo un río a ochenta metros bajo el nivel del mar y finalizando la experiencia al tomar un pequeño tren turístico que nos devuelve al exterior tras un tramo de ochocientos metros.
Una auténtica aventura bajo las montañas, de casi tres kilómetros en total, que no solo nos llevará a descubrir este singular sitio geológico, sino que además nos sorprenderá con la curiosa particularidad de entrar en el departamento de los Pirineos Atlánticos y salir en el de Altos Pirineos.
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